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Egan Bernal, pedaleando de las montañas colombianas al Arco del Triunfo

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Egan Bernal

NOMBRES

El corredor colombiano Egan Bernal se convirtió en el más joven ganador de la competencia de ciclismo más importante del mundo, el Tour de France.

Con 22 años y 196 días, el ciclista colombiano Egan Bernal es el campeón más joven del Tour de Francia desde 1909, y el primer ganador latinoamericano en toda la historia de la competencia. Colombia perseguía este triunfo desde 1975, cuando Cochise Rodríguez, vieja gloria del ciclismo colombiano, debutó en la vuelta ciclista más importante del mundo y llegó en el puesto 27.

La primera bicicleta de Bernal era amarilla, como la casaca de líder que vistió en París durante su premiación. Entre las decenas de ciclistas colombianos que han disputado esta carrera, solo otros dos habían vestido la prenda durante los pocos días que lideraron el Tour. Bernal es el primero que la conservó hasta el final. “El triunfo no es solo mío, sino de todo un país. Hace unos años mirábamos el Tour por televisión y era algo imposible”, dijo conmovido después.

El momento decisivo ocurrió en la etapa 19, en la que los ciclistas debían enfrentar dos ascensos de montaña antes de alcanzar la meta. En la subida al Col de l’Iseran, el paso pavimentado más alto de los Alpes, a 2764 metros de altura, Bernal decidió atacar al entonces líder de la carrera, el francés Julian Alaphilippe, quien aventajaba al colombiano por un minuto y 30 segundos.

Bernal, un escalador dotado como la mayoría de ciclistas colombianos, cruzó el alto en solitario y empezó un descenso que lo llevaría a la subida final. Pero un alud bloqueó la carretera y los organizadores del Tour dieron por terminada la etapa. Antes de lo esperado, Egan Bernal era el nuevo líder, con 45 segundos de ventaja sobre el corredor francés.

 El nuevo campeón nació en Zipaquirá, una pequeña ciudad industrial y agrícola ubicada al norte de Bogotá. Su padre trabajaba como guardia de seguridad y su madre seleccionaba claveles en los cultivos que pueblan la sabana en la periferia de la capital colombiana.

Egan Bernal llegó con ocho años y una pesada bicicleta de montañismo al Instituto Municipal de Deportes de Zipaquirá. Fabio Rodríguez, su entrenador de entonces, lo describe como un niño común, sin ninguna virtud que lo distinguiera del resto. “Sabía montarse a la bici, pero no más. A medida que fue mejorando hizo podios en el departamento y después a nivel nacional”, recuerda el entrenador.

Pero Egan tenía ambición. Cuando ganaba una copa empezaba a planear la siguiente. “Pensaba siempre en ir escalando. Es un talento total, muy completo y fuerte mentalmente. Todo eso lo hace diferente ahora”, dice Rodríguez.

El ciclismo exige una enorme fortaleza física y psicológica. La victoria en una carrera de tres semanas implica estrategia y trabajo de equipo. Pero, en el fondo, cada corredor lucha contra sí mismo y libra batallas individuales que lo llevan muy lejos en su desafío contra el dolor. Los ciclistas del Tour deben ingerir entre 6.000 y 9.000 calorías diarias, porque invierten en cada jornada el doble de calorías necesario para correr una maratón. Ese ritmo de exigencia deben sostenerlo durante 21 días.

Cuando viajan por carreteras a alta velocidad y cruzan montañas entre abismos, se exponen a riesgos constantes. En el último año, Bernal sufrió tres caídas y fue sometido a operaciones de clavícula, nariz, pómulos y mandíbula. En un accidente mientras corría la clásica carrera de San Sebastián en España, perdió varios dientes. Este año, a principios de mayo, mientras se preparaba para correr el Giro D’Italia, la segunda vuelta más importante del calendario internacional, un nuevo accidente lo inmovilizó por varias semanas. Así perdió la oportunidad de correr en Italia, pero pudo prepararse para disputar el Tour como uno de los favoritos.

Bernal empezó su carrera deportiva en el ciclismo de montaña a los 14 años, impulsado por Pablo Mazuera, un entrenador y mecenas que viajó con él a varias competencias dentro y fuera de Colombia. “Él siempre quería más y juntos trabajábamos paso a paso para encadenar una vida deportiva muy organizada. Desde pequeño fue una persona muy comprometida, siempre quiso estar enfocado en el deporte”, cuenta Mazuera.

Entre 2011 y 2015, Bernal ganó la medalla de plata, categoría júnior, en el Campeonato Mundial de Ciclismo de Montaña y medalla de bronce en el Campeonato Panamericano de Brasil. En 2016 pensaba competir en los Juegos Olímpicos dentro de esa categoría, cuando su rumbo cambió. Gianni Savio, veterano director en el equipo Androni Giocatelli-Sidermec de ciclismo de ruta, lo contrató por cuatro años después de verlo subir montañas como si fuera en una moto.

En las pruebas físicas que le hicieron antes de firmar el contrato, Bernal marcó un consumo de oxígeno máximo de 88,8 mililitros por kilogramo de peso. Chris Froome, cuatro veces ganador del Tour y compañero de equipo de Bernal, marcó 84,6 a su misma edad. El colombiano creció en una altura cercana a los 3.000 metros sobre el nivel del mar. Cuando compite en alturas menores, como las de Europa, su sangre transporta el oxígeno de manera más eficiente hacia los músculos y su cuerpo acusa la fatiga un poco más tarde.

Así, gracias al ojo entrenado de Gianni Savio, Egan pasó al ciclismo de ruta, en donde hay más dinero, estructura y carreras para aprovechar el talento. Cuando firmó aquel primer contrato, el diario deportivo Marca lo anunció como “la bestia que viene”.

Pero Savio conservó a Bernal solo por dos años, hasta que fue comprado por el Team Sky, el equipo más costoso y ganador del World Tour, la primera división del ciclismo. El Sky cambió de patrocinador y ahora se llama Ineos, pero es la misma nómina que ha ganado siete veces el Tour de Francia en los últimos diez años.

Bernal, según recuerda su mentor, quería pedalear y nada más. Vivía con la mente enfocada en un futuro deportivo que veía con placer y anhelo. “Tenía claro que quería ser un gran ciclista”, recuerda Mazuera.

La victoria en París, para algunos entendidos, puede marcar el inicio de una nueva era en el ciclismo internacional. Una nueva época dominada ahora por Colombia, un país que logró, por primera vez, meter a tres corredores entre los primeros ocho de la clasificación general este año, entre un total de 176 atletas en competencia. 

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