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Jill Kortleve, la supermodelo talle "M" que tiene mucho para decir

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Jill Kortleve. Foto: Getty Images

NOMBRES

En los últimos años su rostro ha salido en grandes revistas de moda y pasarelas. Es, además, una defensora de las tallas diversas.

CuandoJill Kortleve(27) era una niña en los 2000 pasaba las páginas de las revistas y “veía siempre el mismo tipo de chicas: rubias, blancas, altas, flacas”. Entonces creía que ella era “lo opuesto” a alguien que podía salir en una pasarela. “Pensaba que era una norma, pero ahora, obviamente, eso cambió”.

Jill es una de las nueve modelos que aparecen ante la cámara de Vogue en una serie de videos disponibles en YouTube que buscan, como tantos otros medios de la industria, mostrar que el mundo cambia, que la diversidad, después de todo, ha llegado no solo a las pasarelas sino a las revistas de moda.

Pero, dicen las modelos, todavía queda mucho por hacer.

“A veces, cuando voy a un set, solo tienen muestras del tamaño más pequeño y tienen que cortar la ropa. Eso hace más difícil reservar modelos de distintos tamaños porque la ropa es demasiado pequeña para adaptarse a cualquiera”, contó Jill en esa entrevista de Vogue. “Estoy feliz de que ahora haya curvas y modelos de talla grande, pero las modelos flacas todavía tienen que ser muy flacas. Entonces, obviamente, somos más inclusivos y las imágenes son más diversas ahora, pero todavía no es algo fácil”.

La modelo holandesa camina desde 2018 por las pasarelas más importantes, ha posado para catálogos de moda de marcas mundialmente conocidas, en 2020 ocupó los titulares como la primera “curvy” de Chanel en diez años y ha sido portada de Vogue en más de una ocasión y país.

En junio de 2020, ya habiendo recorrido un buen trecho no solo con la imagen, sino con su discurso de inclusión, la portada de Vogue Japón fue una gran desilusión para ella. Al frente aparecía su rostro. Dentro, posando junto a una colega, sus piernas habían sido retocadas para parecer más delgadas.

“Nosotros (@themovementmodels y yo) creemos que el amor propio es un aspecto importante a trabajar en una industria difícil como la moda. Y mostramos que el tamaño, la pigmentación y el género no deben ser el factor principal (o factor alguno) que determine si una modelo es la adecuada para el trabajo. Entonces, ver que mis piernas se ven más pequeñas ópticamente en la segunda imagen, en un editorial increíble como este, es muy innecesario y una oportunidad perdida”, escribió en su Instagram.

Las portadas de vogue, un sueño cumplido

Jill Kortleve ha dicho que de niña no tenía sueños grandes, al menos no vinculados al mundo laboral. Sin embargo, una vez que su vocación como modelo se despertó, posar en Vogue se convirtió en algo importante. Cuando salió la de París, escribió: “Sin palabras. Nunca pensé que sería modelo, y nunca pensé que estaría en la portada de @vogueparis. Qué sueño se hace realidad”.

Que Jill sea considerada una “talla grande” para Chanel es algo que también ha sido cuestionado por activistas y especialistas en el tema. Las revistas de moda han publicado artículos en los que toman a esta modelo como representante deltalle “M” que, antes del movimiento body positive tampoco tenían un lugar.

La moda, casi una casualidad

De pequeña, el interés de Jill por la moda era tan efímero como mirar aquellas revistas de páginas satinadas. Sus días pasaban entre diversión y amigos, no tenía tiempo ni intención de pensar en un futuro, no había vocación. Todo parecía un juego.

“Recuerdo que alguna vez dije que quería ser cajera de supermercado, porque pensaba que les dejaban quedarse con el dinero de la caja. Obviamente, no era cierto, aunque sí que me convertí en cajera, de hecho fue mi primer trabajo”.

Jill Kortleve en Vogue
Jill Kortleve en Vogue París

Jill, de grande, es casi la misma. En 2018, navegando por los canales de Ámsterdam para una entrevista con Treatwell, respondía que pasar bien el tiempo era eso que elegía de chica y que ahora se amoldaba a sus 20 años: compartir con amigos por la ciudad y comer en un buen lugar, tomar un buen vino. Jill es la que disfruta las noches invernales de Navidad en su país de origen porque le gusta ver las luces entre tanta oscuridad y compartir con su familia. Es la que empezó tres carreras para dejarlas todas por el camino porque no quería un futuro definido por la mera necesidad de “ser algo”. Entre todo eso, la moda llegó casi de casualidad.

En 2016 una de sus mejores amigas fundó una agencia de modelos en Holanda y le dijo que quería que ella fuera la primera representada. The Movement Models in Amsterdam se define como representante de aquellas y aquellos modelos que no encajan en lo que dictan los estándares de belleza.

Sin embargo, no todo fue tan fácil. “Trabajar en un ambiente donde todo tiene que ver con la belleza y cómo te ves te moldea un poco. Siempre siento que si fuera una talla 2 sería feliz, porque es lo que vemos todo el tiempo”. Así que cuando sintió los efectos de la presión que le generaba, decidió parar por el bien de su cuerpo y su salud mental. Cuando volvió, dispuesta a mostrarse tal cual era, comenzó un torbellino que no ha parado para Jill, que ha desfilado para Alexander McQueen, Fendi, Michael Kors, Valentino, Versace y Chanel.

Modelar para chanel, su hito personal

“No puedo creer que esto haya sucedido, pero... para terminar este mes de la moda, caminé en mi primer desfile de moda para @chanelofficial”, escribió Jill Kertleve en su cuenta de Instagram en marzo de 2020. La holandesa desfiló con aquel traje negro de líneas blancas y cuello mao, con botones que mostraba la esencia de la marca a lo largo de su historia. Y desde entonces ha aparecido también en la cartelería de Chanel. Pero su participación no fue solo un hito para ella.

Con este hecho, la marca se puso a tiro con algo que ya venía sucediendo: las pasarelas con modelos de talles diferentes. Asimismo, Jill no es la primera modelo “curvy” que pasa por Chanel. Diez años antes, en 2010, Crystal Renn desfiló para la marca parisina.

Lo que sucede tanto en el caso de Crystal como con Jill, es que abrió el debate sobre qué es una talla grande. Pero lo que hay que “celebrar”, escribió la modelo holandesa, es que “se está produciendo un cambio muy necesario en la pasarela y estoy orgullosa y agradecida de ser parte. Realmente espero que en el futuro pueda ver y trabajar con muchas más modelos que solían no encajar. Todo este mes ha sido un sueño y nunca esperé que fuera posible caminar en la pasarela, y mucho menos ser incluida en los increíbles espectáculos de esta temporada. Gracias. Mi corazón está lleno de gratitud y amor”.

Desde entonces Jill es la del pelo de un moreno intenso y cejas grandes. Es la chica de madre india y padre holandés, la que posa con su barriga en señal de orgullo de que ahora, gracias a ella y a varias chicas más, las modelos ya no tienen que ser solamente altas, blancas, rubias, flacas. En una entrevista que le hizo Rihanna para Vice, respondió: “Estoy muy orgullosa de trabajar para marcar la diferenciay definitivamente siento que la industria está cambiando a mi alrededor”.

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