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Barbados: carnaval, playas, ron y Rihanna

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Crop Over Barbados

VIAJES

Viajar a Barbados es entregarse a una celebración de la música, el baile y la alegría. Pero también puede ser un destino para disfrutar de la claridad de sus aguas y la comodidad de sus alojamientos.

Son días de euforia. Días agitados y festivos. Mañanas de fiesta, tardes de siesta y noches de fiesta, otra vez. Son pocas horas de sueño, muchas de música y otras tantas de baile, de menear las caderas y de beber. De relax en la playa, también, para poner los cuerpos en remojo en las aguas cristalinas del Caribe, que baña las costas de Barbados, la más oriental de las islas antillanas.

Son los días del Crop Over, el festival que de junio a agosto celebra el fin de la cosecha de caña de azúcar. El festejo tiene su preámbulo en infinitas fiestas a lo largo de tres meses que se intensifican en la semana previa al día culmine: el Kadooment Day, el primer lunes de agosto. Es una extensa e intensa jornada en la que desfila una veintena de agrupaciones al compás del soca, un ritmo caribeño derivado del calipso, pero más acelerado. La banda de sonido, todo el tiempo, a toda hora, en todos lados, se baila al estilo del Wuk Up, danza insignia de los locales, un meneo de alto voltaje erótico, una pantomima sexual que pone de manifiesto el goce caribeño por el baile, el ritmo y la fiesta. Las mujeres se agachan delante de los hombres, se contornean, mueven la pelvis adelante y atrás, y el compañero de turno las toma de las caderas, de los hombros, de la espalda, simulando el acto sexual.

Cristian Brown, productor musical y sonidista de largas rastas ensayará esta explicación durante el Kadooment Day: “Cada caribeño tiene una manera diferente de bailar soca; el Wuk Up es la nuestra, la interpretación cultural de nuestro estilo de vida”.

El dulce pero también amargo origen del carnaval

La caña de azúcar es parte inherente de la cultura local y está asociada a los tiempos de la esclavitud. Barbados llegó a ser, como colonia, uno de los principales productores y exportadores mundiales hasta que, a fines del siglo XX, la caña entró en decadencia y fue superada por el turismo, que es hoy la principal industria.

playa de Barbados
Aguas para descansar y disfrutar. Foto: visitbarbados.com

Ahora, como en tiempos del auge de la caña y del trabajo esclavo, el Crop Over es la hora del descanso, del goce, de la pausa necesaria luego de arduas horas de labor en el campo. Es la época que paraliza y al mismo tiempo moviliza a la isla, donde llega buena cantidad de turistas y emigrados. Como Rihanna, hija dilecta, embajadora cultural de la isla y del Crop Over, que este año volvió a casa para celebrar. Se la vio en fiestas y en el desfile callejero, para el delirio de sus fans y coterráneos, a bordo del camión de la banda Aura, con un espaldar de plumas rosado.

Rihanna
Rihanna, embajadora del Crop Over. Foto: AFP. 

Corey Garrett es el responsable de Marketing de Barbados Tourism Marketing INC. (BTMI) y un entusiasta de la fiesta a ultranza. Además de trabajar mucho en estos días, se ve como disfruta de la celebración, sobre todo en el desfile, cuando participa activamente en la banda Baje Internacional, donde desfilan muchos turistas también, quienes pueden llegar a pagar unos 400 dólares por alguno de los trajes de brillos lentejuela y espaldares alusivos. “El Crop Over es parte de nuestra historia desde el siglo XVIII, cuando éramos una potencia mundial azucarera”.

“Put your hands in the air!” (en castellano: “¡Alcen sus manos!”) es el grito que anima las masas en todas las fiestas. A las seis de la mañana ya es bien de día y el sol caribeño insinúa su poder de fuego. En un predio en medio de un campo alejado del centro de Bridgetown, la capital de esta isla de 350.000 habitantes y 430 kilómetros cuadrados, cientos de personas bailan y beben liderados y animados por un DJ acompañado de un MC (maestro de ceremonias) de turno, que agita desde el escenario.

La fiesta se llama Mimosa, como el trago que todos desayunan, esa mezcla soft de champagne y jugo de frutas. También se beben, por supuesto, otras cosas, como el ponche de ron, trago insignia de la isla -dato curioso y poco difundido: acá nació el ron, hace más de 300 años-, champagne, cerveza, y unos pocos se atreven al ron puro y al cognac.

trago Mimosa
Mimosa, un trago muy popular. Foto: visitbarbados.com

La fiesta es una explosión de colores, un desfile de modas hiperproducido, despampanante. Los caribeños y caribeñas usan colores estridentes; camisas floreadas para los hombres, vestidos, minis y calzas entalladas las mujeres, accesorios enormes para todos y todas, peinados extravagantes. Y todo les queda pintado.

La misma escena de esta mañana se repite en la mayoría de las fiestas privadas, generalmente en los paradores de playa o algún campo lejano, como Paradise Lost, organizada por el hermano de Rihanna; o Bliss, la más grande y chic de todas. El costo de las entradas generalmente supera los 100 dólares, e incluyen la bebida libre y también comida, que merece un párrafo aparte: la cocina criolla es superlativa, con los curries, pescados y frutos de mar a la cabeza.

La fiesta más alocada antes del Kadooment Day es la del sábado desde la medianoche por las calles de Bridgetown. Dos bandas diferentes, Jambalassie por un lado y Native por el otro, organizan, bajo el mismo concepto, este baile callejero que se prolonga hasta el amanecer.

Un estacionamiento en el centro de la ciudad es el punto de partida para Jambalassie, donde los participantes del evento hacen fila para pintarse la cara y embadurnarse en pintura fluorescente el resto del cuerpo. Un carro con bebidas libres está estacionado al lado. Una vez que todo el mundo está pintado, se da rienda suelta a una noche en el que los participantes marchan, cantan, bailan y saltan detrás del camión con el sound system donde sonarán los hits locales de esta temprada carnavalera. Y así, cada quien aferrado al vaso propio que entregan en la entrada, bailará y jugará con pintura hasta el alba, para terminar en la playa, con un baño de mar.

“Jambalassie es un viejo término que significa vengan juntos”, explica Cristian Paul, de Epic Experiences, productora del evento, cuando bajó la espuma y muchos de los festejantes ya chapotean en el mar. "Lo que hicieron ustedes hoy en la calle todos juntos, jugando con pintura, buena música, buenas vibras, buena energía. El Crop Over es una parte inmensa de la cultura, la economía y la historia local".

Es lunes, son cerca de las 10 de la mañana y ya hace un calor de locos. Hay mucha gente, familias, parejas, niños y niñas apostados en el cordón de la vereda, esperando por la fiesta final. Algunos se protegen del sol con paraguas de colores. Hay vendedores ambulantes, puestitos, casas que se han transformado súbitamente en bares y expendedores de bebidas y comidas.

Datos útiles

Cómo llegar. Copa vuela a Barbados vía Panamá. Las frecuencias Panamá-Barbados son miércoles y sábado. Pasajes desde 1.200 dólares.

Donde dormir. Abidah Hotel: nuevo hotel boutique, exclusivo para adultos. Alejado del centro de Bridgetown, frente a la playa Miami Beach. Excelente gastronomía local. También está Sugar Bay Barbados, un all inclusive sobre la playa en el área histórica del Fuerte Garrison. Pileta con bar, sauna, actividades recreativas para adultos y niños. ().

Dónde comer. Cocktail Kitchen, en St Lawrence Gap, es el epicentro de la movida nocturna y se destaca tanto por su coctelería como por su excelente gastronomía local. Damian Leach, el chef y dueño, fue reconocido como el mejor chef del Caribe. Se recomienda los platos con langosta y la pesca del día. O Water Front Café, en el corazón de Bridgetown, a la vera de un canal y frente al Parlamento, se destaca por su exquisita culinaria local. Curries, pescados y carnes, todo vale la pena. 

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