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Cómo juegan los niños hoy

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Los videojuegos tienden a aislar a los niños

COMPORTAMIENTO

La infancia actual está atravesada por la exposición constante a dispositivos electrónicos que cambian las lógicas del juego y del entretenimiento.

Solemos decir que los niños de ahora no juegan como nosotros, los niños de los 90. Que nuestra infancia fue más sana, linda y creativa. Que antes jugábamos a la pelota y a las escondidas en la vereda y que ahora ni siquiera saben muy bien cómo hacer dos arcos en el cordón sin molestar a los vecinos. Yo, 25 años, nacida en el interior, jugaba toda la tarde con mis vecinos y vecinas después de la escuela: armábamos historias, corríamos, tocábamos timbre sin que nos descubriesen aunque todos supieran que éramos los niños de la cuadra, nos escondíamos, armábamos un partido de fútbol entre todos, merendábamos y volvíamos a jugar hasta que nos llamaban para hacer los deberes. Lo cierto es que lo más electrónico que teníamos eran los dibujitos de la televisión, pero tampoco nos resultaban tan atractivos como para perdernos de los juegos de la cuadra.

Jugar es el oficio de los niños. Mediante el juego descubren el mundo, aprenden de reglas y normas que favorecen el establecimiento de hábitos y de un buen convivir, aprenden a relacionarse tanto con pares como con adultos”, dice Carolina Liesegang, Licenciada en Psicología y Terapeuta Neurocognitiva. “Jugar los entrena para la vida, les enseña a esperar, a tolerar perder, a manejar la frustración, a sentir y disfrutar la alegría de ganar, a compartir, a respetar, a negociar. Un rato de juego al día les da la posibilidad de expandir sus horizontes de imaginación así como de elaborar las situaciones a las que se ve enfrentado cotidianamente. Es también un espacio para que los niños expresen sus sentimientos”.

Ahora los niños tienen un desafío que nosotros no tuvimos: recuperar el amor por el juego que no tenga que ver con ningún dispositivo electrónico, pantalla o teclado. Jugar cara a cara, de eso se trata. Pero claro: la responsabilidad no es de ellos, que nacieron en este mundo hiperconectado, sino de los adultos que estén a su cargo.

Incentivar a los niños con juegos que mantengan su atención
Incentivar a los niños con juegos que mantengan su atención. Foto: Shutterstock

“Desde mi punto de vista, lo primero y fundamental es el ejemplo. Si miramos con atención lo que vemos son adultos sumamente conectados con sus celulares o televisores. Muchas veces no logran disfrutar de las instancias familiares o de la relación interpersonal, porque están ensimismados en sus dispositivos. Si partimos de los adultos como ejemplo para los niños, diría que lo primero para que un niño se divierta con otra cosa que no sea un dispositivo es que el adulto le muestre con el ejemplo el cómo hacerlo y además que lo sostenga en el tiempo”, explica la licenciada.

En este sentido, es fundamental que los adultos y el resto de la familia generen espacios para compartir juegos con los más chicos y que, además, se promuevan espacios lejos de cualquier medio electrónico. “El juego es la mejor forma de mostrar que estamos ahí, atentos a lo que ellos necesiten, que estamos dispuestos a sostenerlos y que disfrutamos en la interacción. El ser humano es un ser social y nuestro cerebro se moldea a partir del vínculo con el otro, esto no lo da la pantalla, solamente la interacción con otro ser humano nos brinda esa posibilidad”, dice Liesegang.

Además, explica Daniela Policar, psicóloga especialista en niños, “es muy importante que el contexto familiar supervise el juego, eligiendo qué juegos se adaptan mejor a las necesidades del niño, y a las características de cada edad”. Sin embargo, agrega, “no debemos olvidar que los niños necesitan explorar, conocer, indagar. Y debemos dejarlos que lo hagan por sí mismos, siempre acompañándolos y brindándoles seguridad”.

En estos tiempos en los que todo parece ir más rápido de lo que debería, donde las 24 horas del día nunca son suficientes y donde las pantallas son nuestra principal compañía, ¿con qué juegan los niños? ¿Cómo lograr que se concentren en juegos didácticos? ¿Qué beneficios tienen los juegos en dispositivos electrónicos?

En el mundo digital

Los adultos tienen que generar espacios para el juego
Los adultos tienen que generar espacios para el juego. Foto: Shutterstock

La infancia actual está atravesada y condicionada desde el inicio por la tecnología. De acuerdo al informe de Unicef El estado de la infancia 2017- Niños en un mundo digital, “los niños y adolescentes menores de 18 años representan aproximadamente uno de cada tres usuarios de Internet en todo el mundo”; además, también dice el estudio, cada vez acceden a Internet a edades más tempranas.

En este contexto, no se trata de que a los niños ya no les guste jugar al aire libre, sino de que la sobreexposición a los dispositivos electrónicos y la hiperconexión en la que crecen, marcan nuevas pautas en las formas de entretenimiento.

“En la actualidad, el entretenimiento sigue la misma lógica que la vida en general. Tiende a ser algo mucho más inmediato, corto en el tiempo y seductor en cuanto a la cantidad de estímulos”, explica la licenciada Liesegang.

Uno de los puntos más estudiados hoy en día en los niños es cómo la exposición a dispositivos electrónicos les generan dificultades atencionales, de concentración así como una menor tolerancia a la frustración. En este sentido, los juegos electrónicos a los que están tan habituados los niños en la actualidad, explican las especialistas, tienen sus pro y sus contras.

“Dependiendo de la realidad de cada niño, los juegos en dispositivos electrónicos pueden ser beneficiosos como fuentes de aprendizaje. Sobre todo los que tienen contenidos más vinculados a lo académico. Sin embargo, el juego en los dispositivos electrónicos tiende a ser unilateral. El niño interactúa únicamente con la máquina frente a la cual está”, dice Liesegang. “Con los juegos electrónicos, la frustración queda fuera de la partida ya que la mayoría de las veces se puede reiniciar la actividad solamente apretando un botón. Esto no sucede en la vida real. Cuando uno pierde, muchas veces el otro ya no quiere jugar revancha y ahí hay que aguantar. Los juegos de consola no nos preparan para la vida como lo puede hacer el juego en el patio de la escuela”.

Por su parte, la psicóloga Policar sostiene que “la noción de juego ha atravesado distintas teorías en los últimos 20 años. Si bien el cambio es paulatino y se está viendo de a poco, se está volviendo a creer que el niño tiene que crear, imaginar, e incluso aburrirse. Hace 20 años se les asignaban juegos pautados, con consignas específicas. Si bien hoy en día también se hace, se está volviendo a los juegos libres, con menos consignas, por ejemplo, en lugar de jugar con una cocinita o un juego de caja, se les está dando objetos naturales”.

Así, no se trata de que los más chicos no jueguen con dispositivos electrónicos, sino de que no pierdan el interés por los otros tipos de juegos, los que implican estar en contacto con los demás de forma directa, los que estimulan la creatividad y la concentración, aquellos que implican crear historias y creer en ellas.

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