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¿Cómo lograr el éxito familiar y mantenerlo?

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Familia Carnegie

INVESTIGACIÓN

¿Cómo hacen ciertas familias para generar riqueza para sus integrantes y mantener esos privilegios durante muchas generaciones? Un investigador cree haber hallado respuestas.

Dennis Jaffe, sociólogo de formación, ha pasado años tratando de encontrar la respuesta a una pregunta: ¿cuál es el secreto detrás de las familias que consiguen tener éxito durante muchas generaciones? Esa pregunta buscaba, entre otras cosas, ahondar en un dicho que con frecuencia se le atribuye a Andrew Carnegie: “Shirtsleeves to shirtsleeves in three generations”. La frase podría traducirse a algo así como “Padre comerciante, hijo caballero, nieto pordiosero”. Ese refrán hace referencia a la naturaleza efímera de la riqueza, y a la famosa tendencia de que una generación forja una fortuna, la que viene la gasta y la tercera queda en la ruina.

Sin embargo, las familias que analizó Jaffe evitaron caer en esa trampa en la que los nietos destruyen lo que edificaron los abuelos. Esas familias lograron sobrepasar la barrera de la “tercera generación”. No es sencillo comprender cómo lo lograron, pero Jaffe afirma que hay un componente esencial: las familias cuya riqueza perdura en el tiempo tienen una mejor comunicación que otras.

Jaffe compartió las conclusiones de su investigación en una serie de ensayos y el año que viene, esos ensayos serán compilados y publicados como libro con el (algo rimbombante) título "Borrowed From My Grandchildren: The Evolution of Stewardship in 100-Year Families, que al castellano podría traducirse" como “Prestado de mis nietos. La evolución de cómo se cuida (la fortuna) en las familias de cien años”.

El estudio de las llamadas “familias de cien años” se basa en años de investigación y en esencia se propone explicar algo que se le puede escapar a cualquier familia, rica o pobre: ¿cómo logran mantenerse unidas en las buenas y en las malas? A continuación, presentamos algunos de los descubrimientos de Jaffe. 

Mantenerse unidos

En lo primero que se enfocaron estas familias fue en sus integrantes, no en el negocio. La investigación de Jaffe demuestra que esa inversión rinde frutos. “Se dieron cuenta de que la calidad de las personas que conforman la familia, y su identidad, va a determinar el éxito en el futuro. Las decisiones empresariales son importantes, pero en realidad se derivan de la calidad de la familia”.

Jaffe dice que, en cierta manera, lo que hicieron estas familias no es muy distinto de lo que hacen con sus hijos los padres acaudalados que se concentran en la educación. No escatiman en gastos de educación, tutores y deportes que puedan proporcionarles a sus hijos una ventaja. Sin embargo, en el caso de las familias que él estudia, estas tienen el beneficio adicional de tener un grupo de consejeros para garantizar que sus hijos comprendan temas financieros, empresariales y de gestión familiar.

Transparencia, respeto y compromiso

La frase “La familia es lo primero” suena a cliché, pero Jaffe afirma que su investigación reveló que las segundas y las terceras generaciones en las familias exitosas y adineradas se concentraban en incluir a las personas en las decisiones empresariales y familiares. Esto va de la mano con la necesidad de que haya un respeto mutuo y un compromiso entre miembros de una familia que, quizás, no viven muy cerca unos de otros. “La decisión de las segundas y las terceras generaciones de crear una gran familia requiere de transparencia, respeto y compromiso”, señala Jaffe. “Surge del hecho de que, debido a que son adinerados, quieren invertir de alguna manera en la familia. No piensan que como todos son ricos, se dan una palmada en la espalda y disfrutan de su riqueza”.

Cuidar el legado

No se trata únicamente del dinero. Esa es otra de las conclusiones de Jaffe. También se le da importante al “legado” y lo que eso conlleva. Hay una voluntad de continuar con lo que los antepasados crearon, expandirlo y adaptarlo con el paso de los años. “Para mantener unida a esa entidad hay que desarrollar una forma respetuosa, positiva y útil de trabajar juntos”, comenta Jaffe. “Hay que colaborar, porque habrá momentos de conflicto y estrés”. Jaffe menciona los casos de familias como la de John D. Rockefeller como ejemplos de unión y colaboración aún en tiempos difíciles.

Todos deben estudiar

Guste o no, con frecuencia en las familias hay hijos o hijas favoritos, así como ovejas negras, aquellos miembros que por una u otra razón se mantienen al margen. En cualquier familia, adinerada o no, algunos niños reciben recompensas y otros son ignorados. En las familias que Jaffe señala, eso no sucede. Todos deben tener habilidades básicas y capacitación para comprender no solo cuáles son sus responsabilidades, sino también de qué son responsables. “Cuando se pertenece a una familia multimillonaria, hay que tener un nivel alto de habilidades para ser un accionista responsable”, dice Jaffe. “En eso consiste la administración: si eres un accionista con miles de millones de dólares, tienes que desarrollar muchas habilidades, aun siendo un violinista”. De lo contrario, la familia se disuelve o peor aún: se cumple la profecía del padre comerciante, el hijo caballero y el nieto pordiosero.

Las apuestas financieras importan menos

Esto se relaciona con la idea de que la familia invierte primero en sí misma, no en algo externo. El capital humano es su activo más valioso, no la cuenta bancaria. Si por diversos motivos las apuestas financieras que esa familia realiza en el mundo externo fracasan, eso no será tan terrible como para destruirla. Un hecho más destructivo sería que un miembro de la familia no comprendiera su función. “A eso le llamo ‘alianza generativa’”, dice Jaffe: “Todos trabajan y les va bien. Buscan nuevas oportunidades e ideas. Descubrimos que en estas familias hay hombres y mujeres heterodoxos y excéntricos que también recibieron una educación y son responsables. Tienen una mayor capacidad de innovar de la que tendrían si solo se tratara de una oficina familiar dirigida por un profesional con 30 años de experiencia en la banca”.

Los de afuera no son de palo

El antiguo modelo de la familia como una entidad cerrada en sí misma es vetusto. Las más inteligentes crean consejos dentro de las empresas que incluyen a personas ajenas a la familia. La familia empresarial colombiana Carvajal, con la cual Jaffe ha trabajado (ver recuadro) fue aún más lejos y nombró a alguien que no era miembro de la familia como asesor de confianza dentro de su consejo familiar. El asesor es alguien que trabajó en el negocio familiar y ascendió hasta un nivel de alto rango antes de jubilarse. Su padre también trabajó ahí. Eso le ayudó a entender mejor a la familia, pero desde el punto de vista de una persona externa. “Asiste a todas las reuniones, tiene acceso a la misma información que todos los demás, e interviene cuando es necesario”, dice Manuel José Carvajal, de 64 años, miembro de la cuarta generación de la familia. “En ocasiones, le pedimos su opinión. A veces actúa como supervisor cuando nos reunimos”. Aunque pueda parecer un anatema permitir que una persona ajena interfiera en asuntos familiares, los Carvajal lo tratan como a cualquier asesor. Ahora su familia está en la sexta generación, con un negocio multinacional que abarca toda Latinoamérica y llega hasta la frontera de Estados Unidos.

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