Con solo 23 años y temas que provocan desde sus letras, el colombiano es símbolo del reggaetón en el mundo. Vuelve a Uruguay en diciembre.

Al colombiano Maluma le gusta dar la nota, literal y metafóricamente. Cuando todavía estaban frescas en la memoria las acusaciones de misoginia sobre su tema 4 Babys y su desplante en medio de una entrevista para Univisión, el reggaetonero más famoso del mundo volvió a ser noticia por el contenido de otra de sus letras. Esta vez fue con Felices los 4, un tema del que es coautor y cuyo estribillo dice así: "Y si con otro pasas el rato/Vamos a ser feliz,/vamos a ser feliz, felices los 4/Te agrandamos el cuarto". A la insinuación implícita de sus palabras se sumó la sensualidad explícita del video de la canción, protagonizada por el cantante y la actriz Natalia Barulich, que a las 24 horas de publicado en YouTube ya tenía más de once millones de reproducciones. Sin embargo, las críticas parecen no hacele mella a la fama que alcanzó este joven de 23 que soñaba con ser futbolista. Sigue sumando seguidores en las redes y espectadores en sus conciertos. De hecho, un año después de haber llenado dos Velódromo, Maluma volverá al mismo escenario de Montevideo el 4 de diciembre.

Enérgico, sensual y provocador, hoy es difícil imaginar a Maluma en otro lugar que no sea arriba de un escenario, coreando sus objetables estribillos frente a miles de jóvenes que —más allá de convicciones de todo tipo y color— se derriten por él. Sin embargo, Juan Luis Londoño (como realmente se llama) no buscaba una carrera en la música. Ni siquiera la esperaba. Aunque el anecdotario familiar lo recuerda a los cuatro años empuñando botellas como si fueran micrófonos y a los cinco dedicándole un bolero a su madre, la verdad es que su gran pasión era el fútbol. Su hermana Manuela cuenta que el menor de la casa jugaba con la pelota donde fuera y como fuera: contra el techo, contra la pared, solo o acompañado. "Doño", como le decían en el colegio por su apellido, entrenó durante ocho años y estuvo en las divisiones inferiores de los equipos Atlético Nacional y Equidad Club Deportivo.

"El fútbol lo era todo y me forjó la disciplina, pero no esperaba que se atravesara la música", contó Maluma al diario El Tiempo de Colombia. El verbo que utiliza no es casual. Realmente la música —que siempre había estado allí como telón de fondo— se cruzó en su camino y tomó el protagonismo. Con 15 años y junto a un amigo, Juan Luis compuso una canción titulada No quiero. Un año después, su tío Juan Parra le ofreció, como regalo de cumpleaños, registrar el tema en un estudio. Sus planes no eran hacer carrera en la música, pero a partir de allí un grupo de productores le ofreció grabar un disco, con la condición de que cambiara su nombre por uno "más sonoro, fácil de recordar y bien recibido en el círculo del género urbano".

Ese fue el nacimiento formal de Maluma, que no es otra cosa que la combinación de las dos primeras letras del nombre de su madre Marlli, su padre Luis y su hermana Manuela. "Es un homenaje a ellos porque los amo y son el motor de mi carrera", dijo tiempo después. Pese a que su padre se opuso, "con el dolor en el alma" Maluma renunció a su inminente carrera como futbolista y tomó un camino en el que había pocas certezas. En 2010, con 16 años, comenzó a recibir instrucción vocal y decidió lanzarse definitivamente al estrellato. Bastaron pocos meses para que las radios de su Medellín natal, pero también las de Bogotá y Cali, hablaran de un "boom malumaniano". Desde que los conciertos en colegios le empezaron a quedar chicos y estuvo nominado al Grammy Latino como Mejor Nuevo Artista, apenas pasaron un par de años.

El resto es historia conocida. Aunque creció bajo el rótulo de reggaetón, el artista asegura que su música combina otros varios géneros urbanos. En cuanto a las influencias, considera a Justin Timberlake como una de sus mayores fuentes de inspiración, en una lista que también incluye a Daddy Yankee y Jay Z. Por ahora, solo tiene dos discos de estudio: Magia (2012) y Pretty Boy, Dirty Boy (2015). En ese sentido, fue la colaboración que hizo junto a Shakira en el tema Chantaje la que ofició como carta de presentación al mundo. Hasta hoy, ese es su sencillo más exitoso.

Más allá de que la crítica hable de la falta de talento o de que sus letras degradan valores, su éxito es innegable. No solo es el artista latinoamericano con más seguidores en Instagram (tiene más de 26 millones de fieles, sino que también es popular en otras redes sociales como Facebook y Twitter), donde cosecha 22 y cuatro millones de usuarios respectivamente. Aunque tiene menos prensa que 4 Babys y Felices los 4, es sabido que a través de su trabajo Maluma también realiza activismo social. Con el videoclip de El perdedor mostró su descontento por "el racismo que sufren los latinos en Estados Unidos" y también ha declarado públicamente su apoyo a la comunidad LGBT.

Como suele suceder cuando el éxito llega demasiado rápido, más seguido de los que quisiera a Maluma lo aqueja la pregunta de ¿qué me estoy perdiendo? Por ahora, la respuesta dice que levantarse a cualquier hora un sábado y "los frijoles" de su abuela. No le "duele la fama", aclara, pero admite que a veces sí le cuesta.

La lista de romances que involucran a Maluma es larga y variada. Incluye desde a la intérprete mexicana Belinda y la presentadora cubana Grette Durán hasta a su colega Ricky Martin. Sin embargo, el colombiano insiste cada vez que puede con que está soltero y sin compromisos. "Me buscan novia todo el día. La verdad es que en este momento no tengo tiempo. Cuando tenga una novia lo voy a contar sin ningún problema porque yo soy un ser humano común y corriente. Me enamoro, me equivoco, me río, duermo... En este momento estoy viviendo una vida de soltero porque no quiero hacerle daño a nadie", dijo al diario 20 Minutos.

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