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Keylor Navas, el arquero de la fe

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Keylor Navas. Foto: EFE

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Considerado el mejor jugador en la historia de Costa Rica, el portero del Real Madrid se destaca por su liderazgo y su religiosidad.

Keylor Navas. Foto: EFE

Tenía 18 años cuando logró lo que (él posiblemente creía) era uno de los máximos sueños de su vida: cruzar la mayoría de edad formalmente con el Saprissa de Costa Rica. El día que Keylor Navas firmó el contrato, en el año 2003, Jeaustin Campos, gerente deportivo morado le dijo una frase, con la intención de que el recién llegado y súper joven jugador tuviera el panorama claro: "Si lo estamos fichando es porque le tenemos fe. Pero no queremos que se arrugue por falta de paciencia, usted viene de cuarto portero, adelante están Porritas, Fausto y Cambronero".

Justamente, Navas y Daniel Cambronero venían llegando del Mundial Sub 17, donde Navas había sido suplente. Por ende, al firmarlos a los dos, el tercer puesto le correspondía a Cambronero. Navas, sin ínfulas de ningún tipo ni mayores inflexiones en la voz, le contestó a Campos, mirándolo firmemente: "No se preocupe. En un año voy a estar metido ahí". Dicho y hecho.

Y es que su talento y dedicación al arte de cubrir el arco precedían las gestiones de su contratación. Lo que muy pocos vieron venir fue el líder tan particular en el que se iba a convertir, por su carácter mesurado y su ensimismamiento, partícipe muy por encima de las bromas de vestuario, siempre midiendo escenarios, pensando jugadas, acopiando su fe en Dios y pidiéndole que lo guíe.

No es que no tuviera pasta de comandante. Pero, definitivamente y como lo ha demostrado, se trata de un liderazgo de pocas palabras asertivas, de vive y deja vivir. Justamente por ello cuando Navas alza la voz o esgrime un verbo punzante, todo vale triple puntaje.

Navas es considerado el futbolista más exitoso en la historia de Costa Rica y suma diez títulos en cuatro temporadas con el Real Madrid, incluidos dos de Liga de Campeones, dos de Mundiales de Clubes y uno de Liga Española. En estos días, varios medios de prensa españoles hablan de que sus horas frente a la portería del Madrid estarían contadas. Por un lado, se da como un hecho el fichaje de Kepa Arrizabalaga, portero del Athletic, y además se habla de la incorporación de Thibaut Courtois en cuanto finalice el contrato del belga con el Chelsea, en junio del 2019.

Reflejos y espíritu.

Además de su monumental ADN para resguardar el arco con jugadas que dejan sin aliento, con una rapidez y unos reflejos felinos que parecieran tan distantes de su mesurada personalidad, Navas vive aferrado a su espiritualidad que, dice, le da fuerzas para todo.

"Es un adicto al trabajo", afirma Jeaustin, al tiempo que rememora cómo su entusiasmo sobrepasaba las horas de entrenamiento y mucho más. "Nos maravillaba, ¿quién no se desea un jugador así? Pero había que tratar de dosificarle un poco el ímpetu o el ritmo porque no paraba de pensar en jugadas, estrategias, en cualquier momento se le venía una jugada posible y bueno, era imparable, siempre enfocado".

Por estos días, es prácticamente imposible conseguir una entrevista con Navas debido a su agenda y a la reglamentación del Real Madrid. Sin embargo, hace poco tiempo el sitio FIFA.com publicó una exclusiva con el arquero, al que presentó así: "En sus cuatro temporadas en el Real Madrid, si algo ha demostrado Keylor Navas es que es un tipo con las espaldas anchas y que no se rinde fácilmente. No lo hizo ante el reto mayúsculo de suceder a Iker Casillas, tampoco cuando estuvo a punto de ser traspasado en 2016… Y mucho menos cuando, a comienzos de este año (el 2017), aparecieron las críticas".

En respuesta, Navas afirmó que "a nadie le gusta que hablen mal de uno". Y agregó: "Todos somos seres humanos y tenemos sentimientos pero, al final, siempre trato de que mi felicidad no dependa de lo que dice la gente y sí de lo que siento en mi corazón".

El sentido de ubicación de Navas se ratifica casi al mismo ritmo que va contabilizando logros. Es natural entonces que se haya ganado el cariño mancomunado con un gran respeto por parte de toda la legión de galácticos que lo rodean, no solo en su equipo, si no entre sus contrincantes primermundistas, contra los que juega en España o en los torneos más importantes del mundo.

Por supuesto, y aunque la gente le dice San Keylor en alusión a la forma en que se desmarca de las acostumbradas "reacciones al calor del juego", Navas no es un santo, ni pretende serlo.

Sus defectos ha de tener, como es lógico. Lo que pasa es que la transparencia con la que se desenvuelve en su vida en general, incluyendo el fútbol, ofrece una imagen de un tipo sencillo, que se la cree, por supuesto, pero que más que cualquier cosa, parece nunca haber olvidado la máxima de los chiquilines guerreros de canchas abiertas con las que él se formó: "Jugar para divertirse, jugar para engrandecerse".

Navas sabe, como pocos, vivir el momento. Eso sí, reconoce sin sombra de modestia: "Cuesta mucho llegar hasta aquí". 

Estrenan una película sobre su vida

Cientos de personas, en especial niños ataviados con la camiseta del Real Madrid, acudieron la semana pasada a las salas de cine de Costa Rica para ver el estreno de la película del guardameta Keylor Navas. El largometraje Hombre de Fe cuenta la historia de Navas desde que era un niño en el pueblo de San Andrés de Pérez Zeledón, una zona agrícola del sur de Costa Rica, hasta el ascenso en su carrera que lo llevó al Saprissa, a la selección de Costa Rica y finalmente a España con el Albacete, el Levante y el Real Madrid.

Los productores aseguran que la película tiene el objetivo de ser una historia de inspiración y fe en Dios y no de ensalzar excesivamente la figura de Navas.

La película, que tiene una duración de 97 minutos, fue rodada en escenarios de Costa Rica como playas y montañas, así como en España, incluido el estadio Santiago Bernabéu.

También aparece en unas escenas Keylor junto a sus compañeros del Real Madrid, el entrenador Zinedine Zidane y el presidente del club, Florentino Pérez. El papel de Navas niño está interpretado por José David Coste, originario de la zona del Sur de Costa Rica donde nació el guardameta, mientras el colombiano Matt Márquez interpreta a Keylor adulto. La banda sonora combina rock, trova, música tropical y sonidos tradicionales de Costa Rica.

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