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Las caras rojas de rosácea

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EN CONSULTA

Cuando la cara queda demasiado roja al realizar alguna actividad física, por exposición al sol o simplemente por un episodio de vergüenza o estrés, hay que sospechar que se padece de un trastorno conocido como rosácea.

DR. PABLO PERA PIROTTO

Es más común entre las personas de piel y ojos claros, afectando sobre todo a las mujeres. El enrojecimiento se observa en la cara principalmente a nivel de las mejillas y el dorso de la nariz, pudiendo involucrar también la frente y el mentón. Evoluciona en empujes y remisiones y, en ocasiones, puede presentar pequeños pápulas similares a los conocidos granos del acné. A medida que pasa el tiempo, si no se realiza un tratamiento adecuado, pueden surgir pequeñas dilataciones vasculares llamadas telangiectasias, que no retroceden.

Algunos pacientes también refieren una sensación de arena a nivel de los ojos, por lo que la consulta con el oftalmólogo es conveniente en personas que padecen rosácea. En un porcentaje menor de casos, principalmente en hombres, puede desarrollarse lo que se conoce como rinofima, en donde se agranda exageradamente la nariz. Si bien es bastante menos frecuente, también se puede ver en otros sectores del rostro, como el mentón y las orejas.

Es muy importante evitar los factores que desencadenan o agravan la patología; por ejemplo, comer alimentos picantes o bebidas calientes, así como tomar alcohol. De todas maneras, hay que aclarar que esta afección nada tiene que ver con el acoholismo, algo que muchas veces suele atribuirse a quienes tienen este trastorno, por el aspecto de su rostro.

Los cambios bruscos de temperatura tampoco favorecen a la buena evolución de la enfermedad, lo mismo que sucede con las emociones tales como la vergüenza, la rabia o el miedo. Uno de los factores más conocidos de empeoramiento es la exposición solar. En cuanto al uso de cremas, en general son pieles que toleran muy pocos productos, ya que se irritan con facilidad.

Lo que siempre hay que evitar son las cremas con corticoides, ya que estas pueden agravar notoriamente, y tan es así que existe un cuadro dermatológico llamado rosácea corticoagravada, en donde es extremadamente difícil lograr una mejoría.

En cuanto al tratamiento específico, hay que tener en cuenta que no se puede curar y erradicarla por completo, sino que el objetivo debe ser el control de la patología. Para ello, el médico dermatólogo puede indicar cremas o geles específicos en base por ejemplo a metronidazol o ácido azelaico, así como productos tópicos antiinflamatorios. Siempre la protección solar es fundamental y en los casos de empujes más importantes, se pueden agregar antibióticos vía oral como la azitromicina, limeciclina o minociclina por un corto período de tiempo.

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