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La dieta de la fertilidad

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La reproducción se ve afectada por el estado nutricional del paciente, coinciden los expertos.

La alimentación es clave a la hora de buscar un embarazo. Hay que apostar al peso ideal y consumir antioxidantes y ácido fólico.

DANIELA BLUTH

Ni tanto ni tan poco. Ni la extrema delgadez ni el sobrepeso. Y mucho menos la obesidad. Lejos de todas las recetas mágicas que se promocionan en tentadoras listas de cinco, diez o 20 alimentos que promueven la fertilidad, los expertos consultados por Domingo coinciden en que antes de emprender la búsqueda de un embarazo lo más importante a nivel nutricional es estar en un peso normal.

"Como cualquier otra de las funciones de un ser vivo, la reproducción se ve afectada por el estado nutricional del paciente", explica la especialista en fertilidad y directora del consultorio médico Gestar Marisa Dellepiane. En ese sentido, los extremos son perjudiciales. Así como en las mujeres muy delgadas la ovulación puede llegar a desaparecer, los kilos de más afectan la calidad y cantidad de óvulos. Para favorecer la reproducción, el índice de masa corporal (IMC) debe estar entre 18 y 25.

Según un informe reciente de la revista Human Reproduction, tener un IMC por encima de 30 produce una disminución del 4% en las probabilidades de concepción y esa cifra asciende hasta 43% para las mujeres con un IMC superior a 35. Ciencia mediante, Dellepiane no duda de que la relación entre el sobrepeso y la fertilidad es "estricta". "Las mujeres que tienen sobrepeso y obesidad ven su fertilidad disminuida, por eso es necesario corregir el peso corporal antes de empezar una búsqueda espontánea del embarazo o cualquier tratamiento de fertilidad", opina la especialista.

En sus más de 20 años de experiencia, para el ginecólogo Gerardo Bossano es habitual recibir en su consultorio a mujeres cuya infertilidad está ligada al sobrepeso. Recuerda claramente el caso de una paciente obesa que tras varias inseminaciones fallidas se realizó un by-pass gástrico, adelgazó más de 60 kilos y logró el embarazo. "Pesaba 143 kilos, después de operarse bajó a 80 y enseguida empezó a ovular. A los tres meses ya estaba embarazada", cuenta.

Pero las complicaciones no solo involucran la antesala de la concepción, sino que condicionan la salud de la madre y el bebé durante el embarazo. "Tienen todos los riesgos aumentados frente a la población de peso normal", sostienen Dellepiane. "Más riesgos de desarrollar hipertensión, diabetes gestacional, de tener dificultades para el parto y complicaciones postoperatorias, pero sobre todo más riesgos en lo inherente a la salud del feto". Porque la obesidad también está asociada al incremento de malformaciones y muerte intrauterina.

Los hombre no están exentos de cuidar esos kilos de más. De hecho, el varón obeso también es menos fértil que aquel con el peso adecuado. "La obesidad afecta el funcionamiento testicular", dice Dellepiane. Más allá de las alteraciones metabólicas como la diabetes, la presencia de grasa en las bolsas testiculares afecta negativamente la producción de espermatozoides.

En ambos sexos Bossano, pionero en fertilización asistida en Uruguay, también aconseja hacer deporte, que favorece la buena circulación del cuerpo en general y del aparato reproductivo en particular.

En el menú.

Cuando el peso es normal y la apuesta lograr un embarazo, la clave debe ser llevar una dieta sana y balanceada. Contrariamente a lo que podría pensarse, en una persona saludable y que puede comer de todo el equilibrio también es difícil de alcanzar, opina la licenciada en nutrición y magister en nutrición y salud pública Virginia Natero. Una dieta verdaderamente variada, advierte, implica consumir todos los grupos de alimentos en cantidades adecuadas. "No alcanza con comer lechuga y tomate", ejemplifica, "tenés que comer vegetales de todos los colores, desde berenjenas hasta cebolla, para tener todos los nutrientes. A menor variedad, más riesgos de carencias nutricionales hay". Las frutas y verduras son ricas, sobre todo, en antioxidantes y fibras, dos elementos fundamentales "para que el embarazo encuentre al cuerpo en sus mejores condiciones".

Entre las vitaminas, los especialistas destacan la importancia de las del grupo B, "fundamentales para la ovulación y la implantación", pero también "importantes para el control hormonal y el desarrollo fetal", dice la licenciada Liliana Grimberg, coordinadora del Área de Nutrición del Centro Terapéutico Máximo Ravenna. Dentro de complejo de las vitaminas B está el ácido fólico, que previene malformaciones del tubo neural del feto y por ello es necesario consumirlo antes y durante el embarazo. "Las mujeres que están expuestas o en riesgo de embarazo tienen que estar tomando ácido fólico siempre. Es necesario suplementarlo en forma medicamentosa, ya que en la dieta habitual no es suficiente", aconseja Dellepiane. La dosis diaria recomendada es de 0,8 miligramos, pero esta debería aumentar a 5 miligramos en mujeres con un IMC superior a 30, indica la experta en fertilización. "Porque se absorbe menos y porque hay que distribuirlo en más masa corporal". En la naturaleza, está presente en verduras de hojas verdes y hongos. "Para que no se pierda no hay que cocinarlo demasiado", sugiere Natero.

El consumo de zinc también contribuye al desarrollo del feto; además, su carencia puede disminuir la producción de óvulos saludables, dice Grimberg. Este mineral, presente en carnes magras, mariscos, cereales y huevos, se utiliza igualmente para el tratamiento de los varones con alteraciones en la producción de espermatozoides. "Se benefician con alimentos y complementos con efecto antioxidante y ricos en vitaminas E, C y zinc", dice Dellepiane.

Entre las carnes, se recomienda consumir pescado, rico en omega 3, también presente en productos de origen vegetal como el aceite de soja o de canola. Según Dellepiane, la ingesta de carnes rojas "no es imprescindible", por lo cual las mujeres que siguen una dieta vegetariana pueden tener un embarazo y un desarrollo fetal normal.

"Lo que comés afecta a todo, desde tu sangre y tus células hasta tus hormonas", asegura Cynthia Stadd, especialista en nutrición del Centro Berkeley para el Bienestar Reproductivo y la Salud de la Mujer, de la ciudad de Nueva York. Natero coincide y, por eso, en el año internacional de las legumbres, recomienda incorporar a la mesa de las futuras mamás lentejas que aportan hierro, semillas que proveen de fibras y antioxidantes y frutos secos ricos en grasas buenas. "La idea es tener un peso normal que permita que el embarazo encuentre al cuerpo en las mejores condiciones".

¿Qué pasa con las mujeres muy flacas?

Las mujeres que están muy por debajo de su peso ideal también pueden sufrir dificultades para concebir. "Existe como un mecanismo de defensa: cuando el estado nutricional está en extremo afectado no se produce la ovulación para impedir el embarazo. En definitiva es porque el cuerpo no está apto para el embarazo", explica Marisa Dellepiane (foto). De su experiencia en la clínica, la nutricionista Virginia Natero coincide: "El caso más delicado es el de las chicas anoréxicas, donde puede llegar a desaparecer por completo la menstruación". En los hombres, el bajo peso no afecta la función testicular.

40 semanas y contando.

Si bien muchos de los antioxidantes, las vitaminas y los minerales son fundamentales en los meses previos a la concepción, hay nutrientes que también conviene seguir consumiendo durante las 40 semanas que dura el embarazo. Uno de ellos es el hierro, que aconsejan suplementar sobre todo en la segunda mitad de la gestación, incluso si la mujer lleva una dieta saludable. Es importante para evitar la anemia tanto de la madre como del bebé, para la posterior producción de la leche materna y para minimizar el riesgo de desarrollar anemia posparto. Algo similar sucede con el calcio. Si la embarazada no consume lácteos y sus derivados, en necesario tomar complementos. A la vez que mantiene los huesos fuertes, este mineral contribuye al correcto funcionamiento del sistema nervioso y circulatorio.

Mate y café sin excesos.

Sustancias como el tabaco, el alcohol o las drogas "tienen efectos deletéreos tanto para la reproducción como para el desarrollo del embarazo", sostiene la especialista en fertilidad Marisa Dellepiane, y por lo tanto deben eliminarse de la dieta. Sin llegar al extremo de estar contraindicada, la cafeína es uno de esos ingredientes que generan opiniones encontradas. Los especialistas consultados por Domingo coinciden en que la premisa es decirle no a los excesos. "Igual que ocurre con la sal, se recomienda reducir las dosis", dice la nutricionista Virginia Natero. "Hay que suspenderla si se toman seis cafés por día, pero no pasa nada por tomar un café con leche de mañana", ejemplifica Dellepiane. Algo similar ocurre con el mate, que sin llegar a estar prohibido hay que consumir con moderación.

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La reproducción se ve afectada por el estado nutricional del paciente, coinciden los expertos.

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