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Las citas se viven en apps

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Cada vez son más los usuarios que están en apps de citas

DE PORTADA

Las plataformas para conectarse crecen cada vez más en Uruguay: Happn tiene 90.000 usuarios y solo en 2017 mil millones veces los uruguayos dijeron “me gusta” o “no me gusta” a una foto en Tinder.

Derecha, sí. Izquierda, no. Derecha porque me gusta. Izquierda porque no. Derecha porque tiene una linda foto. Izquierda porque tiene una con tres personas más. Derecha porque me gustaron sus ojos. Izquierda porque tiene una imagen sacada al espejo. Derecha porque su foto me genera cierto misterio. Izquierda porque no se le ve la cara. Deslizar a la derecha o a la izquierda. Es tan sencillo como eso. Con un solo movimiento del dedo se le puede indicar a la persona que se ve en la foto que nos gusta, que nos parece atractiva. Solo el año pasado, hubo más de mil millones de deslizamientos en Uruguay. Si esa persona también deslizó nuestra foto a la derecha, entonces: ¡it´s a match!. Estamos habilitados para iniciar una conversación. Y la conversación es el punto de partida, el momento cero, casi un punto de inflexión; a partir de entonces depende de las dos personas que gustaron de la foto del otro, depende de sus intenciones, de qué estén buscando, de por qué estén allí. Allí, es decir, en Tinder.

Porque, el verbo, en este caso, cambia la perspectiva: no es lo mismo "utilizar" que "estar". Y en Tinder se está. O al menos quienes la frecuentan: están allí, buscando, eligiendo, esperando a ser buscados (matcheados, en lenguaje Tinder) y encontrados. "Es como una gran plaza en donde la gente circula, se mira y se invita recíprocamente", dice a Domingo el psicólogo argentino Miguel Espeche.

Y así sucede en todas las aplicaciones y páginas para conocer personas, que cada vez son más, que cada vez crecen más y que cada vez más usuarios las prueban, las eligen, se van o quedan.

Las razones para utilizar o estar en estas apps son, por supuesto, muchas. Desde los que van directamente a buscar sexo, los que quieren tener a alguien para salir a tomar una cerveza un sábado a la noche, los que buscan a alguien porque "un clavo que saca a otro clavo", los que desean tener a alguien con quien hablar, hasta los que pretenden encontrar al amor de su vida.

Conocer a personas online es una práctica cada vez más habitual. Son millones los usuarios de estas aplicaciones alrededor de todo el mundo. Y Uruguay no es la excepción. Ahora, ¿cómo funcionan?, ¿sirven para todos los que las utilizan?, ¿cuál es su lógica?, ¿cuánto han crecido?, ¿por qué tienen tanto éxito?, ¿pueden generar relaciones estables?, ¿hay menos prejuicios sobre ellas?

Indudablemente quedan preguntas por el camino, pero intentaremos acercarnos a sus respuestas. O al menos, a entender el mundo de las citas y las relaciones que nacen online. Y vaya si será otro mundo. Ni mejor ni peor. Distinto, eso sí.

¿Por qué?

"Las apps funcionan como una gran plaza donde la gente circula", dice Espeche
"Las apps funcionan como una gran plaza donde la gente circula", dice Espeche

Ariel tiene 34 años. Después de una larga relación y de un divorcio decidió empezar a usar Tinder, aunque dice que al principio tenía algunas dudas. ¿Por qué? Básicamente porque a su edad, dice, es "bastante difícil encontrar gente nueva con la que salir", y considerando que la mayoría de sus amigos están en pareja. Desde ese momento pasó un año. Ahora la sigue usando, pero "muy poco". Cuando se bajó la app, Ariel no buscaba una relación seria. En este momento sí, dice, ahora busca "algo más formal": "Y siento que Tinder no me lo puede dar".

Para Roberto Balaguer, psicólogo e investigador de la cultura digital, en tanto, no hay una relación directa entre la durabilidad de las parejas y estas aplicaciones. Eso, dice, depende de las intenciones de cada persona. "Hay gente que de repente las prueba, está un tiempo, coincide con alguien, consigue una pareja, y se va. Hay otros que pueden ser usuarios pasajeros y otros que pueden estar porque buscan otra cosa. Conseguir una relación estable tiene más que ver con la disección que con el medio. Es como el boliche: capaz van y conocen a alguien una noche y no van más, pero también hay gente que va sistemáticamente y todas las noches conoce a alguien nuevo".

El caso de Mariana (25 años) es similar al de Ariel. Después de una relación de más de cuatro años, se separó. Llegó a Tinder por sus amigas, que le sugirieron que se la bajara para distraerse. Allí conoció a muchos hombres y salió con dos de ellos: con uno dos meses, con el otro seis. Para ella, es una buena manera para conocer gente. Lo único, dice, es que "muchas veces el estar en Tinder te encierra en un estoy para la joda y no siempre es así".

La app, una de las más populares del planeta, tiene 26 millones de matches al día en todo el mundo. Es decir, 26 millones de personas que se gustan mutuamente por día. Es imposible generalizar en estas condiciones. No todos están "para una noche" y no todos buscan una relación seria. Hay algo, eso sí, que los une. ¿A qué se debe el éxito de estas aplicaciones? Para la psicóloga Mariana Álvez, la respuesta es sencilla: "El ser humano es social por naturaleza. Le encanta conectarse". El problema, dice la especialista, es que "las personas se registran en estas aplicaciones por razones distintas".

Por otro lado de acuerdo a Espeche, también columnista del diario argentino La Nación, el ir "directamente al grano en la posibilidad del encuentro en estas aplicaciones" y descubrir o percibir ciertas afinidades y coincidencias entre ambas personas, "hace despertar la ilusión de un encuentro perdurable".

Para Balaguer la lógica de las apps es como la del boliche
Para Balaguer la lógica de las apps es como la del boliche

Pero tampoco es todo Tinder en el mundo virtual. Si se busca en App Store o Play Store, son muchas las aplicaciones que siguen la misma lógica. "Todas se escudan bajo el mismo concepto, conectar a la gente, conocer personas nuevas o encontrase con aquellas que pueden estar cerca de ti y no lo sabés", explica Álvez.

En la mayoría de estas apps o páginas para conocer gente, el vínculo tiene una premisa: se basa en las primeras impresiones; lo cierto es que es poca la información que revelan sobre la persona más allá de la imagen. Pero, seamos sinceros, es lo mismo que sucede en cualquier ámbito cuando vemos a alguien y nos resulta atractivo.

También es cierto que algunas se basan en algoritmos que conectan a la gente de acuerdo a intereses comunes. Por ejemplo, Match, que directamente une a los solteros y solteras que cumplan con los "estándares" de lo que se busca, es decir, filtra de acuerdo a lo que quiere cada persona. Y, además, distingue entre citas para heterosexuales, gays y lesbianas.

Entre las apps más utilizadas y populares del mundo está Happn, que solo en Uruguay tiene 90.000 usuarios. La premisa es sencilla: "Encuentra a quien te has cruzado". De esta forma, dice Álvez, este tipo de aplicaciones tienen, tal vez, un enfoque "más romántico": si vas por la calle y te gustó alguien que te cruzaste, lo podés volver a encontrar. De hecho, el video de presentación de Happn termina con una aclaración: "Todo empieza en la vida real". Y así, la app funciona como si fuese una herramienta más para no perder la oportunidad de conocer a un amor que fue a "primera vista", como si fuese una extensión de nosotros mismos, que seguimos a esa persona para hacerle saber que nos gusta y nos interesa.

¿Sirven?

El éxito de una relación depende de las intenciones de cada uno
El éxito de una relación depende de las intenciones de cada uno

Todo es relativo. Y esta no es la excepción. Que si estas apps sirven para encontrar pareja, que si es posible enamorarse a partir de una foto, que si fomentan lo efímero, que si son superficiales, que si nos hacen estar cada vez más aislados, que la autoestima y la conexión constante, que la soledad y la necesidad de encontrar a alguien.

Agustina, de 39, estuvo en Tinder por un año, durante 2015. La empezó a usar para ver cómo era y después para ver si podía conocer a alguien para salir. No estaba directamente buscando una relación, pero sí estaba abierta a que eso sucediera. "Considero que si uno accede a estas apps con una mentalidad abierta y entendiendo que no es la panacea ni la solución a la soledad, quiere conocer nuevas personas y no está encontrando los espacios para hacerlo, pueden funcionar", sostiene al respecto Álvez. Y agrega: "Siempre y cuando se tenga expectativas realistas".

De acuerdo a un estudio publicado en la revista Psychology Today, realizado por la psiquiatra norteamericana Jelena Kecmanovic y que el psicólogo Espeche recoge en una de sus columnas, la mitad de los "19 millones de mensajes enviados por 400.000 personas en estado de buscar cita desde las diferentes redes dedicadas al tema, nunca fueron respondidos. También da cuenta de que solamente 1,4% de las conversaciones terminaron en un intercambio de teléfonos". Para el psicólogo argentino, lo que se desprende de esa investigación "no es que no surjan relaciones" (en las apps de citas). Lo que no surgen, dice, "son relaciones perdurables, amores, matrimonios".

La no respuesta a los mensajes es algo que, en un año como usuario, le llamó mucho la atención a Ariel. "Yo le llamo la impunidad Tinder, es decir, la falta absoluta de compromiso en las conversaciones, responder un mensaje días o semanas después, o directamente no responderlo. Esto es habitual, yo también lo hacía. Creo que chatear está condicionado por el estado de ánimo, a veces tenés más ganas, a veces menos, y al no haber ningún compromiso con nadie, escribís cuando querés, y si no querés no escribís, que igual no pasa nada".

Por otra parte, dice Espeche, lo que sucede en estas apps es que muchas veces las personas van a ellas con "cierta dosis de ansiedad". Es que, como agrega la psicóloga Álvez, "hay una ilusión de elección interminable, donde se cree que lo mejor está por venir, o que estamos perdiendo el tiempo con lo que tenemos y que nos impide conocer lo perfecto. A veces se aspira a relaciones amorosas idealizadas que jamás se encuentran". Es decir, en general potencian la idea de que siempre habrá algo mejor del otro lado, que con un solo movimiento del dedo, aparecerá un "príncipe azul".

Ahora, más allá de eso, que sin dudas también sucede en las relaciones que surgen en el mundo real y no virtual, hay algo que es cierto y que es un punto innegable de estas aplicaciones: las posibilidades y las oportunidades para conocer gente, siempre son más. Muchas más. Incluso, ni bien Agustina empezó a usar Tinder, hablaba "con varios a la vez". Esa es la principal ventaja de usarlas y estar en ellas, dice Ariel: "Que estás a un saludo de distancia de una gran cantidad de mujeres a las que no podrías llegar por otro medio". En este sentido, es cierto que muchas personas no tienen el tiempo ni el espacio para salir a conocer gente y ampliar su círculo, por lo que, evidentemente, las chances de encontrar a alguien son bastante reducidas. De esta forma, dice el psicólogo Balaguer, "con estas aplicaciones podes conocer personas sin necesidad de salir de tu casa y de llegar a un rango más amplio de en diferentes lugares, es decir, hay una ventaja numérica importante". Incluso, cuenta el experto, son muy utilizadas por los viajeros para conocer personas en otras partes del mundo.

El encontrar y conocer gente online no es nuevo ni exclusivo de estas aplicaciones. Ya a mediados y fines de los 90s podían verse algunos servicios de mensajería instantánea (por ejemplo, MSN Messenger, creado por Microsoft en 1999) que rápidamente conectaron a personas de todo el mundo. Lo que sí es mérito de apps como Tinder, Happn o Match, es haber masificado la conexión y, a su vez, haberla acotado. Es decir, jactarse de la necesidad (cada vez mayor) de estar conectados constantemente, de tener a alguien del otro lado de la pantalla con quien hablar. "El celular, sobre todo, se ha vuelto una sirena seductora con promesas de emoción constante que atrae más que la persona que quiere conectarse de verdad", explica la psicóloga Álvez. Estas aplicaciones y sitios "explotan un mercado que cada vez crece más: el de la soledad", agrega.

Así que, sea para sentirnos menos solos un domingo de tarde, sea para tener alguien con quien hablar o para salir a tomar una cerveza, sea para conocer a una potencial pareja o para encontrar el amor, hay una cosa que parece haber quedado clara: el celular, en estos tiempos, es casi una extensión de nosotros mismos. Entonces, si se tienen las reglas claras y se sabe lo que vamos a buscar, las apps y los sitios de citas constituyen un universo (casi paralelo) para poder, efectivamente, conocer gente nueva. Lo que suceda después pasa a ser asunto de cada uno. ¡Ah! Y algo más: las intenciones hay que dejarlas claras desde el principio para evitar conflictos y malentendidos. Eso dicen los que saben.

Un lugar exclusivo para los famosos

Leonardo DiCaprio

Los famosos también tienen una app para encontrar pareja y conocerse entre ellos. Se llama Raya y es absolutamente exclusiva. Para poder estar en ella hay que conseguir la aprobación de un comité que se encarga de investigar en el perfil de cada usuario. Hay empresarios, deportistas, diseñadores de moda, cantantes y famosos de Hollywood. Nunca dieron nombres de quienes están allí, pero trascendió que uno de los protagonistas de Friends era un asiduo usuario, al igual que Leonardo DiCaprio.

Una página para el amor duradero

Ilovia-latam es una página de citas que empezó a funcionar en Europa en 2011 y que está disponible desde 2016 en Latinoamérica (Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Panamá, Paraguay, Perú, Puerto Rico, Uruguay y Venezuela).

La idea del sitio es dedicarse exclusivamente a las personas que buscan una relación seria: "No aceptamos usuarios que indican estar casados o en busca de relaciones casuales. Consideramos que ya existen páginas para encuentros casuales y queremos que Ilovia-latam se diferencie siendo exclusivamente un espacio para lograr pareja seria", dijeron desde la página. En Uruguay actualmente hay 2.000 usuarios registrados, de los cuales la mayoría son hombres (65%). A su vez, hay personas de todas las edades, pero predominan las que tienen entre 18 y 30 años (38%) y le siguen las que van entre los 30 y 40 (23%). Pero además, hay un 18% entre 40 y 50 años, un 15% entre 50 y 60 y un 6% que tienen más de 60.

Happn y sus 47 millones de usuarios en todo el mundo

Happn es una de las apps de citas más populares del mundo
Happn es una de las apps de citas más populares del mundo

Hay 47 millones de usuarios en el planeta entero que quieren saber quién es la persona que se cruzaron camino al trabajo, en la plaza, en el boliche, en el ómnibus, en el museo o en el supermercado.

En Uruguay específicamente, hay 90.000 personas que usan Happn y cerca de 61.000 están en Montevideo, según datos proporcionados por la empresa. A su vez, la mayoría de los uruguayos que usan la app tienen entre 25 y 34 años (son un 44 % del total); le siguen los usuarios que tienen entre 18 y 24 (32 %); los que van desde los 35 y los 44 años representan 16% y los que son mayores de 45 son el 8%.

El sistema de Happn es simple: "Cuando una persona te gusta le das al like. Darle like a una persona es secreto al menos que sea mutuo y los usuarios pueden hacerlo gratuitamente. Si querés llamar la atención de una persona le podés enviar un saludo. Eso notifica a la otra persona que te gusta, lo que puede posicionarte mejor frente a otras personas", explicaron desde Happn. La aplicación se descarga de manera gratuita y luego le permite a los usuarios tener acceso a funcionalidades premium al comprar una suscripción, como por ejemplo, enviar más saludos.

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