Publicidad

A qué le cantan los Rolling Stones

Compartir esta noticia
Jagger, Richards y compañía están negociando su llegada al Río de la Plata para 2015.

En febrero, la banda trae a Montevideo más de 50 años de canciones, en las cuales mostraron ser unos verdaderos cronistas de su tiempo.

¿ Qué dicen las letras de estas cinco canciones de los Rolling Stones?

Canción de guerra con un final bien paz y amor

El año 1969 fue el de Woodstock y el de Altamont. El del auge del movimiento hippie y de su defunción. Gimme shelter, unánimemente reconocida como una de las mejores canciones de los Rolling Stones, está empapada del terror que las imágenes televisivas traían de Vietnam, así como de la convulsión que al otro lado del mundo, en Estados Unidos, generaba la lucha de los movimientos civiles. Luego de tanta locura, al final la canción terminaba muy a lo flower power: “Te digo que el amor, hermana/ está a un beso de distancia”. Síntesis perfecta.

La época discotequera no les pasó de largo

A fines de los años ‘70, la música disco tomó por asalto al mundo. Grupos tan disímiles como Kiss o Bee Gees, que nada tenían que ver con ella, cayeron bajo su encanto. Los Rolling Stones no fueron la excepción y Miss You (Te extraño), editado como simple en 1977 y como parte del disco Some girls en 1978, se convirtió en el gran éxito bailable de la banda. Más que la letra —basada en el matrimonio de Jagger que se iba a pique— fue su música la quedó como testimonio de época, gracias al saxo de Mel Collins y el piano eléctrico de Ian McLagan.

El ayudante de madres, drogas que son legales

El ama de casa de los años ‘60 se siente agobiada por sus hijos y por un marido nada comprensivo ni complaciente, por eso debe ir corriendo “al refugio del pequeño ayudante de madres” para soportar el día o poder dormir. Ese es el panorama que pinta Mother’s little helper, en pleno boom del Valium o similares. “Es una canción sobre el abuso de drogas, pero de una forma engañosa”, dijo Jagger sobre ella. Cuando muchos comenzaban a señalarlos como chicos malos y drogadictos, ellos se limitaban a decir que no eran los únicos.

Los Bush, padre e hijo, blanco de sus diatribas

A Mick Jagger no le caen los Bush. “Les vendemos misiles, / les vendemos tanques. / Les damos crédito, / usted puede llamar al banco. / Es solo un negocio, / nos puede pagar en crudo (...) / Caminamos por la cuerda floja / enviando hombres al frente”, cantaban en Highwire, en 1991, durante la Guerra del Golfo que encabezó George Bush padre, entonces presidente de Estados Unidos. A George W. Bush le dedicó Sweet Neo Con, en 2005: “Te llamas a ti mismo un cristiano. / Creo que eres un hipócrita”.  Curiosamente, Jagger es admirador de Margaret Thatcher.

El consumismo excesivo ya era tema en los 60

Satisfaction (1965) supuso el desafío formal de los Stones al dominio de los Beatles y la piedra fundamental de un reinado de más de medio siglo. Esta canción, quizá la más emblemática de ellos, es una feroz crítica al capitalismo y a la sociedad de sus padres escrita por dos jóvenes furiosos y frustrados como Jagger y Richards. “Cuando estoy mirando mi tevé/ y ese hombre viene a decirme/ que tan blancas deberÍan de ser mis camisas./ Pero el no puede ser un hombre porque el no fuma/ los mismos cigarros que yo. / No consigo satisfacción”.

LEONEL GARCÍA

Con una de las duplas compositoras más reconocidas de la historia de la música popular, y casi 54 años de vida, no es descabellado hablar de The Rolling Stones como cronistas de este último medio siglo. Desde que Mick Jagger y Keith Richards se dedicaron a elaborar el material de la banda, demostraron ser capaces de mucho más que escribir odas al sexo, drogas y rock and roll (tres temas en las que ambos son graduados honoris causa). Muchos cambios personales, políticos y sociales se dieron desde aquel lejano julio de 1962, cuando la banda realizó su primera actuación en el Marquee londinense. Y ahí estuvieron ellos para registrarlos —o burlarse de ellos— en clave de rock.

Tiempos violentos.

Los Stones nunca fueron una banda prolífica en canciones de protesta. Pero como buenos compositores que eran, la dupla Jagger-Richards no podía estar ajena a lo que pasaba en el mundo. Y más, si el mundo se ponía tan de cabeza como a fines de los 60. Street fighting man (Peleador callejero) es unánimemente reconocido como su tema más político. "Por doquier escucho el sonido de pies cargando y marchando, nene/ Porque el verano está aquí y es el momento correcto para pelear en la calle, nene/ Pero qué puede hacer un pobre muchacho/ excepto cantar en una banda de rock and roll. / Porque en la adormilada ciudad de Londres/ no hay lugar para un peleador callejero". Jagger se inspiró en una marcha pacifista a la embajada de Estados Unidos en Londres, organizada por el activista Tariq Ali, y por la represión a estudiantes franceses en la margen izquierda del Sena en París (el Mayo Francés, habitualmente señalado como musa de este tema, comenzó un mes después que la banda entrara a grabarlo, en abril de 1968). Vietnam y todas sus atrocidades fueron reflejadas en Gimme shelter (Dame un refugio), de 1969. "Oh, mirá al fuego que está barriendo/ nuestras calles hoy./ Quema como una alfombra de carbón rojo./ Un toro loco perdió su rumbo. / La guerra, niños, está solo a un tiro de distancia". Mucho después, en 1983 y con versos como "la lengua de la oposición está cortada en dos" o "Cien mil disparos perdidos/ en las cárceles de Sudamérica", en Undercover of the night (Escondido de la noche) las dictaduras del Sur entraban al universo stone. "Creo que es una muy buena canción, pero no fue especialmente exitosa porque hay algo con los temas políticos que, por alguna razón, no son hits", dijo el cantante por entonces. Quizá por esa desconocida razón, la crítica social no fue frecuente en ellos.

Auge de las pastillas.

En 1963, de la mano del químico Leo Stembach, el Valium irrumpió en el mundo como una píldora mágica para insomnes y ansiosos. En esa década, las anfetaminas todavía eran de venta libre. Y pronto se supo que los psicofármacos enganchaban más mujeres que hombres en una proporción de cuatro a uno, al contrario de lo que suele ocurrir en cualquier adicción. Y en los 60, muchas amas de casa se zambulleron en esas pastillas para poder tolerar mejor un mundo que estaba cambiando a ritmo de vértigo sin que ellas lo comprendieran bien. Eso quedó reflejado en Mothers little helper (El pequeño ayudante de madres), un tema de mayo de 1966, que fue editado como single y como canción de apertura del excelente disco Aftermath. "Hoy los chicos son distintos./ se lo oigo decir a cada madre. /Hoy una madre necesita algo que la tranquilice./ Y aunque realmente no esté enferma, hay una pequeña píldora amarilla./ Ella corre al refugio de la pequeña ayuda para madres. / Y esto le ayuda en su camino a pasar su atareado día". Esta canción fue parodiada en un capítulo de la undécima temporada de Los Simpsons, titulado Brothers Little helper, en el que Bart Simpson sufre las consecuencias del exceso de Ritalina.

Confusión de luto.

Gracias a la película Nacido para matar de Stanley Kubrick (1987) y a la serie Combate en Vietnam, que poco después aquí emitió Canal 4, el tema Paint it black (Pintarlo de negro) es seguramente el tema de los Stones más asociado a la Guerra de Vietnam. Curiosamente, ese conflicto no tuvo nada que ver con lo que inspiró a Mick Jagger a escribirla. La letra, en la que no se distingue ninguna connotación bélica, reza en su segunda estrofa: "Veo una fila de coches/ y están todos pintados de negro,/ con flores y con mi amor,/ los dos, para nunca volver./ Veo a gente girando la cabeza/ y rápidamente apartando la mirada. / Como un niño recién nacido, simplemente, ocurre cada día". Se trata, nada menos, de un sepelio. Hay quien dice que fue luego de un velorio al que asistió el propio Jagger; otros aseguran que el cantante se inspiró en los históricos funerales de la Reina Victoria. Pese a todo, este tema del año 66, que fue número uno a ambos lados del Atlántico, seguirá trayendo a quien lo escucha imágenes de soldados saltando de helicópteros a pantanos selváticos. Quizá la percusión galopante del arranque haya alimentado esa confusión.

Omnipresentes drogas.

Especialistas en cada uno de los tres pilares que sostienen la mitología rock (sexo, droga y rock and roll), más de una vez Jagger y Richards se inspiraron en sus excesos químicos. El disco Sticky fingers, de 1971, es rico en este tipo de alusiones. Su tema más exitoso, Brown sugar, es ambiguo: "Azúcar moreno, / ¿cómo tenés tan rico gusto" refiere tanto al sexo interracial (y esclavista) como a la heroína, conocida como "azúcar morena" en su versión sin refinar. Otra canción de ese álbum, Sister morphine (Hermana morfina), que fue prohibida en la España franquista, no arroja ningún tipo de dudas. Incluso hay especulaciones sobre la génesis de una dulcísima balada como Angie (1973). Se dice que es una declaración de amor para Angela Bowie, la esposa de David Bowie; se dice que está dedicada a Angela, la hija de Keith Richards (que es el principal compositor del tema); pero mucho más cerca de la verdad es la versión que habla de que "Angie" era el nombre con el que el guitarrista llamaba en confianza a la heroína, droga con la que por entonces tenía una relación por demás amistosa.

Cosas de machos.

Los críticos de rock Joy Press y Simon Reynolds lo dijeron sin medias tintas en su libro The sex revolts de 1995: "Los Rolling Stones son el grupo más misógino de la historia". Aunque quizá la frase sea exagerada, con temas como Stupid girl, Have you seen your mother, baby, standing in the shadow?, Play with fire o Factory girl, los británicos se encargaron de darle pasto a los movimientos feministas. Pero ninguna de esas canciones se llevó tanto las "palmas" como Under my thum (Bajo mi pulgar), de 1966. "Bajo mi pulgar/ (está) una perra trepadora que está acabada", cantaba la banda en referencia a una chica que en algún momento los hizo sufrir. Ese juego de dominancia de género no cayó nada bien en épocas de revolución femenina y sigue sin caer simpática hoy. En 1995, casi treinta años después de editada, Jagger seguía respondiendo que la mujer de la letra era una "caricatura" y que no era una canción "más machista" que otras de la banda. Under my thumb, en cambio, es más recordada porque fue el tema que estaban tocando durante el tristemente recordado concierto de Altamont, el 6 de diciembre de 1969, cuando era asesinado Meredith Hunter, uno de los asistentes, por parte de los Hells Angels, quienes estaban a cargo de la seguridad del evento.

Tocarán en el estadio Centenario el 16 de febrero. 
Tocarán en el estadio Centenario el 16 de febrero. 

Una canción de amor que cambió de dueño y de destinatario.

Además de sus muy conocidos himnos al rock, al sexo y a los excesos, los Stones escribían notables canciones de amor. Una de las más emblemáticas es Wild horses (Caballos salvajes), de 1971. La música es de Keith y su primera letra también. Es que el guitarrista la había escrito por la pena que le dejaba separarse de su hijo Marlon, nacido en 1969, para salir de gira. Mick la reescribió, inspirado en su relación, ya por entonces al borde de la ruptura, con la cantante Marianne Faithfull. "Te miré sufrir un pesado dolor./ Ahora decidiste mostrarme lo mismo./ Pero ninguna despedida o salida de tono/ podrían amargarme o hacerte tratar mal." Es una canción de adiós y de la letra original, el vocalista solo dejó el verso del estribillo: "Caballos salvajes, no podrían hacerme partir".

Mucho después, en 2009, Keith dijo sobre la canción: "Si hay una forma clásica de Mick y mía de trabajar juntos fue esta. Yo tenía la música y el estribillo. Mick puso los versos. Lo mismo pasó con Satisfaction". Del supuesto "hurto" de una canción pensada para su hijo no dijo una palabra, quizá como parte de un pacto de no agresión con su ególatra compadre.

UNA VARIADA TEMÁTICA.

Canción de guerra con un final bien paz y amor.

El año 1969 fue el de Woodstock y el de Altamont. El del auge del movimiento hippie y de su defunción. Gimme shelter, unánimemente reconocida como una de las mejores canciones de los Rolling Stones, está empapada del terror que las imágenes televisivas traían de Vietnam, así como de la convulsión que al otro lado del mundo, en Estados Unidos, generaba la lucha de los movimientos civiles. Luego de tanta locura, al final la canción terminaba muy a lo flower power: "Te digo que el amor, hermana/ está a un beso de distancia". Síntesis perfecta.

La época discotequera no les pasó de largo.

A fines de los años 70, la música disco tomó por asalto al mundo. Grupos tan disímiles como Kiss o Bee Gees, que nada tenían que ver con ella, cayeron bajo su encanto. Los Rolling Stones no fueron la excepción y Miss You (Te extraño), editado como simple en 1977 y como parte del disco Some girls en 1978, se convirtió en el gran éxito bailable de la banda. Más que la letra —basada en el matrimonio de Jagger que se iba a pique— fue su música la quedó como testimonio de época, gracias al saxo de Mel Collins y el piano eléctrico de Ian McLagan.

El ayudante de madres, drogas que son legales.

El ama de casa de los años 60 se siente agobiada por sus hijos y por un marido nada comprensivo ni complaciente, por eso debe ir corriendo "al refugio del pequeño ayudante de madres" para soportar el día o poder dormir. Ese es el panorama que pinta Mothers little helper, en pleno boom del Valium o similares. "Es una canción sobre el abuso de drogas, pero de una forma engañosa", dijo Jagger sobre ella. Cuando muchos comenzaban a señalarlos como chicos malos y drogadictos, ellos se limitaban a decir que no eran los únicos.

Los Bush, padre e hijo, blanco de sus diatribas.

A Mick Jagger no le caen los Bush. "Les vendemos misiles, / les vendemos tanques. / Les damos crédito, / usted puede llamar al banco. / Es solo un negocio, / nos puede pagar en crudo (...) / Caminamos por la cuerda floja / enviando hombres al frente", cantaban en Highwire, en 1991, durante la Guerra del Golfo que encabezó George Bush padre, entonces presidente de Estados Unidos. A George W. Bush le dedicó Sweet Neo Con, en 2005: "Te llamas a ti mismo un cristiano. / Creo que eres un hipócrita". Curiosamente, Jagger es admirador de Margaret Thatcher.

El consumismo excesivo ya era tema en los 60.

Satisfaction (1965) supuso el desafío formal de los Stones al dominio de los Beatles y la piedra fundamental de un reinado de más de medio siglo. Esta canción, quizá la más emblemática de ellos, es una feroz crítica al capitalismo y a la sociedad de sus padres escrita por dos jóvenes furiosos y frustrados como Jagger y Richards. "Cuando estoy mirando mi tevé/ y ese hombre viene a decirme/ que tan blancas deberÍan de ser mis camisas./ Pero el no puede ser un hombre porque el no fuma/ los mismos cigarros que yo. / No consigo satisfacción".

vea los videos

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

The Rolling Stones

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad