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Las calles de Londres y sus violentas pandillas

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Gareth Evans se ha probado como un realizador de primera línea.
SITGES, SPAIN - OCTOBER 05: Gareth Evans attends the Press Conference of Netflixs 'Apostle' at Auditorio Melia during Sitges Film Festival 2018 on October 5, 2018 in Sitges, Spain. (Photo by Robert Marquardt/Getty Images For Netflix)
Robert Marquardt/Getty Images For Netflix

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El director de cine galés Gareth Evans se hizo conocido con películas de artes marciales, pero con la serie Gangs Of London se confirma como un realizador a tener en cuenta.

Aunque ya tiene muchos admiradores, la trayectoria como director del galés Gareth Evans aún se inscribe en esa categoría llamada “de culto”. Es posible, tal vez probable, que eso cambie si la nueva serie de televisión Gangs Of London cosecha el éxito masivo que se merece. El elenco es uno en el cual se mezclan rostros famosos -Colm Meany, de incontables películas, Michelle Fairley de Game Of Thrones y Joe Cole de Peaky Blinders- con el de intérpretes aún poco conocidos para audiencias globales, como Sope (se pronuncia “Yo-pei”) Dirisu, Paapa Essiedu y Narges Rashidi.

La serie es una creación de Evans y el director de fotografía Matt Flannery, que es aún más ignoto que Evans y que con la serie debuta como guionista. Aunque lleva el mismo nombre que un videojuego que nunca tuvo éxito comercial, la serie tiene poco que ver con ese pasatiempo. En vez, es una historia que se extiende sobre las calles de la capital del Reino Unido, dejando un tendal de muertos a medida que se ramifica tanto hacia el bajo mundo como hacia el de las altas finanzas, la política y la especulación inmobiliaria.

En una ciudad donde se hablan tantas lenguas como las que el Señor desparramó sobre la Tierra luego de que el ser humano intentara alcanzar el cielo con la Torre de Babel, dos familias -los Wallace y los Dumani- forman el núcleo narrativo de la serie. Unidas por la ambición y por la amistad entre los dos patriarcas, ansían poner bajo su dominio a todo lo que puedan de la ciudad, sin escrúpulos y con toda la violencia que les parezca necesaria.

“La productora Pulse Films me contactó para adaptar el videojuego y lo que me plantearon era tratar de construir una franquicia cinematográfica, o sea hacer varias películas con los mismos personajes. Pero cuando empecé a meterme en la historia, me vino a la mente que lo que más me gustó de Londres las muy pocas veces que estuve ahí, era su diversidad cultural. Es una ciudad global, en donde uno camina unas pocas cuadras y en ese trayecto escucha decenas de idiomas diferentes. Me pareció que en una franquicia cinematográfica no iba a poder explorar ese aspecto de Londres, todo lo que la ciudad tiene para ofrecer. Así que les propuse que en vez de varias películas, hacer una serie de televisión”.

Sin el prestigio de otros showrunners como Noah Hawley (Fargo), Vince Gilligan (Breaking Bad) o la dupla Benioff-Weiss (Game Of Thrones), Evans de todas maneras ya había demostrado su talento para relatar historias en las que la violencia y el suspenso eran componentes esenciales.

Nacido en la pequeña ciudad de Hirwaun (5.000 habitantes) en Gales, Evans llegó al cine no a través de la capital inglesa o Hollywood, sino desde Indonesia.

Fue en ese país en donde debutó como director de cine y con películas de un género tan poco prestigioso como querido por millones de cinéfilos: las de artes marciales.

Evans fue a parar al sudeste asiático por una sugerencia de su esposa, Rangga Maya Barack. Había sido contratado para dirigir un documental sobre pencak silat, el arte marcial indonesio, y su esposa le propuso que en vez de hacerlo en el Reino Unido, lo hiciera in situ.

Viviendo en Indonesia y trabajando en el documental conoció a Iko Uwais (foto recortada), un muchacho que era una fiera en pencak silat, y lo contrató como asesor para el rodaje. Uwais era tan ducho como luchador, y tan carismático, que Evans lo puso en el papel protagónico de su primer largometraje de ficción: Merantau (2009), obviamente una película de artes marciales. No pasó mucho comercialmente con ese primer paso. Pero Evans tenía otra idea y volvió a recurrir a Uwais. Con un presupuesto de apenas algo más de un millón de dólares, Evans ideó una historia en la que Uwais interpreta a un policía que, como parte de un equipo de choque, debe apoderarse de un edificio dominado por un narcotraficante. Prácticamente toda la película, titulada The Raid, transcurre en ese edificio derruido y tugurizado. Ahí, Uwais demuestra todas sus dotes como luchador de artes marciales y Evans toda su pericia para filmar y editar secuencias de acción que no tienen nada que envidiarle a las vistas en The Matrix o John Wick.

La película recaudó mucho más que lo que costó y Evans pudo hacer la secuela -The Raid 2- con otra holgura, llevando el talento de Uwais hasta Hollywood (Star Wars: El despertar de la fuerza y Milla 22, entre otras).

“Mi padre era cinéfilo. Con él vi mucho cine y le encantaba Jackie Chan”, dijo Evans sobre el origen de su pasión por las películas de artes marciales. Pero en vez de hacer una tercera parte de The Raid, Evans se mudó de nuevo a Gales y encaró un proyecto mucho más cercano a su cultura: una película de terror para Netflix, Apóstol, que en parte se nutre de leyendas y relatos folclóricos británicos, y ambientada en su tierra natal.

“Siempre le voy a estar agradecido a Indonesia. Fue una época maravillosa para mi esposa y para mí, pero una parte de mí siempre quería regresar a Gales y hacer una película ahí”, dice en una entrevista para el Ministerio de Turismo de Gales, que en su web señala que Apóstol fue rodada en parte en Margam Park, una atracción turística galesa.

Evans ha dicho que The Raid puede tener una tercera y última parte, pero prefirió encarar Gangs Of London, que ya terminó su primera temporada. Por ahora, solo está disponible a través de la plataforma británica Now TV y, claro, en versiones piratas que circulan por la web.

El elenco que vale la pena conocer en Gangs of London.
El elenco que vale la pena conocer en Gangs of London.

Aunque hay mucha expectativa para una segunda temporada, el galés de estatura imponente (mide dos metros) anunció que su próximo proyecto es una película. “Ojalá que toda esta locura de la pandemia termine pronto y la industria cinematográfica vuelva a funcionar como antes así me puedo meter en esa historia, a la que me he dedicado en los últimos cinco meses”, dijo en mayo.

Según Evans, será un thriller de acción ambientado en la época navideña y con algo de humor, tal como Duro de matar. Pero más que ese clásico, el galés dijo que una referencia más precisa es Shane Black, guionista y director de películas como Iron Man 3 o la notable Dos tipos peligrosos, con Russell Crowe y Ryan Gosling.

Sea cual sea su próximo paso, probablemente siga cimentando una obra cinematográfica vistosa, atractiva y con pinceladas de acción filmadas con talento y pasión.

Caras a descubrir en la serie inglesa

Joe Cole y Michelle Fairley (en la foto) son conocidos para los binge watchers de series de televisión. Pero Gangs Of London ofrece la oportunidad de apreciar el trabajo de actores y actrices que no son aún tan famosos por estos lares. Sope Dirisu, por ejemplo, interpreta en la serie a Elliot, un matón algo enigmático, capaz de derrotar a ocho tipos armado únicamente con un dardo. Paapa Essiedu, en tanto, interpreta a Alex Dumani, mago de las finanzas y, supuestamente, el heredero -junto al personaje interpretado por Joe Cole- del imperio construido por Finn Wallace (Colm Meany) y Ed Dumani (Lucian Msamati). Los personajes femeninos, por su lado, también tienen mucho peso en la historia. La iraní Narges Rashidi, por ejemplo, encarna a una kurda que no escatima esfuerzos -ni tiene pruritos en eliminar a quien se le interponga- en su lucha por ayudar a sus compatriotas a resistir a las fuerzas militares turcas. Orli Shuka, en tanto, compone un gangster de origen albanés que quiere hacerse un lugar entre los mafiosos más importantes de Londres y que, tal como Tony Soprano, es un hombre “de familia” capaz de explosiones de violencia. Además, hay mercenarios daneses, políticos de origen paquistaní, gitanos y policías de ascendencia asiática.

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