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Los ex que igual comparten salidas

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Cada familia debe encontrar cuál es su mejor opción, dicen expertos.

Pese a estar separados, muchos padres arman programas juntos con sus hijos; ¿es señal de buena relación o de confusión emocional? Expertos hablan sobre el tema.

Mientras Paula Gallego desayunaba y buscaba sin ningún apuro en Internet qué película iría a ver con Mateo, su hijo de 6 años, una pregunta la sacó de su letargo de sábado por la mañana: "¿Podemos invitar a papi?" Martín, el papá de Mateo, hacía meses que ya no vivía con ellos. La pareja se había separado después de algunas crisis que no pudieron superar. Y aunque habían terminado en buenos términos, Paula pensó que de ahí a compartir una salida familiar había un abismo. "Para no desilusionarlo le dije que seguro el papá ya había hecho planes, pero como él insistía con que igual lo llamara para preguntarle si quería venir tuve que decirle que los padres separados ya no salían juntos —reconoce—. Él me dijo que eso no era cierto, que los de un amigo de fútbol iban a comer y al cine juntos aunque vivieran en casas separadas. Y ahí pensé: ¿por qué no?".

Paula le comentó a Martín la charla que tuvo con Mateo. Y enseguida consiguió de su exmarido el aval para organizar una salida de a tres, con la particularidad de que ellos ya no eran pareja, pero con la seguridad de que seguían sintiéndose una familia. "Cuando nos separamos me acuerdo que hicimos mucho hincapié en eso, que éramos una familia a pesar de la separación —sostiene—. Lo que me preocupaba de la salida era que Mateo se ilusionara con pensar que íbamos a volver a estar juntos, algo que no estaba ni cerca de suceder. Lo charlamos, se lo explicamos y lo entendió perfecto", dice Paula, orgullosa de haber cedido al pedido de su hijo y de hacer caso omiso a los comentarios de algunos allegados que le desaconsejaron hacer esa salida, que resultó ser la primera de unas cuantas.

Separarse en buenos términos es una de las aspiraciones de las parejas que dejan de serlo, más cuando hay hijos en común. Sin embargo, no es fácil alcanzar esa armonía necesaria para compartir ciertos momentos juntos siendo ex. Aun así, algunos creen que vale la pena intentarlo. En el caso de Ana y Julián no hubo una charla previa ni un "qué tal si armamos un plan familiar". Ana explica que simplemente sucedió y se fue dando de manera natural. "Todos los sábados Santi juega al fútbol en una escuelita de Palermo y con el papá vamos a verlo. Un día, Santi estaba muy contento porque había metido un golazo que fuimos a festejar juntos. Nos sentimos supercómodos, todo fluyó y a partir de ahí lo adoptamos como costumbre", relata.

Aunque muchos celebran que reine la armonía entre los padres separados, hay especialistas que ponen algunos reparos sobre estos programas familiares en esa situación. Norma Vinacur, secretaria del Departamento de Niños y Adolescentes de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), sostiene que va a depender del tiempo transcurrido y del modo que fue transitando la pareja su propia separación.

"Cuando son los niños pequeños los impulsores de estas salidas puede ser una manera de negar la realidad y no es aconsejable. Es importante transmitir que los niños no vivan una felicidad ficticia que les resulte aún más confusionante. De todas maneras cada familia debe resolverlo de modo que no resulte confuso y permita a sus hijos una elaboración adecuada del duelo de la separación de sus padres. Si se da en buenos términos y observan que los acerca desde sus roles de padres no encuentro contradicción".

Por su parte, la psicoanalista Susana Mauer, especialista en familia y niñez, sostiene que "compartir encuentros no necesariamente confunde ni complica a los hijos, siempre que eso esté administrado con sentido común. Cada situación es singular y requiere de una mirada amplia que contemple el momento, el entorno y el costo que tiene esa situación".

Otras veces, seguir manteniendo este tipo de salidas es visto como una resistencia a cortar la relación. "No es extraño que las personas se tomen de los chicos para no cortar —dice la médica psiquiatra Graciela Moreschi—. Cuando digo esto no estoy negando la importancia de los hijos, simplemente aclaro que en la mayoría de los casos son utilizados como pretexto. Cierto es que estos padres van a seguir siendo socios parentales toda la vida, pero este tipo de sociedad tiene obligaciones y límites precisos."

"Generalizar qué está bien o mal en la realización de los actos compartidos similares a cuando eran familia sería incorrecto, porque cada situación es singular", opina el psicoanalista Javier Díaz. "Sí podemos afirmar que lo que marcará una diferencia importante es de dónde los padres y lo hijos se ubican para realizar dichos actos. Compartir un cumpleaños, reuniones escolares o deportivas diferirá si los padres lo realizan ya en condición de padres separados, es decir, si han logrado realizar el duelo ubicados como padres de sus hijos y ya no ubicados dentro de la construcción de estar constituyendo una familia". 

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Cada familia debe encontrar cuál es su mejor opción, dicen expertos.

COMPORTAMIENTO La Nación/GDA

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