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Duncan Jones, del rock al espacio exterior y la fantasía

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Duncan Jones

NOMBRES DEL DOMINGO

El cineasta, hijo de David Bowie, recuerda los duros momentos en que comenzó a filmar Mudo, una película que en parte indaga en la paternidad.

Hace siete años, el cineasta Duncan Jones decía que su sueño era filmar una película que homenajeara al clásico de ciencia ficción de Blade Runner (Ridley Scott, 1982). "Mudo, así se llama la película que quiero hacer", me había contado Jones en una entrevista en 2011, cuando ya tenía dos películas de ciencia ficción en su haber, las notables En la Luna y 8 minutos antes de morir: ambos títulos orbitando el mismo espacio y cariño por la ciencia ficción inculcado en él por un padre y amante del género.

Ahora, poco más de dos años después de la muerte de David Bowie, Duncan Jones cumple su sueño estrenando Mudo en Netflix: un homenaje al futuro de Blade Runner, pero también un tributo a su padre con su historia de cine noir protagonizada por un bartender mudo (Alexander Skarsgård, premiadísimo por su papel en Big Little Lies), una femme fatale de doble vida (Seyneb Saleh) y un doctor malas pulgas y de malas prácticas (Paul Rudd) con una hija pequeña.

"Fue una película difícil de hacer. En cierta forma, fue muy personal", dice Jones. Cuando empezó a filmar en los míticos estudios Babelsberg de Berlín su padre estaba grave.

Hijo de la voz de Space Oddity y de la modelo Mary Angela Barnett, nacido en los años 70, Duncan Jones no solo le dedica la película a su padre, sino que también a su "segunda madre": Marion Skene, la "nana" escocesa que lo crió desde que en 1975 sus padres se separaron.

"La película la empecé con mi padre muriendo, y la terminé cerca de la muerte de Marion", cuenta sobre una nueva y triste fecha para recordar en su vida. "El subtexto del amor en la película es la paternidad. Y sentí que era una especie de terapia personal, de alguna manera, hacer esta película".

—¿Y sirvió la terapia?

—Creo que de alguna manera me dio la oportunidad de canalizar algunas emociones, sentimientos, en el trabajo. Puedo verlo ahora y decir, Ok. Puedo ver qué es lo que estaba sintiendo."

Vuelo propio

Mudo es una suerte de estudio acerca de los extraños caminos que puede tomar la paternidad, y lo complicado que puede resultar asumir los cuidados de un niño.

Por ejemplo, el notable personaje interpretado por Paul Rudd, este doctor que saca balas a maleantes del futuro y con un propio pasado criminal, es un padre cariñoso, atento, pero que no tiene escrúpulos en dejar a su pequeña hija bajo la custodia de un burdel, en el centro de un inminente peligro constante. Una reflexión quizás exagerada de lo que significa crecer en un mundo peligroso.

La afiebrada y creativa mente de Jones ha usado, además, la imagen ya perteneciente a la cultura pop de mega urbes futuristas con vida propia —como la Los Angeles de 2019 en Blade Runner— para crear su propia urbe. Lo que se ve en Mudo es un ciudad de neón, futurista y peligrosa, donde el protagonista, Alexander Skarsgård, intenta encontrar a su novia tras su misteriosa desaparición.

"Ha sido un viaje increíble. Estuve 16 años tratando de hacer esta película", cuenta el cineasta. Y Mudo es un tipo de película muy distinta. La inspiración y la sensación creíble de una ciudad viva y que respira, eso es lo que quería capturar, que es lo que amé de Blade Runner. Eso es lo que yo quería lograr".

Uno de los desafíos autoimpuestos por este realizador, que dirigió en 2016 el filme basado en el videojuego Warcraft, fue tener un protagonista sin voz.

"Alexander (Skarsgård) se entusiasmó con el desafío, y conmigo fue capaz de llevar adelante la historia desde dónde el personaje comienza hacia dónde llega, cómo lo vemos cambiar y cómo vemos a la gente alrededor de él reaccionar frente a él a lo largo de la película" dice Jones muy entusiasmado con este juguete nuevo entre manos y que le ha dado varias satisfacciones, como rodar en los legendarios estudios alemanes de Babelsberg.

"Allí fue donde el director Fritz Lang hizo Metrópolis (1927), así que había una increíble sensación de historia alrededor de esto. Fue maravilloso", señala sobre una película del siglo pasado que ha sido faro en la posterior ciencia ficción de la historia del cine, incluyendo a Blade Runner y, claro, también a Mudo. "Una de las primeras cosas que filmamos fue con Alexander y Paul (Rudd) en un departamento de estilo tradicional y viejo donde vive, con ese mundo de ciencia ficción que se ve fuera de las ventanas. Fue un excelente punto de partida.

—Es una película que se siente muy actual también.

Sí. Si ves una vieja película de Paul Schraeder llamada ¿Dónde está mi hija? (1979) la película está ambientada en una Nueva York distópica. Pero en realidad no es distópica. Y siento lo mismo sobre Mudo: por el solo hecho de que sea ciencia ficción no tiene por qué ser distópica. El Barrio Rojo de Berlín futuro (donde trascurre Mudo) se siente como una ciudad en la que no necesariamente te gustaría estar, pero no creo que el mundo sea necesariamente distópico.

Es un mundo que se puede sentir como "real" y que es el cimiento del cuarto título de Duncan Jones. Todos ellos enmarcados en la ciencia ficción y fantasía.

"Parece que soy afortunado. Cuatro películas de sci-fi y fantasía", masculla risueño este joven artista buscando su propia órbita creativa y despegado, hace rato, del poderoso centro de gravedad que ejercía su recordado padre: David Bowie.x

Claro desde el inicio

Muchos hijos eligen seguir el mismo camino que sus padres. Tanto Julian como Sean Lennon se dedicaron a la música. Josh Brolin siguió el ejemplo de James y también se hizo actor (de los pocos casos en los cuales el hijo supera al padre). Jones siempre tuvo claro que quería ser director. Y más allá de que tenía un padre muy famoso y seguramente muy influyente, lo cierto es que obtuvo el reconocimiento casi en seguida. En la Luna, su primera película, consiguió un premio Bafta (equivalente inglés al Oscar) como mejor director primerizo.

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