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Vuelve el maestro del terror, Stephen King, pero ahora junto a su hijo, Owen, en esta novela sobre una inquietante distopía.

Mezcle una fábula clásica con dos medidas de distopía y una del más puro terror, agítese bien y al servir hágalo con una buena dosis de suspense. Listo. Un trago fuerte del mejor King. Esta vez por partida doble al sumar la voz menos conocida de su hijo mayor. Parece suficiente como para que cualquier fan del maestro deje lo que estaba haciendo y abra sin más el grueso volumen.

Bellas durmientes (Plaza & Janés, $ 690), de Stephen y Owen King, es la nueva novela a cuatro manos del Rey del Terror. La obra podría describirse, además de como una de las habituales piezas de terror del autor, como un fuerte alegato feminista. Aspecto que anticipa la portada del libro con una sugerente bajada: "¿Qué pasaría si las mujeres abandonaran este mundo?".

Y la respuesta que desencadenan los King es la peor, por supuesto. La historia poblada por una multitud de personajes —el libro se abre con una guía de personajes al a que el lector deberá echar mano más de una vez— consiste, muy básicamente, en lo que ocurre luego que el virus Aurora comienza a afectar a las mujeres que caen en un sueño profundo, mientras son envueltas por una especie de capullo que emana de sus cuerpos. Quien ose sacarlas de su reposo será objeto de una violencia extrema por parte de la durmiente. Y así van cayendo todas salvo una joven, cuya inmunidad al misterioso virus agrega más suspenso a la trama.

El relato, con todos los ingredientes de Stephen King, transcurre en la ficticia ciudad de Dooling, que el autor ubica en los Apalaches, en el este de Estados Unidos, una región lindera con Canadá. Los personajes principales —vale el plural al tratarse de una novela coral— son la sheriff del pequeño poblado de Dooling, la alcaldesa, el psiquiatra de la cárcel local, entre otros. A medida que las mujeres van dejando la sociedad, los hombres sobrevivientes se vuelven cada vez más básicos y brutales, abandonados a sus peores instintos. Los disturbios se suceden en las grandes ciudades y las tensiones se replican en el pequeño pueblo.

Aunque la crítica no la ha saludado como una de sus mejores obras, es King con lo que sus seguidores saben que nunca los decepcionará.