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Blanchet, la actriz misteriosa

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Hoy está en cartel como la madrastra de Cenicienta.

La australiana ganadora de dos Oscar, que acaba de presentar una película sobre una mujer que se enamora de otra, tuvo que salir a aclarar dichos propios sobre su sexualidad.

En su última película, titulada Carol, Cate Blanchett es justamente la protagonista del mismo nombre: una empleada de tienda que en el Nueva York de los años 50 se enamora de una mujer casada, interpretada por Rooney Mara. El film, que aún no se estrenó para el público, fue presentado en el Festival de Cannes el mes pasado, generando gran expectación. Fue allí que la actriz tuvo que salir a aclarar versiones sobre su sexualidad, basadas en declaraciones previas. Pasó que días antes, una periodista de la revista Variety australiana le preguntó, aludiendo a su personaje, si era su primera vez como lesbiana. "¿En una película... o en la vida real?", contestó Blanchett, dejando la mesa servida para la repregunta.

—¿Alguna vez tuvo relaciones con mujeres?

—Sí, muchas veces.

Ese diálogo mutó en titulares que dieron la vuelta al mundo vía Internet. "Cate Blanchett admite que tuvo relaciones lésbicas", fue la traducción de los medios que se viralizó en pocas horas. Por eso, en Cannes, la actriz de 46 años, casada con el guionista y director Andrew Upton desde hace 18, no pudo evadir las preguntas de los periodistas que cubrían el evento. Y sin intenciones de hacerlo, la intérprete ganadora de dos premios Oscar contestó sobre el tema de forma directa: "¿Si he tenido relaciones sexuales con mujeres? La respuesta es no".

Blanchett no desmintió la conversación transcripta por Variety. Pero aseguró que faltaba una segunda parte de su respuesta, en la que aclaraba que esas relaciones que mantuvo con mujeres no tenían un carácter sexual. "Probablemente porque no les interesaría publicarlo", dijo en Cannes, despertando una carcajada en los asistentes a la rueda de prensa.

"En 2015, la respuesta a ese tipo de preguntas no debería importar. Debería ser más importante que en unos 70 países alrededor del mundo la homosexualidad sigue siendo ilegal", observó lamentando al mismo tiempo que aunque haya habido algunos progresos al respecto se esté viviendo en "tiempos muy conservadores". "Mi vida privada no le interesa a nadie. O quizá sí, no lo sé. Pero a mí no me interesa contar mis pensamientos y mis opiniones", concluyó la actriz que, con Carol, vuelve a sonar con fuerza para la carrera de los Oscar.

Sin embargo, es la segunda vez en lo que va de 2015 que la intérprete nacida en Melbourne, Australia, es noticia por hechos de su órbita privada. En marzo, cuando se estrenó la Cenicienta dirigida por Kenneth Branagh —todavía en cartel en Uruguay— que tiene a Blanchett en el papel de la madrastra, se supo que la actriz había adoptado a una niña. Junto a su marido, el dramaturgo Upton (49), tienen tres hijos varones: Dashiell, de 13 años; Roman, de 10; e Ignatius, de 6. Pero ella nunca ocultó su deseo de tener a otra mujercita en la casa, y finalmente lo cumplió. Su agente confirmó la noticia a los medios con un breve comunicado en el que, por todo detalle, contaba que la pequeña se llama Edith Vivian Patricia Upton, y poco más. Ni siquiera se sabe con exactitud su edad.

Lo que también se rumorea es que este año toda la familia dejará Australia y se mudará a Estados Unidos, país en el que —a pesar de sus lazos laborales y familiares, pues su padre era de allí— Blanchett siempre ha evitado residir. Pero tiene sentido, ya que Uptown se retiró de la dirección artística del Sydney Theatre Company y Cate no para de ser convocada para proyectos de Hollywood.

Su salto a la fama se dio en 1998, seis años después de su debut. Su soberbia representación de la Reina en Elizabeth, que la mostraba dulce al principio e intimidante al final, puso a la crítica internacional a sus pies. Dos años antes había conocido a su marido, aunque no fue amor a primera vista. "Él pensaba que yo era distante y yo que él era arrogante. Esto muestra lo equivocada que una puede llegar a estar. Una vez que me besó, todo cambió", contó. Se casaron el 29 de diciembre de 1997 en el Parque nacional Montañas Azules de Nueva Gales del Sur (Australia), justo antes de que Cate empezara a rodar Elizabeth.

Luego vendría una seguidilla de buenas elecciones, con su punto cúlmine en 2006, cuando las tres películas en las que ella participaba fueron nominadas al Oscar: Babel, Intriga en Berlín y Notas de un escándalo. Su porte elegante de modos sofisticados y su mirada que mezcla frialdad con dulzura la convierten en una actriz misteriosa y difícil de igualar.

Sobre su también elogiada belleza prefiere ni hablar. Aunque suele vestirse con ropa de diseñador —Balenciaga, Dior, Armani, Galliano o Gaultier la han elegido— asegura que nunca sabe lo que lleva puesto. "En mi casa no hay espejos, menos en la ducha, donde te puedes mirar desde todos los ángulos. Y está muy bien porque así las duchas son de lo más cortas, algo muy bueno y no hablo solo para el medio ambiente", confesó la actriz a El País de Madrid, muy concientizada con la preservación medioambiental.

Pero sí le gusta rodearse de belleza. Es aficionada de la pintura y dice que le gustaría tener un cuadro de Lucian Freud o Gerhard Richter. "Pintores extraordinarios y que me han sido de una gran influencia pero que se me escapan del presupuesto", declaró alguien que según la revista Forbes goza de una fortuna de 42,6 millones de euros. "Siento que el arte no nos pertenece. Solo somos los custodios de un trabajo que trasciende fronteras".

Cuando fue la Hepburn.

En 2004, bajo la dirección de Martin Scorsese, ganó su primer Oscar. Y fue con un gran desafío: encarnó a Katherine Hepburn en la biopic sobre el empresario Howard Hughes, El aviador. Era su segunda nominación, ya que en 1998 había sido distinguida por Elizabeth. En esa ocasión perdió frente a Meryl Streep.

El film de la consagración.

La más reciente Blue Jasmine, de 2013, la terminó de consagrar como una de las mejores actrices de su generación. Con este film dirigido por Woody Allen Cate ganó su segundo Oscar, un Globo de Oro y el BAFTA a la mejor actriz. Entre drama y comedia, se la puede ver en la piel de una mujer adinerada que queda en bancarrota.

Madre por cuatro y orgullosa.

"Los chicos pueden ser unos diablos", dijo Cate Blanchett a El País de Madrid en una entrevista en la que no tuvo problemas en explayarse sobre su rol de madre. "Pero son muy divertidos. Me hacen reír constantemente. Ahora estamos en ese punto en el que todo lo que hago y digo les avergüenza. El otro día íbamos conduciendo y nos pusimos a cantar por medio de la autopista hasta que me dijeron que me callara porque alguien me podía oír", contó. La actriz aseguró además que en su hogar domina la imaginación. "Yendo a otras casas me he dado cuenta de que mis hijos no tienen muchos juguetes pero luego me sorprenden porque cuando le ofrecí al mayor un Kindle por Navidad para que no cargara con tanto libro me dijo que le gustaba el olor del papel. Hemos debido de hacer algo bien", concluyó.

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Hoy está en cartel como la madrastra de Cenicienta.

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