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Figuritas: una pasión de todos

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Las figuritas y el álbum del mundial une generaciones

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El álbum del Mundial genera la misma euforia que la Selección. Por algo el coleccionista uruguayo es uno de los mejores del mundo.

Enrique cree que a los 12 años dejó de ser un niño. Dice que ahora se dio cuenta de eso, que lo siente así, que fue a esa edad que tuvo que salir a trabajar tras la ausencia de su padre. Sin embargo, hoy, a los 62 años, mira hacia atrás y se da cuenta. No dejó de ser un niño. Era un niño que trabajaba. Y que utilizó parte de su primer sueldo para comprar figuritas. Recuerda que eran de fútbol aunque no sabe exactamente cuál era la colección. Recuerda, eso sí, la emoción que sintió al tenerlas con él y poder jugar y cambiarlas con sus amigos del barrio. Enrique no había dejado de ser un niño.

Las figuritas de fútbol y los álbumes no son una invención millennial, de las nuevas generaciones, ni mucho menos. Tienen historia e historias y tienen algo que hace que, especialmente en cada mundial (y Copa América, aunque en menor medida), la euforia por completarlo se renueve y atraviese a varias generaciones: desde los abuelos que compran figuritas para sus álbumes propios, hasta los que compran con sus nietos, desde los padres y madres que ayudan a sus hijos a completarlo antes de que la Copa del Mundo comience, hasta los hermanos que comparten un solo álbum para llenarlo más rápido.

Ese algo quizás tenga que ver con la magia del fútbol pero especialmente, con la magia de la copa del mundo. Porque, seamos sinceros, la selección uruguaya genera ilusión. ¿O no estamos todos (o bueno, casi todos) esperando a que comience el Mundial de Rusia?, ¿o no es cierto que cuando juega Uruguay se respira otra cosa?

Ya no hay edad ni distinción posible. Cuando llega el campeonato del mundo y la Celeste es parte de él, los uruguayos vivimos de otra forma. Y el álbum de figuritas es una forma de empezar a vivirlo, y, por lo tanto, a vivir de otra manera. En el Centro de Montevideo, por ejemplo, en varias esquinas, pero especialmente por 18 de Julio cerca de la zona de la Intendencia, donde dentro de 32 días se transmitirán los partidos de Uruguay, desde la mañana y hasta la tardecita, las esquinas se llenan de coleccionistas de todas las edades que compran, cambian, buscan la de Suárez, Cavani, Messi o Ronaldo, tachan de la lista las que consiguieron y buscan las que les falta. Hasta completar la colección de 670 figuritas.

No hay dudas de que el álbum está más vigente que nunca, de que es una costumbre que se repite cada cuatro años, y de que, como el mundial, como la selección o como el fútbol, conforma un sentimiento colectivo, un necesitar al otro, un ayudar al otro con un único objetivo: completarlo.

La historia y el quiebre.

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Los uruguayos son unos de los mejores coleccionistas del mundo
Los uruguayos son unos de los mejores coleccionistas del mundo. Foto: Hijo de Malena Díaz

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"Las figuritas más antiguas de fútbol en Uruguay son de 1909, y eran emitidas en corta circulación por algunas marcas de cigarrillos", cuenta Marcos Silvera, coleccionista y autor del libro El álbum de figuritas cien años en Uruguay. Por entonces, las piezas venían sueltas con cada caja de cigarros, e incluían nombres de los equipos uruguayos. Unos años después, a principios de la década de 1930, cuenta Silvera, las marcas de cigarrillos se pusieron de acuerdo en desligarse del tema de las figuritas.

Fue entonces que, en esa misma década, se hizo el primer álbum del mundo: el de 1930, una colección con chapitas del primer campeonato del mundo. Durante los siguientes dos mundiales, es decir, Italia 1934 y Francia 1938 no hubo álbumes de figuritas y recién para el de Brasil 1950 se volvieron a editar: dos en Uruguay y uno en Brasil.

El álbum de Panini, que constituye la colección oficial de figuritas de los mundiales, fue editado por primera vez para la copa de México 1970; esa también fue la primera vez que la firma italiana comercializó una edición internacional de figuritas.

Panini surgió en 1945, y es el emprendimiento de cuatro hermanos de la ciudad de Módena: Giuseppe, Benito, Umberto y Franco, cuyo apellido sería el que daría nombre a la compañía. Empezaron con un kiosco que repartía periódicos afuera de la iglesia de la ciudad, luego se abocaron solo a distribuir diarios deportivos y en 1961 largaron su primer álbum de figuritas, que fue de fútbol y tenía en la portada al sueco Nils Liedholm, jugador emblemático del Milan; la primera figurita que se imprimió fue, en tanto, la de uno de los defensas de ese cuadro, Bruno Bolchi; esa primera edición vendió tres millones de copias.

En Uruguay el éxito y la ilusión por el álbum del Mundial depende directamente de la participación o no de la selección en la competición. "Las ventas aumentan un 50%" con la Celeste en competencia, dice Nicolás Lerner, gerente comercial de Pro Marketing, representantes de Panini en Uruguay. Por eso, es lógico que el Mundial de Sudáfrica 2010 haya sido un quiebre en la historia de los álbumes y para los coleccionistas uruguayos. "Ese año se batieron todos los récords de ventas de figuritas", cuenta Lerner. Lo mismo ocurre con la ilusión de completarlo o dejarlo por el camino. Aunque entre el 80 y 90 % de los sobres de figuritas se venden antes de que empiece el mundial, los demás dependen de la actuación de la selección.

Sin embargo el Mundial de Brasil 2014, que venía con la ilusión intacta del cuarto puesto en Sudáfrica y de ser campeones en la Copa América 2011, hizo que el coleccionista uruguayo se colocara como uno de los mejores del mundo: "Tenemos uno de los números de ventas per cápita más altos del mundo y también un nivel de álbumes completos que es de los más altos a nivel mundial". Solo ese año, los uruguayos compramos nueve millones de sobres de figuritas.

Solo en el Mundial 2014 se vendieron 9 millones de sobres de figuritas
Solo en el Mundial 2014 se vendieron 9 millones de sobres de figuritas. Foto: Hijo de Malena Díaz

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Valentina, por ejemplo, tiene 25 años. El primer álbum que llenó fue el del 2010 y lo tiene guardado. A ese lo completó con su padre, al de Brasil con su novio y al de Rusia con su hermano. A Germán, 34, le faltan 12 figuritas para completarlo. Cuando tuvo el álbum decidió invertir en una caja de figuritas y después cambió las repetidas con Francisco, su primo de 8, y Juli (13), la hermana de su novia. Antonio, en tanto, está coleccionando figuritas con su hijo y Adriana (42) con su esposo. Yo (24), por lo pronto, comparto el álbum con mis hermanos, uno porque es futbolero, la otra porque le divierte pegar las figuritas. Hablar de un tipo de coleccionista uruguayo es imposible. Según Lerner, tienen de cinco años en delante y más de 30 % son mujeres. Las figuritas ya no son una pasión de la infancia o adolescencia. Quizás porque los niños y adolescentes de 2010 ahora son adultos que siguen con la misma euforia, quizás porque el álbum es parte del fútbol y el fútbol no tiene generaciones. A los locales de Panini llegan maestras que utilizan las figuritas para enseñar geografía, las madres de los jugadores a buscar la imagen de su hijo, llegan los coleccionistas empedernidos por la última que les falta. Porque somos uruguayos y por lo tanto, futboleros, larga vida a las figuritas. ¡Uruguay nomá!

El mismo pero diferente: uno virtual

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Aunque el álbum en papel sigue siendo el preferido, desde el Mundial de 2014, Panini (en colaboración con Coca Cola) lanzó una versión digital a la que se puede acceder simplemente descargando la app (disponible en App Store y Google Play).

La lógica es sencilla: cada usuario tiene su álbum y todos los días recibe un sobre de figuritas. Como si fuesen los paquetes, los abren, las pegan y pueden cambiar las repetidas con usuarios de todas partes del mundo.

Además, la versión digital ofrece contenido adicional sobre los equipos y los jugadores y tiene premios para los usuarios que lo completen.

También existe otra vía para llenarlo que consiste en escanear el código que viene en el dorso de las figuritas físicas.

Los usuarios tienen la posibilidad de crear grupos de coleccionistas y participar en distintos concursos. "El álbum digital es una manera de adaptarnos", dice Nicolás Lerner, de Panini.

Además, para Rusia 2018 la compañía editó un conjunto de cartas coleccionables, con imágenes de los jugadores de cada uno de los 32 equipos que participan del Mundial. Son 468 y también tiene una edición digital.

Pero lo virtual también se trasladó a las figuritas físicas.

En Facebook hay un grupo exclusivamente para intercambiar figuritas en Uruguay que tiene más de 600 miembros. Allí, cada uno sube la lista de las que le faltan, la zona del país en la que se encuentra, y las que tiene disponible para cambiar.

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