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Comer sin poder parar

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Un bizcocho tiene harina, azúcar, grasa y sal, todos ingredientes adictivos.

Ricos en carbohidratos, azúcares, sal o grasas, los alimentos adictivos enganchan mucho y nutren poco. Snacks, bizcochos y chocolate están en el top de una lista a la que hay que poner freno.

Por qué probar un bizcocho es abrir una puerta para comer dos, tres o cuatro? ¿Por qué hay días en que uno siente que necesita una barra de chocolate? ¿Por qué después de terminar con un paquete de papas chips uno quiere seguir comiendo? Es que hay algunos alimentos que enganchan, a los que es difícil resistirse y que, en lugar de generar saciedad, dan ganas de comer más.

"Existen sustancias que atrapan y crean adicción, como el tabaco, el alcohol y las drogas. Con la comida pasa lo mismo, hay alimentos que enganchan y que por lo tanto deben evitarse", sostiene la licenciada en nutrición Liliana Grimberg, del Centro Terapéutico Dr. Máximo Ravenna.

Entre los más adictivos están las harinas, los hidratos de carbono refinados, el azúcar, la sal y ciertas grasas. Rápidamente vienen a la mente productos de copetín, pizza y manufacturas de panadería, pero también los aderezos, las golosinas, las gaseosas y el chocolate. "La gran mayoría de estos productos son muy calóricos por el agregado de azúcares o grasas y el exceso de sal, pero tienen poco valor nutricional", agrega la experta.

¿Por qué ocurre esto? Tiene que ver con que estos alimentos intervienen en la regulación de procesos químicos cerebrales, explica la licenciada en nutrición Paula Moliterno. "Actúan sobre neurotransmisores como la dopamina, que está asociada a la sensación de placer, y la serotonina, hormona relacionada con el buen humor".

Generalmente, dice Moliterno, quienes llevan adelante hábitos de alimentación "poco saludables" suelen incursionar en "conductas compulsivas" frente a este tipo de alimentos. "Las largas horas de ayuno, por ejemplo, determinan una alteración en los niveles de insulina, la hormona vinculada con el transporte de nutrientes a las células, específicamente glucosa al cerebro. Por ello, la sensación luego de varias horas sin ingerir alimentos será consumir alimentos cuyos nutrientes sean de rápida absorción, como son los azúcares".

Los alimentos más adictivos son los que los especialistas rotulan como "de alta palatabilidad", o sea que logran su sabor a través de nutrientes como grasas y azúcares y proveen de energía a expensas de azúcares y carbohidratos. En ese escenario, el chocolate encabeza la lista, ya que el cacao tiene sustancias con efectos calmantes que producen placer. Esto, aclara Moliterno, ocurre con la mayoría de los dulces, pero el chocolate es de los preferidos.

Que la alimentación y el estado de ánimo están íntimamente relacionados no es una novedad. Sucede que en el caso de los llamados "alimentos adictivos", el vínculo puede ser aún más estrecho. "La explicación es que los carbohidratos presentes en estos alimentos provocan un aumento de la insulina en la sangre, lo que permite la secreción del triptófano, un aminoácido que se transforma en serotonina, que calma la depresión y la ansiedad", sostiene Moliterno. Y agrega: "Los azúcares de digestión rápida producen este efecto casi inmediatamente, por lo que no resulta raro que apetezca comer dulce cuando se está triste".

Pero mientras que a corto plazo una comida placentera puede colaborar a que la persona se sienta mejor, los problemas suelen aparecer más adelante en el tiempo. Hoy, alrededor del 60% de la población mundial sufre de obesidad y sobrepeso. "Vivimos en un entorno que genera presiones, tentaciones y adicciones de todo tipo, promueve el consumo voraz y desmedido y favorece que nuestros cuerpos se muevan cada vez menos", plantea la nutricionista Gabriela Fedriani, también de Ravenna.

Para revertir esta conducta adictiva hacia la comida basta tomar conciencia del problema y cambiar de actitud, coinciden los expertos consultados. Según Fedriani, el vínculo con la comida puede modificarse en un período corto de tiempo. "A las 72 horas de cambiar nuestra ingesta de alimentos, se produce saciedad de forma natural. Por lo tanto, hay que superar ese ratito donde nos gana el instinto", asegura.

Por su parte, Moliterno utiliza dos palabras: moderación y excepcionalidad. "La clave es no prohibirlos, ya que no hay peor forma de desear algo que si está prohibido". Sin abusar de esta premisa, apela a la inteligencia para evitar sobrecargar al cuerpo de grasas y calorías en exceso.

¿Por qué son una tentación?

-Los alimentos adictivos son ricos en carbohidratos, grasas y azúcares.

-Estos alimentos (con el chocolate a la cabeza) contienen sustancias químicas capaces de producir distintas sensaciones de placer y bienestar, por eso somos más sensibles a las tentaciones cuando tenemos un mal día, mucho estrés o baja autoestima.

-Un bizcocho tiene harina, azúcar, grasa y sal, todos ingredientes adictivos. Por eso es muy difícil comer solo uno.

-Se recomienda consumirlos con moderación.

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Un bizcocho tiene harina, azúcar, grasa y sal, todos ingredientes adictivos.

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