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Kanye West, el provocador

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Kanye West

NOMBRES DEL DOMINGO

Un acercamiento al artista más polémico del momento en Estados Unidos.

Algunas cifras, para darle algo de perspectiva a la estatura Kanye West como artista y figura cultural: sucuenta de Twitter tiene algo más de 28 millones de seguidores. En Spotify, su música es seguida casi 25 millones de suscriptores. Hasta ahora, ha vendido más de 30 millones de discos, contando tanto copias físicas como descargas digitales. Tiene, además, 21 premios Grammy por su obra discográfica, que abarca ocho álbumes y medio (Watch The Throne, 2011, fue hecho a medias con Jay Z).

Sin duda, es un artista muy exitoso. Sin embargo, no es una superestrella a lo Justin Bieber o Rihanna, que tienen —exceptuando los Grammy— cifras más altas en todas las categorías recién mencionadas. Kanye West no es siquiera el nombre más "vendedor" en su estilo musical (ese es el canadiense Drake).

Entonces, ¿cómo es que se ha convertido en el rapero del momento, el que más polémicas y discusiones genera, y todo por unos pocos tuits en los que declara su apoyo al presidente estadounidense, Donald Trump?

Traducción: "No necesitas estar de acuerdo con Trump, pero la masa no puede obligarme a no amarlo. Ambos somos energía dragón. Él es mi hermano, y yo amo a todos. No concuerdo con todo lo que alguien haga. Eso es lo que nos hace individuos. Y tenemos el derecho de pensar de forma independiente".

Una de las posibles respuestas es que West es atípico en el hip hop. Otra, que es un artista que trasciende su particular disciplina. Su arte cruza a menudo hacia lo performático y lo conceptual, con todo lo que ello implica de ambigüedad. Un ejemplo: West dirigió este cortometraje de casi 35 minutos para el lanzamiento de la canción Runaway, del disco My Beautiful Dark Twisted Fantasy (2010).

Otro ejemplo: cuando lanzó el videoclip de la canción New Slaves (del disco Yeezus, 2013), lo hizo a través de proyecciones del video en las fachadas de edificios de varias ciudades del mundo. 

New Slaves, Kanye West
Foto: Difusión

COMIENZOS

West nació en la ciudad de Atlanta en 1977. Su madre Donda —figura fundamental su vida y fallecida en 2007— era profesora de inglés y su padre, reportero gráfico además de integrante del partido Panteras Negras. En las actividades profesionales (y las ideas) de sus progenitores probablemente haya varios puntos de partida para comprender el derrotero artístico de West.

Cuando sus padres se divorciaron, su madre y él se mudaron a Chicago, una ciudad que no es un epicentro musical de hip hop como Nueva York, Los Ángeles o la propia Atlanta. Desde ahí, West se hizo primero un nombre como productor artístico para otros. En 2004, cuando ya había demostrado su talento en discos de, entre otros, Jay Z, sacó su primer álbum: The College Dropout  ("El que abandonó la universidad"). El tema Through The Wire, el primer adelanto de ese disco, lo grabó con unos injertos de metal en su mandíbula, fracturada luego de un accidente de tránsito.

Como pocos, West hizo del lugar público —ese espacio iluminado por los focos de los medios masivos de comunicación— una plataforma para provocar e iniciar debates, a veces de una manera intelectual y artísticamente estimulante, otras veces siendo apenas obsceno y grosero.

Estar en ese lugar implica un constante escrutinio y puede desequilibrar a cualquiera. West, de acuerdo a los relatos de otros, tenía la confianza y la determinación para bancar casi cualquier cosa que los medios o las redes sociales le tiren.

Uno de sus amigos, el comediante Dave Chapelle, contó en un programa de televisión que conoció a West cuando aún no era famoso. Por entonces, según Chapelle, West "parecía Muhammed Ali en la Villa Olímpica. Sabía que iba a ganar la medalla de oro". Esa actitud la ha mantenido.

The College Dropout no llegó al primer puesto en la lista de ventas Billboard de Estados Unidos, aunque arañó el codiciado sitio llegando al segundo lugar. Sin embargo, todos sus siete álbumes posteriores llegaron a la cima, lo que pone a West en compañía de nombres como U2, Led Zeppelin, Elton John, Janet Jackson, Eminem y Drake, que ostentan la misma cantidad de discos "Number Ones".

NOTORIEDAD

Firmemente instalado en el mainstream, inició en 2012 una relación con la mediática Kim Kardashian, lo cual multiplicó su exposición hacia niveles estratosféricos. Su nombre ya no aparecía solo en las publicaciones y canales musicales, sino que también empezó a aparecer en programas de chimentos amorosos y sensacionalistas.

La respuesta de West a esa magnificada exposición y ubicuidad fue Yeezus , cuyo título jugaba con su apodo, Ye, y el nombre del hijo de Dios. Para que no quedaran dudas de la connotación divina del disco —y de la imagen que West tiene de agrandado— hay una canción que se llama I am a god ("Soy un dios"). Además, lanzó un videoclip de alto contenido erótico: Bound 2.

Ahora que está por sacar un nuevo disco, hay quienes atribuyen los polémicos tuits a una jugada publicitaria.

Puede ser. West ha demostrado en varias oportunidades una considerable habilidad para hacer que se hable de él. Pero por primera vez en su trayectoria, muchos de sus pares o amigos empezaron a distanciarse. Todo bien con el pensamiento "libre", pero expresar apoyo a un presidente que ha demostrado actitudes racistas una y otra vez, fue demasiado.

Él, aunque ha matizado algunas de sus afirmaciones no esquiva la discusión. Pocos días después de sus tuits, se metió en un estudio de grabación para debatir en clave de rap con uno de sus colegas más críticos, T.I., quien en sus versos lo castiga con dureza y filo.

El tema en cuestión está titulado de manera tan cinematográfica como ingeniosa, y demuestra que West todavía posee la chispa de la inspiración y el riesgo: Ye vs. The People ("Ye versus el pueblo").

Cruces y encuentros artísticos

No es habitual que artistas del hip hop como Kanye incursionen en el mundo del rock, donde hay pocos negros. Pero West ha grabado con Paul McCartney (FourFiveSeconds), por ejemplo. En su música, ha sampleado a bandas tan poco hip hop como Steely Dan (en la canción Champion) o King Crimson (en Power). Y el videoclip de la canción Famous no solo causó revuelo por retratar a gente como Donald Trump y Taylor Swift desnudos. También despertó la admiración de gente como el afamado director de cine alemán Werner Herzog (autor de obras maestras como Aguirre, la ira de Dios, entre otras).

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