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Ivanka Trump, entre la política, la familia y las polémicas

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Ivanka Trump, hija y asesora del presidente de Estados Unidos
Ivanka Trump, daughter and Advisor to the US president, speaks during the final day of the Republican National Convention from the South Lawn of the White House on August 27, 2020 in Washington, DC. (Photo by Brendan Smialowski / AFP)
BRENDAN SMIALOWSKI

NOMBRES DEL DOMINGO 

Es la hija mayor y asesora del presidente de los Estados Unidos. Desde 2016 está activa en las campañas de Donald Trump.

En la cuarta noche de la Convención Nacional Republicana fue presentada ante los televidentes como “la honorable Ivanka Trump”. El título fue un reconocimiento al alto cargo que ocupa en la Casa Blanca, aunque el protocolo oficial sobre su título no queda muy claro. La tarea que se le encomendó sí estaba clara. Aunque la Casa Blanca insistió en que haría la presentación “durante su tiempo libre” y solo en su condición de hija mayor, Ivanka Trump presentó a su padre antes de que el presidente de Estados Unidos se dirigiera a la convención desde el jardín de la Casa Blanca en un acto político en el marco de la campaña hacia la reelección.

Ivanka Trump ha pasado los últimos años revoloteando entre su doble papel como primera hija y asesora principal de Donald Trump.

El de la Convención Nacional Republicana fue, en muchos sentidos, un marco adecuado para su presentación porque enfatiza con cuánto descaro ha mezclado lo personal, lo político y lo gubernamental, una mezcla que ha definido el enfoque de su padre hacia la política, casi tanto como la polarización ha hecho que prospere su marca.

Alguna vez, la distancia que se percibía entre ella y esa marca fue su mayor activo. Su aparición en la convención de 2016, por ejemplo, estaba destinada a captar la atención de las mujeres de los suburbios. La campaña creía que podrían ver a la mayor de las hijas del presidente como una contraparte más centrista y profesional de un candidato agitador con un historial de comportamiento misógino.

Antes del evento de esta convención, los asistentes tenían la esperanza de que ella pueda llegar a la misma audiencia y proyectar un atractivo similar.

Allí Ivanka Trump —vestido negro, pelo rubio perfecto sobre la cara— instó a los votantes a mirar más allá de la retórica y el tono de su padre. “Reconozco que el estilo de comunicación de mi papá no le gusta a todo el mundo. Y sé que sus tuits pueden parecer un poco sin filtro”, dijo. “Pero los resultados hablan por sí solos”.

También dijo que el presidente había cumplido su promesa de “apoyar a las madres en la fuerza laboral”.

“Hace cuatro años les dije que lucharía junto a mi padre. Y cuatro años después, aquí estoy”.

En 2016, Ivanka fue una de las presencias más solicitadas de la campaña electoral, su influjo cosmopolita y su retórica apolítica sirvió como una especie de bálsamo para las mujeres que podrían haberse sentido atraídas por la idea de un hombre de negocios en la Casa Blanca pero que nunca serían vistas coreando “¡construye el muro!” Sin embargo, su participación solo fue una ligera huella en el camino.

Ahora, en cambio, está ansiosa por hacer más por la campaña, adoptando un papel explícitamente político. Para la campaña de Donald Trump, la pregunta es si la transformación de Ivanka Trump complicará su discurso con los republicanos moderados y los votantes indecisos que alguna vez la apreciaron por parecer más un cheque que un sello de aceptación en la agenda de su padre.

Hizo su debut político en 2016. Mientras su padre coqueteaba con la prohibición de viajar para los musulmanes, o sugería que los funcionarios rusos investigaran los correos electrónicos de Hillary Clinton, Ivanka Trump discutía el costo punitivo del cuidado de los niños y su pasión por los temas femeninos en las páginas de Harper’s Bazaar.

El equipo de Trump confiaba en que las mujeres pudieran tomar su silencio sobre los elementos más controvertidos de la campaña de su padre como una deferencia filial hacia las tácticas necesarias para ganar la presidencia, en vez de ser una aprobación tácita.

Pero ahora Ivanka Trump carga con el fardo de la presidencia, casi cuatro años por los que esos votantes pueden juzgar si las piedras angulares de su imagen -proyectaba un efecto moderador, un compromiso con un programa más progresista en cuestiones como el cambio climático- han sido confirmadas.

De familia

La hija mayor de Donald Trump con la modelo Ivana Zelní?Ková, nació en Nueva York en 1981 y desde pequeña fue criada con todos los lujos pero consciente de que tenía que trabajar para ganarse “cada dólar”, como dijo en una entrevista. Estudió en Georgetown University y en la Wharton School de la Universidad de Pensilvania. Tiene una carrera como empresaria y también como modelo. En 1997 empezó a modelar para la agencia francesa Elite y además tuvo algunas apariciones en la televisión, como en varios episodios del programa El aprendiz.

Según medios norteamericanos, desde el 2019 Ivanka está dedicada a la política y a perfilarse para, en un futuro, ser candidata a la presidencia.

A principios de este año se involucró más activamente en la campaña de reelección de su padre. Asistió a la Conferencia de Acción Política Conservadora, una reunión anual de activistas conservadores y organizó eventos de recaudación de fondos en distintas ciudades, disfrutando de su capacidad, como ella misma dijo, de generar cifras “que aplastan los récords” para la campaña.

Todo esto ha coincidido con un uso más franco de su cuenta de Twitter para defender a su padre, en contraste con las imágenes familiares posadas y algunas reflexiones de política a las que antes se limitaba. En octubre de 2019, cuando una cámara baja dominada por los demócratas avanzó con los procedimientos del juicio político contra su padre, Ivanka Trump compartió una cita de Thomas Jefferson sobre los “enemigos y espías” que estaban entre sus opositores políticos. En julio tuiteó una foto de sí misma con una lata de frijoles Goya en la que aplaudía a la marca luego de que el apoyo del CEO de la compañía suscitó una convocatoria a boicotear la empresa.

Al presentar a su padre, Ivanka Trump tocó muchos de los mismos temas que comentó en 2016 y tranquilizó a los votantes sobre el compromiso de su padre para ayudar a las familias trabajadoras, así como de su propia dedicación al empoderamiento de las mujeres y de asuntos cotidianos que trascienden las divisiones partidarias.

Sin embargo, esta vez no dejó ninguna duda sobre la naturaleza precisa de su identidad política y hasta qué punto se alinea con la de su padre. Como anunció oficialmente a principios de este año, Ivanka Trump ahora es una “orgullosa republicana de Trump”. 

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