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Huma Abedinla sombra de Hillary

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Huma Abedin ingresó a trabajar con Bill y terminó siendo figura clave para Hillary.

Soñaba con ser periodista estrella pero se convirtió en asesora de la candidata demócrata, con quien ha compartido éxitos y escándalos.

Huma Abedin tomó la decisión de separarse definitivamente de su marido, el excongresista demócrata Anthony Weiner, poco antes o después —o quizás durante— un acto de recaudación de fondos para Hillary Clinton. Habría sido difícil encontrarla en otro lugar, lejos de la que ha sido su mentora, amiga y confidente.

Su último cumpleaños lo había celebrado también junto a Clinton, en Filadelfia, donde ese 28 de julio esta cumplía el sueño de su vida al ser nominada candidata demócrata a la Casa Blanca. Era una victoria conjunta, aunque las ovaciones se las llevara la exsecretaria de Estado. Abedin está acostumbrada a estar a la sombra de Clinton, aunque nunca demasiado lejos. Esa ha sido la discreta pero imprescindible posición que ha ocupado la mitad de su vida, siempre fiel a quien aspira a ser la primera presidenta de Estados Unidos. Y eso que Huma Abedin (Kalamazoo, Michigan, 1976) con lo que siempre había soñado era con ser la próxima Christiane Amampour, la reportera estrella de la cadena CNN.

La hija de un intelectual musulmán indio y una académica pakistaní se crió desde los dos años en Yeda (Arabia Saudí). Huma solo regresó a su Estados Unidos natal a los 18 años, para estudiar en la Universidad George Washington. En 1996, entró con una beca en la Casa Blanca. Su objetivo era trabajar para el secretario de prensa del entonces presidente, Bill Clinton, pero acabó en la oficina de la primera dama. Nunca más se separaría de Hillary Clinton, quien la ha definido como "la sabia, infatigable y graciosa mujer joven que trabajaba" junto a ella "desde los tiempos de la Casa Blanca".

"Huma Abedin tiene la energía de una mujer de 20, la confianza en sí misma de una mujer de 30, la experiencia de una mujer de 40 y la gracia de una mujer de 50. No tiene fin, su combinación de equilibrio, amabilidad e inteligencia es incomparable y tengo suerte de tenerla en mi equipo", dijo la candidata.

Cuando esta se presentó al Senado, en 2000, Abedin ya era su asistente personal, un papel que mantuvo durante su primer intento de llegar a la Casa Blanca, en 2008, y cuando Clinton se convirtió en secretaria de Estado del primer gabinete de Barack Obama. Abedin conoció a su todavía marido, Weiner, durante un encuentro demócrata en 2001. El expresidente Bill Clinton los casó nueve años más tarde, ella enfundada en un espectacular vestido de Oscar de la Renta.

El mundo de la moda es su segunda pasión y a lo que dice que se habría dedicado de no cruzarse en su camino Hillary Clinton. Desde su actual puesto como vicepresidenta de la campaña de Clinton, Huma Abedin viaja allí donde vaya la candidata, decide muchas cosas con ella o hasta por ella y todo el mundo la describe como la persona a contactar si se quiere llegar a Clinton, para quien es como una segunda hija. "A lo largo de los años, hemos compartido más almuerzos de los que puedo contar, hemos celebrado juntas y nos hemos consolado juntas", contaba, quizás proféticamente, la propia Abedin en el número de agosto de Vogue, que salió pocos días antes de que se rompiera definitivamente su matrimonio.

Eso sucedió el 28 de agosto, cuando The New York Post publicó la última tanda de fotos de contenido sexual que Weiner había enviado a otra mujer, reincidiendo en un comportamiento que ya le costó su prometedora carrera política en Washington en 2011 y, dos años más tarde, su intento de postularse a la alcaldía de Nueva York. Durante todos estos escándalos, Abedin permaneció a su lado, algo incomprensible para muchos de los que alaban la inteligencia e instinto político de la mano derecha de Hillary Clinton.

Demasiado tóxica.

Puede que ser sorprendido tres veces fuera demasiado, o que la gota que colmó el vaso de la paciencia de Abedin sea que en una de las fotos en ropa interior de Weiner se vea, a su lado, al hijo pequeño de la pareja, Jordan. También es posible que el último episodio del escándalo Weiner-Abedin, que desde el principio provocó paralelismos con la actitud de Hillary Clinton durante el escándalo sexual de su marido por su relación con la becaria Monica Lewinsky, sucediera en el peor momento posible.

A solo dos meses de las elecciones y en pleno recrudecimiento de los ataques entre Clinton y el candidato republicano, Donald Trump, la campaña demócrata no puede dar más armas al conservador que no duda en sacar los trapos más sucios de su rival y su entorno.

Abedin está además tocada por otro escándalo que acecha la campaña de su mentora, ya que se la ha vinculado a los correos electrónicos que evidencian los lazos entre la Fundación Clinton y el Departamento de Estado. Además, La religión y los orígenes familiares de Abedin son también motivo de controversia. Según Vanity Fair en junio, un consejero de Trump decía que Abedin podría ser "una espía saudí" o una "agente terrorista". Y aunque Trump nunca ha hablado de ella en público, sí trascendieron los comentarios que realizó en una cena privada de donantes de su campaña en la que la acusó de "revelar secretos oficiales al pervertido de su marido".

Si Hillary Clinton llega finalmente a la Casa Blanca —su candidatura ha estado en entredicho esta semana debido a su salud— Abedin estará de alguna forma a su lado, puede incluso que como jefa de gabinete. Con su experiencia junto a una de las mujeres más poderosas del mundo, podría intentar su propia carrera política. Por ahora sin embargo, afirma, no se plantea más que seguir al lado de su amiga y jefa. A la sombra, pero siempre cerca. 

También es víctima de ataques.

Huma Adebin ha sido señalada, por partidarios y adversarios, como una figura clave del llamado Clintonworld. Según el diario español La Vanguardia, hay quien sostiene incluso que Hillary Clinton dificilmente habría llegado a ninguna parte sin el apoyo personal, psicológico, político y estratégico que le ha venido prestando Abedin durante veinte años. Incluso, los estrategas republicanos además de atacar despiadadamente Clinton, también disparan contra Huma, más que a ningún otro staffer de la candidata.

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Huma Abedin ingresó a trabajar con Bill y terminó siendo figura clave para Hillary.

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