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¿Feministas?

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Aclaro que soy un defensor de los derechos de la mujer. O sea, estoy afín a la causa que busca reparar la asimetría de los derechos femeninos en relación al abusivo poder del hombre, pero eso no quiere decir que a cuanta feminista aparezca por allí —con ese auto-título— la aplauda de forma entusiasta.

Aplaudo a las que son en serio, a las que no posan y no hacen demagogia con el tema, a las que trabajan con firmeza. A las de verdad. Solo los cínicos no advierten que las mujeres tienen aún la pata encima en buena parte del planeta, incluido el actual e igualitario Uruguay progresista, y que ganan menos y mal por los mismos trabajos que desarrolla el hombre (en el Estado y en el sector privado). Lo obvio es obvio. Y a lo obvio hay que combatirlo con hechos, no con palabras. Acá se habla mucho, se vive en el mundo de la oenegé compañera, se teoriza como si fuéramos Suecia, pero aún se hace poco. Muy poco. No embromemos. Los datos de la realidad son crudos. Punto.

O sea, a las feministas que se rompen el alma, que viven sus ideas con convicción y coherencia, las que ponen todo de sí para adentrarse en esa lucha contra el macho jodido que aún las ahoga, solo resta aplaudirlas y ayudarlas. Cualquier otra postura es ser un macho de Guanajuato o un cómplice de él. Yo no lo soy.

Pero están las otras, las traficantes de mentiras, las que dicen estar en esa movida pero sus vidas reales desmienten el relato al que declaman defender. Me refiero a las que se definen feministas y viven alegremente de sus esposos —succionándolos cual Drácula— sin trabajar en serio en algo que genere un sustento real en la vida, o las que hacen que trabajan con "laburitos" pantalla. O aquellas que se llaman feministas pero hacen gala de la autocosificación en clave de objeto sexual en base a sus cuerpos. Me refiero a las que laburan mostrando sus bellezas corporales donde sea y luego afirman ser feministas. Que me perdonen pero eso parece una "joda" para Tinelli. (No hablo de las "modelos", hablo de las mujeres que salen como llegaron al mundo a toda hora en la pantalla chica y franeleando hasta con Bob Esponja). O aquellas otras que se dicen feministas pero viven depredando dentro del capitalismo semi-trucho del mundo de la estética femenina, ámbito éste plagado de pequeñas-grandes mentiras para seducir a incautas, haciéndoles creer que se transformarán en Jessica Harper en dos días usando la crema marca Acme para derrotar la celulitis de un tiro, o implantando lolas de diosa griega con las que la magia surgiría al toque. No son tan feministas. Sí, por la platita baila el mono. Ya lo sé. O la monita. La chantada no tiene género.

El debate es con estas "supuestas" feministas. En realidad, no lo son, en los hechos son exactamente lo contrario. Aunque ellas no lo sepan.

¿Cómo se sabe cuando una feminista es en serio y no en joda? Acá nos conocemos todos y todos sabemos quién es de verdad y quién asume poses. Es que, además de ser una buena causa, la "feminista" hoy está de moda hasta en círculos recoletos donde damas que nunca sudaron ni levantando una almohada ahora parecen creerse Luisa Luisi. En fin…

Insisto, me declaro feminista de las primeras, simpatizante, solidario y convencido de sus razones. Porque está lleno de mujeres de todos los segmentos sociales (principalmente los más pobres) que sufren desde violencia doméstica hasta morirse de hambre, y es poco lo que se hace por esos seres sufrientes excepto poner cara de drama y alardear un poco en algún medio de comunicación. (Hay organizaciones que son un ejemplo de seriedad: las Mujeres de Negro son una referencia siempre).

A las otras, la verdad, no les creo un pepino, les veo sus vidas, sus poses, sus relatos y advierto que están haciendo feminismo posmo-frivolón como podrían estar haciendo un crucerito por Cerdeña, pensando en la defensa de la gaviota o mirando un teleteatro venezolano. Da igual. Son irrelevantes, light y anodinas. Ser feminista no es tomar el té "at five oclock" con las chicas y quejarse de lo mal que andan las cosas. Es seria la causa. Y como tal hay que asumir el desafío.

washington abdala i Cabeza de turco

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