Los desafíos del mundo de hoy, dinámico y cambiante, nos producen mucho estrés. La cocina es una buena estrategia para tener un espacio y distendernos.

Después de una semana ajetreada y donde generalmente no tenemos un minuto para dedicar o dedicarnos, ha llegado ese día muy especial cargado de muchas sensaciones juntas. Es la llegada a la meta, el final de la carrera semanal y por qué no decir la puesta a punto para poder empezar el lunes con casi todo en orden y volver a comenzar. Este ciclo se repite a lo largo de todo el año, y está en nosotros el que lo organicemos, y lo perfeccionemos con pequeños detalles que nos puedan hacer rendir más nuestro tiempo.

Hoy día son tantas las actividades, tareas, compromisos y obligaciones que necesitaríamos que éste se prolongara. "El tiempo se me fue volando", es una queja general, igualmente es bueno que pase, muestra de que estamos ocupados, pero seamos realistas y démosle la justa dimensión a cada cosa. No nos olvidemos nunca de dejar un pequeño espacio para disfrutar en familia, pues los chicos crecen y los grandes también.

Aprovechemos estas tardecitas frías en especial las de los fines de semana que contamos con más tiempo y la familia reunida para elaborar delicias saladas y dulces.

Los días fríos de julio son oportunos para que los más chicos sean más colaborativos en la cocina, ayudando a amasar, a formar galletitas, a batir. Que mejor entonces que aprovechar este tiempo de vacaciones para que nuestros chicos participen con nosotros en esta tarea donde la imaginación y la fantasía pueden convertirse en un juego divertido y didáctico a la vez.

Esos gratos momentos compartidos quedarán en la memoria de todos.

-QUE la era digital nos ha traído beneficios pero también nos enfrenta a una nueva realidad, súper estresante.

-QUE nada mejor que poder compartir un grato momento en casa y si nos conectamos con el mundo de la cocina tendremos una rica lección aprendida.

-QUE la tarea de pensar "qué comemos hoy" nos plantea el dilema que inevitablemente tenemos a diario.

-QUE planificando el menú de acuerdo a gustos, edades, actividades, horarios, presupuesto, no sólo ahorramos tiempo y energía, sino que el presupuesto se verá contemplado.

-QUE la comida de familia tiene ese toque particular de lo elaborado en fuente, para compartir todos juntos.

-QUE podemos preparar las recetas con anticipación por estar distendidos y sin tantos apurones.

-QUE involucrar a todos los integrantes de la casa en lo posible, nos facilitala tarea y además nos gratifica.

-QUE podemos realizar distintas masas, bollitos o tortas; resultan tentadores a la hora del té o el mate.

-QUE con una taza de chocolate caliente o un café y delicias dulces pasemos este y muchos domingos juntos.

1 T. leche caliente, 1/3 T. azúcar, 2 Cdas. levadura, 2 T. y 1/2 harina, 2 huevos, 1/3 T. aceite canola, 1/2 cta. sal, cáscara de limón rallada, 2 T. harina. Relleno. 1 T. ricotta, 1/4 T. azúcar impalpable, 1 T. pasas de uva sin semillas, gotas de vainilla.

Mezcle leche, azúcar y levadura. Cuando entibia agregue harina, mezcle y deje leudar. Luego agregue huevos batidos, aceite, sal, limón y 2 T. harina. Amase y estire (forma rectangular). Relleno. Mezcle ingredientes. Extienda sobre la masa, arrolle, y en chapa aceitada, pinte con 1 huevo. Horno moderado 50 min. aprox.

1 T. harina blanca, 1/2 T. harina integral, 1/2 T. avena, 2 Cdas. azúcar rubia, 3 ctas. polvo de hornear, 1/2 T. pasas de uva sin semillas o dátiles picados o nueces picadas, 2/3 T. yogur natural, 1 Cda. aceite, 1 clara, 1/4 T. jugo de naranja, 1 Cda. ralladura de naranja.

Mezcle la harina blanca con la harina integral, la avena, el azúcar rubia, el polvo de hornear y las pasas de uva.

Mezcle aparte el yogur, el aceite, la clara apenas batida, el jugo y la ralladura de naranja. Vuelque la parte líquida a lo sólido y mezcle sin batir. Coloque en moldes individuales de horno enmantecados y hornee a temperatura moderada durante 35 minutos aproximadamente.

Servir con jaleas, mermeladas, queso blanco, para untar, etc.

100 g. manteca, 1 T. azúcar, 4 yemas, 1 cta. vainilla, 2 T. harina, 2 ctas. polvo de hornear, 2 Cdas. fécula de maíz, 1/2 T. leche, 50 g. chocolate.

Bata manteca con azúcar y agregue las yemas, hasta estar cremoso. Agregue la vainilla. Luego agregue la mezcla de los ingredientes secos a la de yemas alternando con leche. Separe 1/3 de la mezcla y agregue el chocolate derretido al baño María. Coloque en molde enmantecado alternando las 2 mezclas y con tenedor haga movimiento circular para lograr el efecto. Horno temp. moderada 50 min. Entibie y desmolde. Sirva con dulce de leche tibio.

Aunque son expertos en empanadas, en la Taberna del Diablo el calzone calabresse también merece una oportunidad: viene con queso, tomate y albahaca, cubierto con muzzarella gratinada ($ 260). Dirección: Juan P. Laguna 3351.

Para los paladares más osados, la recomendación en Milajó es probar los involtini, dos paquetitos de berenjenas grilladas rellenas de bondiola, queso fresco, tomates confitados, rúcula y salsa ($ 290). Dirección: Libertad 2929.

En pleno revival de las hamburguesas, hay que saber elegir. La Light Burger de Burgers Pocitos trae queso, cebolla colorada, pepinos en vinagre, lechuga, tomate, morrón asado y salsa a elección ($ 240). Dirección: Benito Blanco 1011.

En Q’ Pasó Pana!! los platos son auténticamente venezolanos, como la arepa reina pepiada: pollo horneado desmechado con papas, zanahoria, arvejas, queso dambo y choclo en crema de palta ($ 180). Dirección: Soriano 899.

La Chiquitorta de Dominique es, para muchos, como un viaje en el tiempo. Porque además de una base de brownie tiene varias capas de las históricas galletitas Chiquilín con dulce de leche ($ 150). Dirección: 26 de Marzo 1267.

COCINA I POR LA PROFESORA CRISTINA SCHECK