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Ese extraño lenguaje que muy poca gente domina

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Agustina y Adriana pueden sostener una conversación al revés

CULTURA

Especialistas sostienen que el fenómeno de hablar a la inversa es poco frecuente, altamente irregular y que no es un campo de estudio desarrollado. Un acercamiento a las curiosidades de esta u201clenguau201d.

Parece ruso, alemán o francés. "Satse omoc aloh", así comienza mi charla con Agustina Sanner, una uruguaya de 23 años que nació en Melo, Cerro Largo, cuando le pido que me diga algo, cualquier cosa. No le tiene miedo a ninguna palabra que le pidan y las dice al revés e instantáneamente. Uno empieza pidiendo palabras cortas, pero ella pide que sean más difíciles y dice que incluso pueden ser frases.

No es algo que haya ejercitado. "Me di cuenta hace unos seis años, por un chiste que tenía una palabra que, al revés, quedaba como un chiste verde. En seguida empecé a contarle a mis amigos y familiares y no podían creer la velocidad con que lo hacía, sin estar mirando el texto", cuenta, con la misma naturalidad que te dice "rodanoicidnoca" cuando uno le dice que diga al revés "acondicionador". Puede seguir con ornitorrinco o fonoaudiólogo. No titubea ni un segundo.

Este fenómeno conocido como "lenguaje inverso" se presenta en casos aislados y es tan raro que Domingo consultó a un especialista en neurociencia cognitiva, pero no pudo hablarnos al respecto. También hubo contacto con neurólogos, uno de ellos docente en la Facultad de Psicología de la Universidad de la República y a una profesora del Instituto de Psicología Clínica de la misma universidad, pero ninguno conocía el tema como para brindar una explicación.

También se consultó a un reconocido neurólogo clínico y neurocientífico argentino, pero el profesional nos derivó con una especialista en lenguaje, que tampoco pudo responder más allá de calificar al tema como algo "muy poco frecuente, altamente irregular" y que "no es un campo de estudio muy desarrollado desde el lenguaje".

Agustina nunca consultó a un especialista, porque hablar al revés es algo que no le trajo más que diversión. Lo que más asombra en su caso es la rapidez con la que lo hace: no se terminó de pronunciar la palabra o frase y ella ya la está diciendo, incluso más rápido, en algunos casos, de lo que uno la dijo. En la facultad, en el trabajo, en un cumpleaños: todos los que saben de su facilidad para hablar al revés se lo piden.

"No me molesta, me divierte, porque siempre me gustó hablar, entonces imaginate cuando me enteré que también podía hablar al revés", dice riendo. Y en seguida agrega, sin dejar de reír, que "menos mal no lo supe de niña ¡porque si no me iban a correr de casa!". Agustina sabe que "a veces parece algo raro", pero asegura que lo tiene "incorporado".

No hay trucos: antes de pedirle que lo haga escribí algunas de las palabras, cuando al principio aún creía que podía estar equivocándose y yo no me daba cuenta, pero no hubo caso. Las decía siempre bien. Todo lo que a ella no le costaba decirlas al revés a mí me costaba leerlas al revés para corroborar.

Siempre que alguien se entera de lo que es capaz de hacer la reacción es el asombro. Su familia, amigos y compañeros de trabajo pasaron por eso, pero Agustina cuenta que ahora ya no es tal el furor: "El asombro dura un día y después se olvidan. Yo también me olvido. Cuando me acuerdo, es como si fuera la primera vez, porque me empiezan a pedir que diga de todo un poco".

Mucha gente queda en shock y al principio no le cree que lo esté diciendo bien, pero luego lo comprueban y se quedan con los ojos grandes y sin palabras: "También puedo hablar al revés en otros idiomas, palabras y frases. Depende igua l. Sé inglés y algo de francés, así que puedo también en francés". Respecto a las palabras que la gente más le pide dice que "por lo general son nombres y apellidos y alguna palabra difícil". Alguna palabra difícil como para ponerla a prueba, cosa que no la pone nerviosa en lo más mínimo.

"Nunca consulté con un profesional. Cuando me enteré no investigué y no se me ocurrió buscar, quizá porque si me enteraba de qué era exactamente, la novedad iba a perder ese encanto y se iba a transformar en algo más normal que otras personas también pueden hacer", cuenta.

¿Cuestión de memoria?

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En el año 1982 expertos en lenguaje de Estados Unidos realizaron un informe titulado A Fluent Backward Talker (que en español sería algo así como "Quien habla fluido al revés") que fue publicado en la Journal of Speech and Hearing Research (Revista de la investigación del habla y la audición).

En este informe se estudió el caso de un hombre de 31 años que era capaz de hablar al revés fluidamente. Como conclusión, los expertos señalan que los resultados del estudio se pueden dividir en dos partes.

En primer lugar, queda demostrado con este estudio que una persona sin entrenamiento puede ser capaz de hablar al inverso y que puede instintivamente analizar el discurso en unidades separadas, tanto a nivel del léxico como en fonética, es decir, en la forma en que se escriben las palabras y en su pronunciación. En segundo lugar, el estudio muestra que el hecho de que esta persona pueda hablar al revés tiene relación con su habilidad para recuperar información lingüística secuencial de la memoria a largo plazo. Es decir, tiene muy buena memoria.

El informe señala que la importancia de este tipo de estudios sobre habilidades mentales excepcionales "es que ayudan a definir los límites de la capacidad humana cognitiva".

Adriana Gindel tiene 40 años, vive en Montevideo y habla al revés desde que tiene seis años: "En la pared de mi cuarto tenía colgado un póster de Los Parchís. Empecé leyendo los nombres de ellos al revés y de ahí en adelante no paré más", cuenta.

Tampoco fue algo que ejercitó: fue "algo que me di cuenta que lo podía hacer. También cuento el número de letras que tienen las palabras, frases largas, oraciones". No le molesta que la gente le pida que hable al revés: "Solamente me pasa que una vez que empiezo a hablar al revés me es difícil cambiar el chip al idioma español. Sigo hablando y pensando al revés".

Su familia y sus amigos ya están acostumbraos, pero aún les sigue divirtiendo y asombrando. Adriana dice que "siempre hay una oportunidad de que me hagan hablar al revés". Nunca consultó a un especialista. Y tiene un plus: también puede cantar al revés.

Casualmente, no es la única Adriana que habla al revés. Adriana Benedetti también de Montevideo, que tiene 47 años y descubrió que tenía esta habilidad de hablar al revés desde muy chica: "Lo empecé a hacer sola naturalmente", cuenta. Y agrega que comenzó a darse cuenta cuando la gente hablaba y ella "mentalmente daba vuelta las palabras". Muchos de sus conocidos no saben de su habilidad: "Algunos no lo saben porque ahora de adulta no es algo que comente".

No lo comenta mucho: "solo provoca risas en las otras personas", dice también riendo.

Actualmente existen aplicaciones que se pueden descargar gratuitamente en los teléfonos celulares y le permiten a cualquiera hablar al revés. Pero lo de estas tres uruguayas es sin tecnología ni truco de por medio.

Hay diferentes teorías respecto al asunto, como la del australiano David Oates, para quien el lenguaje inverso es otra forma de comunicación humana y funciona como una especie de "detector de mentiras", ya que asegura que es captado por la mente inconsciente.

Las teorías sobre hablar "al revés"

Aunque pueda parecer que hablar "al revés" es algo que puede significar poco o nada, hay quienes dedican años a estudiar el tema y existen varias teorías, como por ejemplo la del australiano David Oates, quien forma parte de la Asociación Internacional de Consultores de Lenguaje Inverso. Oates sostiene que el habla "normal" o "al derecho", está bajo control consciente del ser humano y por eso puede ser manipulado y alterado. Sin embargo, el discurso inverso no está bajo el control consciente y por lo tanto no puede ser manipulado ni alterado y comunica siempre la verdad. Visto de esta manera, el lenguaje inverso podría funcionar como una especie de detector de mentiras. El australiano comenzó a hacerse conocido en el mundo cuando en la década de los 80 aseguraba que descubría mensajes ocultos en ciertas piezas musicales. Sostenía y sostiene que en ciertas frases, al ser dadas vuelta, se escuchan mensajes que dicen lo contrario y revela mensajes ocultos incluso en canciones de publicidades. Desde 1983, cuando el lenguaje inverso se convirtió casi en una obsesión para él, escribió cuatro libros sobre el tema.

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