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Cruzar los 70

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Paul Simon, aún vigente a pesar de los años.

El músico Paul Simon ya pasó hace rato la edad que tanto temía cuando cantaba Old friends. Y lo hace siendo símbolo de “su” ciudad.

Paul Simon (73) fue visto cantando la semana pasada en el especial por los 40 años de Saturday Night Live, un símbolo de Nueva York. Este músico, ícono del folk-rock y también de la world music, ha sido un asistente habitual a ese programa, en el que hizo de anfitrión y atracción musical por primera vez el 18 de octubre de 1975. Y él mismo es, quizá por haber nacido en la vecina Newark (Nueva Jersey) el 13 de octubre de 1941, otro símbolo de Nueva York. No solo le ha cantado a la Gran Manzana: sus dos conciertos más memorables y multitudinarios, el de 1981 con su enemigo íntimo Art Garfunkel y el de 1991 en solitario, fueron en el Central Park. Ambos recitales, gratuitos, lograron reunir a más de 500 mil personas.

Paul Simon es una leyenda, pero una leyenda de carne y hueso que ha sabido volar a gran altura y soportar grandes desplomes. Nació en el seno de una familia judía y fue un niño retraído. Se hizo amigo de un vecino, judío como él, llamado Arthur Garfunkel, cuya voz lo maravilló. Sus gustos musicales y una excelente complementación —Paul escribía muy buenos versos y Art cantaba notablemente— los hizo incursionar en la música, como un dúo original y notoriamente influenciado por los Everly Brothers. Primero se llamaron Tom & Jerry y luego, para la eternidad, Simon & Garfunkel.

"Yo me encerraba en el baño, apagaba la luz y abría la canilla. El sonido del agua me relajaba. Los azulejos ofrecían un eco extraordinario cuando cantaba Hello darkness my old friend (Hola, oscuridad, mi vieja amiga; primer verso de The sound of silence). Me siento bien y protegido en la oscuridad", le dijo en 2011 al semanario alemán Zeitmagazin. Fue así que nacieron los éxitos más memorables del dúo, que —más allá de reencuentros para giras o conciertos puntuales— existió entre 1964 y 1970: Mrs. Robinson (inmortalizada en la película El graduado), The sound of silence, The Boxer, Cecilia o Bridge over troubled water.

Esa oscuridad ha entrado y salido de su obra musical, complementada con una etapa solista iniciada en 1972, con picos altísimos como los discos There goes rhymin' Simon (1973) y Graceland (1986). A veces ha sido luminoso y rupturista. En el último de esos álbumes mencionados se animó a explorar los ritmos y sonidos africanos como casi ninguna estrella de primer nivel lo había hecho hasta entonces. Este trabajo, empero, también le significó un dolor de cabeza. Como lo grabó en buena parte en Sudáfrica, la ONU y el Congreso Nacional Africano lo declararon "persona no grata", al haber roto el boicot impuesto a esa nación por el apartheid reinante (finalmente, esa penalización fue levantada al reconsiderarse la situación, ya que —en definitiva— la placa difundía una cultura musical hasta entonces casi inexplorada en el mainstream occidental). Tuvo otros fracasos: su musical de Broadway The capeman, en 1998, solo duró tres meses en cartel, lo que le significó una pérdida de once millones de dólares.

Envejecer.

"Yo era bastante más pequeño que los otros niños de mi edad, por lo que las niñas sencillamente me ignoraban. Un día vi como una banda tocaba en la escuela y los chicos no eran precisamente guapos, pero las chicas los adoraban. Supe que yo también podía hacer eso, así que me busqué una guitarra". Las motivaciones para hacerse músico, aún en un poeta tan refinado como él, suelen ser muy básicas. "Con la guitarra las chicas comenzaron a percatarse de que existía", le dijo a ese medio alemán.

Simon se casó tres veces. Su primera relación seria fue con una adolescente de 17 años (él tenía 22) llamada Katty Chitty, a quien conoció cuando se fue a vivir brevemente a Inglaterra, disgustado porque las perspectivas de una carrera musical en su país no eran muy alentadoras. Si de esposas se habla, contrajo matrimonio con Peggy Harper (madre de su hijo mayor, Harper), con la estrella de La guerra de las Galaxias Carrie Fisher (lo que más adelante calificaría como "una locura") y con la cantante folk Edie Brickell. Con esta última, 24 años más joven y madre de sus tres hijos menores (Adrian, Lulu y Gabriel), cumplieron ayer 23 años de casados.

En todo caso, ha sido una vida bien vivida. En 1968 se publicó Old friends (Viejos amigos), una de las canciones más reconocidas del disco Bookends, de Simon & Garfunkel. Veinteañero él y veinteañero su compinche, Simon escribió: "Podés imaginarnos dentro de unos años/ compartiendo un banco de plaza tranquilamente./ Qué terriblemente extraño es tener 70". El tiempo dio su veredicto: su amistad con Garfunkel terminó traduciéndose en promocionados reencuentros y en giras truncadas. Simon ha ido hacia atrás y adelante en su idea de volver a juntarse a tocar con su amigo de la infancia (aunque si ha sido tajante en su negativa de grabar juntos). ¿Y la edad? "Estoy muy bien. No me siento distinto", le dijo al diario argentino Clarín cuando llegó a las siete décadas. "Tengo buena salud. Puedo correr y hacer shows. Tengo el pelo gris, pero todavía puedo lanzar una pelota de béisbol", agregó, aludiendo a otra gran pasión neoyorquina. Como lo es él.

EL OTRORA COMPINCHE ENSAÑADO

Hace pocos días, en una entrevista con el Daily Telegraph británico, Art Garfunkel aniquiló a su otrora compañero. "Tiene complejo de Napoleón. En el instituto me daba lástima por su estatura. Como compensación, le ofrecí mi cariño y mi amistad. Y esa compensación ha creado un monstruo". Garfunkel nunca le perdonó a Paul Simon dejar el dúo en la cresta de la ola.

UNA CARRERA DIGNA DE ELOGIO.

El dúo con Art.

Empezaron casi sin hacerse notar. A dos productores se les ocurrió hacer una versión "rápida" de The sound of silence en 1964 y el éxito no paró. Se calcula que vendieron unos 40 millones de discos.

Como solista.

La carrera solista de Paul Simon tuvo puntos muy altos. Uno de ellos fue el disco Graceland, de 1986. En el video clip de You can call me Al, el tema promocional, al músico se lo ve con el actor Chevy Chase.

Multitudes.

Quizá haya sido un guiño malicioso a su excompañero de ruta, pero lo cierto es que Simon eligió al Central Park para su gran concierto de 1991, mismo lugar escogido para el reencuentro del dúo 10 años atrás.

Tiempo presente.

Con los años, Paul Simon se ha vuelto más místico y filosófico. En su último disco, So beautiful or so what, de 2011, hay muchas menciones a Dios. Para varios críticos, es su mejor trabajo en lo que va del siglo.

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