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El Bicho

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Yo a Bonomi me lo imagino de chiquito como el gordito Tobi, el amigo de la pequeña Lulú que siempre tenía mal carácter y que lo mandaban a aprender el violín y no aprendía nada. Solo lo bancaba ella pero no era el más querido de la barra (me encantaba la ropita de Tobi).

En serio, ya de niño se podía saber que Bonomi iba a tener mal talante, tengo fuentes confiables que me confirman su mal humor primigenio. Siempre lo sospeché pero no hay como un buen servicio de amigos chusmas. Al final del día uno sabe que la pobre diputada —que tiene como esposa— tiene que aguantarle ese carácter jodido y toda su impronta circunspecta de Obelix de la era moderna. ¿Cómo no comprender que para soportar tanta frustración esa dama se hizo hincha de la barra de Peñarol y allí sublimó todo? Yo la comprendo Susana, es más, le perdono y la aliento a que no ceje en su militancia carbonera. Sea feliz mujer, usted tiene ganado el cielo.

Mi primo dice que mi observación es equivocada, que en realidad Bonomi es una mezcla de Homero Simpson con Tristón (el del dibujito de Leoncio y Tristón). No veo de donde elabora ese punto de vista. Comprendo sí que Bonomi se ponga a mirar la televisión con una cerveza a las once de la noche, con el pantalón desabrochado, y con todo al aire (porque ese abdomen prominente en algún lado clama por libertad) pero no lo veo "depre", más bien lo veo quejoso. Cierto, Bonomi "da" amante de cerveza. En eso tiene razón mi primo.

Debe ser bravo para el Bicho, además, aguantar al Pepe —en todos sus desvaríos— y a Lucía como apuntadora no es para cualquiera (el otro día en una nota para la televisión alemana del Pepe socrático hiper-star, se oía a Lucía quejarse atrás por cualquier cosa y Pepe no se desconcentraba en medio del caos. Un día van a hacer propaganda para alguna marca onda John y Yoko. Son capaces de todo estos veteranos).

El Bicho, además, no sabe que los oficiales —los cargos jerárquicos— del ministerio lo tienen junado. Es que el Ministerio del Interior es la tumba de los crá. Los que te dije —de arriba— lo seducen al ministro, le chupan las medias y lo hacen sentir Napoleón cuando se coronaba a sí mismo. Y lo tienen copado. Y no hay ministro que no entre por el aro en esa jugada.

Y Bonomi, además, se enamoró de este asunto de ser policía. Ya tiene cabeza, mente y panza de policía. Tanto él como Eleuterio (se lo extraña che) se fusionaron en los ministerios y llegaron a un punto en que sintieron que "son" la institución. No hay que olvidar nunca la cabeza con la que esta barra llegó al poder: pensaban como militares, creían en lógicas de guerra y terminaron afiliados a la absurda teoría de los dos demonios (hubo unos cuantos más, lo sabemos, lo sabemos). Y el resultado es que quedaron enamorados del sillón. Si me apurás, Bonomi quiere más al cargo de ministro que a Susana (perdone señora, alguien se lo tiene que decir, usted perdone mi crudeza grosera).

Bonomi es de los que si te invita a comer en un almuerzo de trabajo no se puede concentrar en la charla porque está con la cabeza metida en la milanesa a caballo. Eso es lo único que lo pierde al tipo. Posta. Y como repite el plato dos o tres veces, estás jodido, tenés que esperar cuarenta y cinco minutos hablando boludeces para empezar a plantearle el problema. Antes anda metido en su plato y no lo desconcentres. No lo jodas, no lo interrumpas, es al pedo.

Bonomi no es de ir a la playa porque le molesta el sol y le viene mucha hambre allí. Y es de ese tipo de personas que cuando le ataca ese asunto no ve, no mira, no oye y es capaz de agarrar al vendedor de helados y manducarse cuatro sanguchitos del triple para saciar la ansiedad. Le viene una especie de locura y no mira, ni piensa. Yo creo que algunas declaraciones contra Peñarol las hizo con la panza vacía. Pobre Peñarol, arcángeles incomprendidos.

Para mí que Bonomi tiene que tomar tilo para achicar la ansiedad o hacer yoga. No entiendo como no advierte este tipo de cosas tan inspiracionales. Igual creo que ahora si es el año de su despedida. No creo que lo extrañemos demasiado. Bye Bye Bicho.

CABEZA DE TURCO

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