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El fotógrafo más latino de Europa

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La mayor colección de su obra está en su propio museo, en Perú.

Mario Testino persiguió el éxito hasta que lo alcanzó. Retratar a Lady Di le cambió la vida. ¿Su estilo? La búsqueda de la perfección real.

Cuando me propusieron hacer a la princesa Diana, para mí no era un premio sino un problema. Yo quería ser fotógrafo de moda", recuerda Mario Testino sobre una de sus sesiones más célebres. De no haber sido por un amigo que le dijo ‘esto te va a cambiar la vida’, quizás el fotógrafo no sería la marca registrada que es hoy. Supo estar en el lugar correcto en el momento justo. Lady Di andaba en busca de una nueva imagen, se había separado de Carlos y le habían quitado el título de Alteza Real. Él tenía un plan y una alternativa: "Una era fotografiarla como la princesa, y yo un plebeyo, desde abajo. Y otra, como mi amiga". Eligió la segunda opción. Le pidió que se sacara los zapatos y las joyas y se sentara en el sofá con su vestido. "Ella se sentó, toda muy correcta. Y le digo: ‘Pero yo no me sentaría así’. Luego le dije: ‘Me gustaría que bailes’. ‘Yo sé lo que quieres, pero no soy peruana, soy inglesa’, me dijo. Esa sesión realmente me cambió la vida. Ella era una de esas personas que tiene una luz especial, diferente y que quizás por eso nos dejan temprano en la vida".

Así, el nombre de la princesa Diana se volvió parte indiscutible en la exitosa historia de este peruano radicado en Europa hace casi cuatro décadas. Pero sin duda no es el único. También hacen a su trayectoria la revista Vogue —"Yo soy Vogue" dijo alguna vez totalmente identificado con la estética de la publicación Anna Wintour— y su eterna musa, Kate Moss, a quien fotografió por primera vez cuando ella tenía 17 años, en 1991. "Tiene algo increíble que es que cuando tú estás con ella sientes que tu vida es mucho más interesante que cuando no estás con ella. Creo que ha sido su secreto y su durabilidad", dijo sobre la imagen de Calvin Klein a la revista Hola!.

Establecido en Londres desde 1976, además de en Vogue sus fotografías han aparecido en publicaciones como Harpers Bazaar y Vanity Fair, en campañas para marcas como Gucci, Christian Dior y Burberry. Ante su lente posaron las más importantes modelos y stars de Hollywood, una lista interminable que incluye a Lady Gaga, Gisele Bündchen, Kate Winslet, Naomi Campbell, Cameron Diaz, Nicole Kidman, Madonna, Gwyneth Paltrow, Julia Roberts y Catherine Zeta-Jones, entre otras.

Además, su obra ha recorrido el mundo a través de sus exposiciones y libros publicados. En 2002, la National Portrait Gallery de Londres organizó la exhibición Portraits, que se convirtió en la muestra más exitosa en la historia del museo y que desde entonces se ha expuesto en Milán, Amsterdam, Edimburgo, Tokio, México D.F. y Lima.

Su meta.

Pero antes de ser fotógrafo, Testino hizo de todo para sobrevivir. Todavía en Lima, estudió Economía y Derecho. Finalmente hizo la carrera de Relaciones Internacionales en Estados Unidos. Ya en Londres, trabajó de mozo y se metió en el mundo de la moda vendiendo portafolios a aspirantes a modelo por 25 libras esterlinas, con maquillaje y peluquería.

"Era difícil vivir en Inglaterra en el boom punk y ser tan conservador como uno puede ser en Latinoamérica", ha dicho más de una vez. Además, recuerda que en los 70 en la capital británica ser peruano "no era lo más chic del mundo". Sin embargo, él convirtió esa debilidad en su fortaleza. "Con el tiempo definí mi estética en relación a eso. Lo que en verdad a mí me gusta es la desnudez, la controversia, la sensualidad".

Aunque le tomó mucho tiempo comprender su vocación, la infancia le había dado algunas señales. Su padre trabajaba en una compañía americana y no hablaba inglés, así que él lo acompañaba a Estados Unidos como traductor. Como premio, lo dejaba ir dos días de compras. "Volvía a Lima con cosas para mis hermanas y mi mamá. Iba y me compraba siete maletas para mí y tres para mis hermanas. Y como jugaba mucho con la ropa, me empezaron a pedir algunas revistas que posara con mis prendas. Ahí empecé a mirar lo que era ser fotógrafo de moda". Flaco y alto, con una prestancia que mantiene aún hoy, a los 60 años, desfilaba sus atuendos extravagantes para Lorenzo y Pepita, una de las casas de modas de esa Lima señorial.

Su primer trabajo, un reportaje sobre un salón de belleza, se publicó en Vogue en 1983. "Pero el caso impuso su sello a la fotografía de moda: ese lograr que los artistas y las celebridades queden rendidos bajo sus encantos, ese borde barroco, transgresor pero nunca tanto como para no ser publicitario", describió la revista Anfibia en 2012, a propósito de su visita en Buenos Aires para abrir la muestra In your face.

Aun hoy Testino disfruta rompiendo moldes. En 2014 utilizó Instagram —red en la cual no es muy activo pero donde tiene más de 200.000 seguidores— para aggiornarse y provocar. En su Serie de las toallas aparecían rostros famosos envueltos en toallas y con la cara lavada. Kate Moss, obviamente, fue la primera en fotografiarse saliendo de la ducha.

En cualquier caso, sus tomas juegan con múltiples elementos. Generar la perfección y luego deshacerla, dice, es la clave. "Paso mucho tiempo en crear la perfección: que la luz sea perfecta, que el vestido se vea perfecto, que el maquillaje sea perfecto, pero después, cuando todo es perfecto, me gusta destruir esa perfección para que el resultado sea un momento único, irrepetible".

Aunque la mayoría de sus fotografías forman parte de campañas publicitarias, para Testino su obra trasciende el consumismo. "Tienen otro mundo paralelo, que, al verlo, te hace hacerte preguntas en relación con tu propia vida", opina.

En ese sentido, sus retratos también son una muestra de su vida. "En mi caso, yo deseaba el éxito con locura. Lo que podría decirles es que, al final del día, lo que consigues está en relación con lo que te has dedicado a conseguir eso: cuánto esfuerzo le pones a lo que haces. Yo, en la cumbre de mi carrera, estoy trabajando catorce horas por día. ¿Cómo le inculcas eso a alguien? Lo tienes o no lo tienes".

UN MUSEO EN LIMA REÚNE SU MIRADA

Es frecuente que a Mario Testino le pregunten si es brasileño o italiano. Él no se cansa de decir que es peruano y de reivindicar su ser latino. Lo hace en las entrevistas, conferencias, exposiciones y lanzamientos literarios. Pero en 2012 fue un paso más allá y concretó un sueño de mucho tiempo. Inauguró MATE, una institución cultural que combina asociación y museo a la vez que alberga la colección más extensa (y permanente) de su obra fotográfica.

"Yo soy de acá y quiero que mi trabajo sea peruano y que la gente tenga que venir al Perú para verlo", explica Testino. Unos años antes, en 2007, había publicado Lima, Perú, un libro que ya ponía de manifiesto su compromiso con su patria natal.

MATE cuenta con siete salas de exhibición y dos salones que rodean a un gran patio interior, además de un café y una bodega que ofrecen productos cuidadosamente seleccionados por el propio fotógrafo.

Además de la colección permanente con las imágenes más icónicas de la carrera de Testino, el museo se caracteriza por sus llamativas muestras itinerantes. Por estos días, por ejemplo, está terminando (hasta el domingo 15) una exposición sobre el polémico Andy Warhol.

El museo también promueve la difusión de la obra de artistas peruanos por el mundo.

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La mayor colección de su obra está en su propio museo, en Perú.

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