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Lana y Lilly, las creadoras de Matrix cuando eran Andy y Larry

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Lana y Lilly Wachowski

NOMBRES

Las hermanas Lana y Lilly Wachowski fueron las creadoras de la franquicia Matrix. Ahora, una de ellas vuelve a ese universo.

Tomaron al mundo del cine por sorpresa cuando se estrenó, hace 21 años, Matrix, con Keanu Reeves, Carrie-Anne Moss, Laurence Fishburne y Hugo Weaving en los papeles principales. En ese entonces eran Larry y Andy. Ahora son Lana y Lilly y una de ellas (Lana) vuelve a la franquicia que las colocó en el centro de la atención en aquel momento.

Un poco de nostalgia: cuando estaba por salir Matrix se mostró, como siempre, el trailer de la película antes de la función principal. Comentario escuchado en un cine montevideano cuando terminó el adelanto de Matrix: “Che, yo quiero ver esa película, no la que van a dar ahora”. Tal era el interés y la expectativa que generaba esa producción de la cual todavía no se sabía demasiado. Ahora ya está hiperanalizada, hasta el hartazgo, pero en aquella época todos parecían tener algo para decir sobre la película. Por ejemplo, el filósofo comunista-lacaniano (?) Slavoj Zizek, cuyo ensayo Matrix, o las dos caras de la perversión se hizo célebre.

Ese ensayo comenzaba así: “Cuando la vi tuve la oportunidad única de sentarme al lado del espectador ideal para la película, es decir, de un idiota: un hombre que rozaba la treintena, sentado a mi derecha y, tan absorto en la película, que constantemente molestaba a los otros espectadores con exclamaciones como: ‘¡Dios, la realidad no existe!’... Sin duda prefiero esta ingenua inmersión en la película a las interpretaciones intelectualoides y pseudosofisticadas que proyectan sobre la ella refinados matices filosóficos o psicoanalíticos”.

Tal vez Zizek ya estaba abriendo el paraguas y relativizando su propio aporte en el terreno de los análisis de esa obra. Lo cierto es que el del filósofo era una de incontables contribuciones a la interpretación de una película que parecía tener un mensaje para cualquiera que quisiera ver en ella algo, lo que sea.

La propia Lilly Wachowski dio hace poco su versión de qué era, “en realidad”, el mensaje. Palabras más, palabras menos, Lilly dijo que la película era una alegoría sobre el proceso de transformación de las personas trans, sobre ese trayecto interno hacia descubrir y asumir una identidad que no se condice con el género biológicamente asignado. “Era la intención original de la película, pero el mundo no estaba preparado en ese momento para que lo dijéramos. Al menos no el mundo de los estudios de Hollywood, el mundo corporativo”.

Nacidas en Chicago en 1965 (Andy/Lana) y 1967 (Larry/Lilly), no llegaron a Hollywood desde una escuela de cine o desde una universidad especializada en artes dramáticas o cinematográficos. Habían abandonado los estudios universitarios y puesto una barraca, donde vendían pintura y otros insumos para el sector de la construcción. Pero desde la infancia les picaba el bichito de los relatos y los cuentos. Entonces empezaron escribiendo guiones para historietas, en particular de terror.

De ahí, a guiones de cine. Hollywood les compró uno y la productora que adquirió la historia concretó la producción de una película basada en ese libreto. Como suele ocurrir en la industria del cine estadounidense, el guion a veces es considerado apenas un punto de partida, la chispa que enciende todo lo que viene después. Por eso, no necesariamente se respeta por todas y cada una de las partes de ese trabajo. Quien firma recuerda una conferencia de prensa del director Brad Bird (Misión imposible 4, Los increíbles) cuando acordó dirigir Ratatouille: “Del guion original cambié todo menos el personaje principal”. Así de brutal y sencillo puede llegar a ser.

El director elegido para llevar a la pantalla el primer guion de las hermanas, Richard Donner, hizo algo parecido. Le cambió tantas cosas a la historia que habían pergeñado las Wachowski que estas intentaron despegarse de ese proyecto todo lo que pudieron. Pero en el contrato firmado cuando vendieron el guion había una cláusula que se los impidió. La película en cuestión, Asesinos (con Sylvester Stallone, Julianne Moore y Antonio Banderas) se estrenó en 1995 y ahí en los créditos estaban los hermanos Larry y Andy.

Con una calentura que volaban, decidieron que intentarían convertirse en directores para evitar que otros hicieran lo que se le antojara con una de sus historias. Pusieron manos a la obra y un año después del estreno de Asesinos se presentó la primera película de ellos: Bound, un thriller que no tuvo demasiada repercusión ni adelantaba que los hermanos iban a romper todo en poco tiempo.

Un año después de Bound, las Wachowski arreglan el presupuesto para su próximo proyecto, Matrix: US$ 60 millones. No era demasiado, pero se las ingeniaron para hacer valer cada centavo.

En el proceso de elección de actores, el casting, vieron a varios aspirantes para el papel principal de Neo, como Brad Pitt, Leonardo Di Caprio y Will Smith (quien luego diría que fue una suerte que no lo eligieron porque habría “arruinado” la película), hasta que se decidieron por Keanu Reeves.

Tuvieron que convencer al a esta altura legendario coordinador de acción chino Yuen Woo-Ping para que se hiciera cargo de las escenas de peleas (no quería porque tenía otros proyectos) y, tal como George Lucas había hecho cuando dirigió La guerra de las galaxias, trabajaron en tándem con un experto en efectos especiales, John Gaeta, para crear un efecto totalmente nuevo: el de las balas que Neo esquiva en la película.

Se pasaron de presupuesto, pero Warner les dio más dinero para completar la película. En marzo de 1999 se estrenó finalmente Matrix y las hermanas se convirtieron en la dupla de directores del momento. La película arrasó en la taquilla y la crítica acompañó aunque con un entusiasmo moderado.

Tras ese tremendo éxito, las hermanas se pusieron a trabajar para hacer dos secuelas y decidieron que filmarían las dos películas juntas. En 2003 se estrenaron Matrix Recargado y Matrix Revoluciones pero el público, que había adorado la primera entrega, se sintió un poco estafado. Las dos continuaciones no colmaron las expectativas de los fanáticos, pero ellas estaban en otra. Andy ya había comenzado su camino de transformación por esa época, aunque demoraría hasta 2012 para oficializarlo. Larry, por su parte, se asumió públicamente como Lilly cuatro años después de su hermana.

En 2007 dirigieron Meteoro, en 2012 Cloud Atlas (codirigida por Tom Tykwer) y en 2015 El ascenso de Jupiter. Todas ellas fueron recibidas con un “meh” (también hicieron la serie de televisión Sense 8). Ahora resta por ver si con la cuarta parte de Matrix el apellido Wachowski recobra el lustre y el éxito que supo tener cuando la primera conquistó al mundo.

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