VIAJES

Hay asuntos que pueden resultar algo complejos para quienes visitan la capital chilena por primera vez. Por ejemplo ubicar su célebre calle “La alameda” —tan nombrada en libros y canciones— dado que en los mapas figura en el centro con el nombre Av. Libertador Bernardo O’Higgins, luego como Av. Providencia, posteriormente como Av. Apoquindo, y al final como Av. Las Condes.

Los descubrimientos son parte del encanto cuando uno se mueve en una ciudad nueva, pero en un viaje relámpago como el que proponemos en esta nota, el tiempo es oro. Por eso, va esta guía con los principales puntos para conocer y/o disfrutar en Santiago.

Aunque se puede recorrer el centro caminando, es mejor unirse a un Free Walking Tour, una caminata guiada donde solo se abona una propina al final del recorrido.

La que realicé en una de mis últimas visitas tiene como punto de encuentro la Plaza de Armas, la principal de Santiago, y por lo tanto su “kilómetro cero”. Resalta la figura en bronce de un hombre a caballo —el conquistador español Pedro de Valdivia, fundador de la ciudad— y una ecléctica escultura con cara de moai (los tótems de la Isla de Pascua) que representa la fragmentación de las culturas indígenas en la sociedad contemporánea. En las veredas, tallado en bronce, un mapa antiguo marca los principales elementos arquitectónicos del centro. En esta plaza encontrarán todos los días, a las 10 de la mañana y a las tres de la tarde, guías de camisetas coloradas dispuestos a mostrarles en cuatro horas los “indispensables” de la ciudad. No es necesario realizar reserva previa. Les recomiendo llegar media hora antes para poder ingresar a la Catedral Metropolitana, ubicada al frente de la plaza, que data de mediados del siglo XVI.

El recorrido pasa frente al Museo de Arte Pre-Colombino, el antiguo Congreso y la Corte Suprema (hay tiempo para tomar fotografías pero no para ingresar a los edificios: si lo desean deberán hacerlo más tarde) y se detiene en el Palacio de la Moneda, sede de la presidencia chilena y otras instituciones de gobierno.

En el subsuelo, una sala de exposiciones suele albergar muestras interesantes —ha ofrecido, por ejemplo, de Pablo Picasso y de Andy Warhol— por lo que sugerimos prestar atención a la cartelería, preguntar al guía o consultar en internet. Frente a La Moneda también encontrarán un mástil de acero de 60 metros de altura que enarbola la bandera chilena, constituyendo uno de los puntos de referencia más icónicos de la ciudad.
Si están realizando la caminata guiada proseguirán en dirección este, bordeando el cerro Santa Lucía, un parque a 690 metros de altura al que se puede acceder tanto con escaleras como por elevador. ¿Una curiosidad? El intendente que en 1872 convirtió este cerro en paseo público llevaba el mismo nombre que un compatriota suyo famoso actualmente: el actor y galán Benjamín Vicuña.

En el tour, o caminando por su cuenta, llegarán al barrio Lastarria, zona bohemia, artística, gastronómica, cultural y turística. Si eligieron el turno del paseo de la mañana, aquí tendrán variadas opciones para almorzar, entre las que recomendamos especialmente el restaurante Chipe Libre: República Independiente del Pisco. Allí no solo podrán probar el tradicional pisco-sour, cóctel insignia del país, sino variantes como el mango o maracuyá-sour. Entre los platos sugerimos especialmente la lasaña de berenjenas y los fetuccini de mariscos.

A la tarde, si les atrae el interiorismo y las antigüedades, podrían ir en dirección sur hasta el Barrio Italia, más precisamente a la avenida Italia entre las calles Santa Isabel y Sucre, donde encontrarán anticuarios, casas de decoración y tiendas estilo vintage. Si no almorzaron en Lastarria, aquí también verán coquetos cafés, bares y restaurantes.

Por su parte, en el barrio Bellavista, ubicado al norte de Lastarria, pueden visitar el museo “La Chascona”, casa en forma de barco donde vivió el nobel chileno Pablo Neruda junto a su tercera mujer, Matilde Urrutia.

A pocos pasos (calle Pio Nono 450) está la entrada al Parque Metropolitano, sede del cerro San Cristóbal, de 880 metros de altura. Además de privilegiadas vistas panorámicas de la ciudad, encontrarán allí al santuario de la Virgen de la Inmaculada Concepción y al Zoológico Nacional, con flamencos, lagartos, leones y pingüinos. Se puede ascender tanto caminando, en bicicleta, auto o taxi, como tomando un tren funicular hasta la cima. Ideal para cerrar esta intensa jornada sería una cena en Patio Bellavista, polo gastronómico del barrio homónimo con variadas ofertas de bares y restaurantes, algunos de ellos con espectáculos y cena-show. Si bien es típicamente turístico, asegura una noche animada.

Luego de haber visitado la capital chilena en varias oportunidades no vacilo en subrayar la recomendación de hospedarse en los alrededores del shopping Costanera Center, en vez de hacerlo en el centro de la ciudad. Con 300 metros de altura y 62 pisos —que lo convierten en el rascacielos más alto de Latinoamérica— ofrece tiendas, restaurantes, bares, oficinas y un mirador en la cima desde donde se pueden apreciar nítidamente hasta los picos de la cordillera andina.

Este barrio, ubicado en el límite entre las comunas de Providencia, Vitacura y Las Condes, se comunica con el resto de la ciudad por la estación de metro Tobalaba y se conoce coloquialmente como “Sanhattan” (combinación entre “Santiago” y “Manhattan”) por ser un centro financiero moderno donde se construyeron rascacielos altos y espejados al estilo de Wall Street.

En contraste con el agitado primer día en Santiago, para esta segunda jornada recomendamos dedicarse relajadamente a recorrer la zona este, de mayor altura (por su cercanía con las montañas) y más “cuica” (“adinerada” en la jerga chilena). El idioma español tiene sus particularidades según la geografía y así como los rioplatenses nos distinguimos por nuestra particular dicción de las letras “ll” e “y”, en Chile el diferencial está en la pronunciación de la “sh”: prepárense para que los centros comerciales se conviertan en “chopins” y escuchar que al pescado crudo con arroz le llaman “suchi”.

Además del Costanera Center, tenemos para visitar el centro comercial Parque Arauco —poseedor de una de las plazas de comidas al aire libre más coquetas que he visto— y el shopping Alto Las Condes. En los tres podrán encontrar un restaurante de la cadena Tanta, donde según recomendaron algunos santiagueños “se puede disfrutar del mejor pisco-sour de la ciudad”.

En esta parte de la ciudad, los fashionistas pueden realizar una visita al Museo de la Moda (Av. Vitacura 4562) que reúne 15.000 piezas entre indumentaria y accesorios, mientras que los aficionados al arte tienen la opción de ingresar al Museo Ralli (calle Alonso de Sotomayor 4110), donde se exhibe arte moderno europeo y latinoamericano. Ambas instituciones son privadas y están abiertas al público de martes a domingos.

La calle Alonso de Córdova, por su parte, reúne las tiendas de las marcas más sofisticadas. Sobre ella, en las cercanías del shopping Parque Arauco, pueden encontrarse con CV Galería, una construcción moderna de dos plantas recientemente inaugurada que combina muestras de arte con cinco restaurantes de alta gama.

Otro polo gastronómico cercano pero de ofertas más amigables al bolsillo es la peatonal Paseo El Mañío. En el restaurante Ky la propuesta es cocina tailandesa, en Rosita la carta es mexicana (a este local lo pueden encontrar también en el Patio Bellavista), Tío Tomate se especializa en pizzas y Cuerovaca en carnes y vinos. El lugar es ideal también para una previa y luego cruzar la avenida Vitacura hasta Candelaria Bar, que pese a ser algo pequeño atrae al público de distintas generaciones que desea terminar la noche santiagueña bailando.

*Creadora del blog de viajeswww.hillstoheels.net.