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Mundo loco

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columna — cabeza de turco

Washington Abdala

1. Si alguien hubiera creído que un empresario, mediático, histriónico, calentón y voraz terminaría presidente de los Estados Unidos, eso hace cinco años, sencillo: mentía.

2. Si alguien hubiera imaginado que alrededor del famoso partido de los trabajadores de Brasil se armaría todo un “mecanismo” de corrupción con empresas que envilecían todo lo que tocaban, sencillo: mentía.

3. Si alguien hubiera imaginado que veríamos videos donde valijas y valijas de dólares robados en algún lado por empleados K, depositados en el recinto de la hermana “Alba” o encontrados en el domicilio de la hija de Cris (talento puro ella), y que todos serían producto de la repugnante corrupción K, sencillo: mentía.

4. Si alguien hubiera dicho que el presidente estadounidense lograría con el hombre cohete (presidente norcoreano comedor de hamburguesas y admirador de Hollywood) un arreglo de paz, sencillo: mentía.

5. Si alguien hubiera creído que alrededor de la revolución bolivariana que empezó con Hugo Chavez mutaría al Estado totalitario, donde un criminal como Nicolás Maduro (sapiens disfuncional) desplazó a más de dos millones de personas por el mundo, sencillo: mentía.

6. Si alguien hubiera dicho que un ex agente de la KGB sería la representación viva del capitalismo puro, duro, monopolista y prepotente (como sucesión del legado nefasto del marxismo-leninismo) encarnado en un presidente como Vladimir Putin que tiene más de James Bond que de estadista, sencillo: mentía.

7. Si alguien hubiera soñado que un señor de perfil agresivo, parlamentario look facho, con aroma militarista inquietante, con poca chance real de ser presidente, ante un ataque asesino que casi lo mata (y lo mitologizó) terminó presidente de Brasil, sencillo: mentía.

8. Si alguien hubiera imaginado que la “ética” nación alemana del presente, que nos da lecciones a todos en todas las horas (luego de la Segunda Guerra Mundial quedó con una patología kantiana por hacer “lo correcto” aunque no lo sienta) sería “amiga” del presidente turco (complejo personaje) porque que le “detiene” la avalancha de sirios a su país, sencillo: mentía.

9. Si alguien nos hubiera dicho -hablando de los sirios- que ese país desapareció en términos fácticos, que hay más de cuatro millones sin pasaporte alguno flotando por el mundo y que nadie sabe (o quiere) resolver el destino de esa gente, es simple: sería otra mentira más.

10. Y si alguien hubiera dicho que en Uruguay un vicepresidente de la república renunciaría a su cargo entre gallos y medias noches, corrido por una fiscalía, y con la mirada poco principista de su partido político (que aún hoy lo apaña) puesto que -esa colectividad- siempre se consideró portadora de una moral superior (Catoniana) a la de los demás, simple: sería otra mentira más del mapa urbano.

En fin, son solo hechos, evidencias empíricas, datos objetivos, como decimos los abogados. Sí, las opiniones son libres mientras los hechos son duros, tercos, miserables y reales. Solo están allí y los vemos todos.

Lo único que tengo claro es que nada es muy previsible; que vivimos un mundo cada vez más a la intemperie; que la política ya no tiene las utopías de ayer (por eso se requiere más valor hoy para practicarla, no embromen); que la inteligencia artificial dejará más gente en la calle que el más frío empresario capitalista que hayamos imaginado; que se requerirá coraje para hacer de este país algo mejor de lo que somos. Esa es la evidencia. Este es el desafío que tenemos por delante. O lo enfrentamos o seguimos haciendo la plancha. Me cansa tanta pérdida de oportunidad. El país debería ser tierra de valientes. Ya no lo es. Lo sabemos todos. Tomar nota de lo que pasa. O engañarse tranqui. Cada uno sabrá. No esperen a Fu Man Chú, pero no se equivoquen: la magia no existe.

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