EDUCACIÓN
El deporte más popular del país no solo puede enseñar adentro de la cancha. Un nuevo proyecto educativo para promover la convivencia se vale de la fama de ídolos del fútbol para llegar a los alumnos escolares.
Que el fútbol es mucho más que un deporte es evidente hace tiempo. Además de ser un ejercicio físico que en sus niveles más altos produce a deportistas de altísimo rendimiento, también es un gran negocio, un hobby, una expresión cultural nacional o una pasión que puede consumir a quien se entrega a ella. Puede dar lugar tanto a películas como Metegol (2013, dirigida por Juan José Campanella) como a algunas de las mejores páginas de escritores como Eduardo Galeano (El fútbol a sol y sombra, 1995) u Osvaldo Soriano (Fútbol, 1998).
Pero además de todo eso, también puede ser una manera de enseñar y aprender. Hace cinco años, por ejemplo, la Universidad de Edimburgo creó el curso a distancia y online “Football: More Than A Game” (traducción: “Fútbol: más que un juego”), en el que se cubren tópicos como los aspectos financieros y empresariales del fútbol, su historia y el papel de la mujer en ese deporte, entre otros.
Otro ejemplo: la asociación empresarial británica Executives In Africa apoyó la creación de un programa de educación sexual que se valió de este deporte para ser aplicado en varios países africanos. También en el país africano de Malawi, la ONG británica Enable Education Network impulsó un proyecto educativo específicamente dirigido a niñas, con el objetivo de “empoderar, enseñar habilidades sociales y potenciar la autoestima” de más de 60 niñas que juegan al fútbol en dos comunidades de ese país.
Tres
Así las cosas, es casi natural que también en un país tan apasionado por el fútbol como Uruguay nacieran iniciativas que se valieran de la pelota para transmitir enseñanzas. Un paso fue dado hace tres años, cuando los exjugadores Andrés Fleurquin, Álvaro Recoba y Antonio Pacheco se juntaron para —a través de videos— enseñar fundamentos técnicos y, de paso, la importancia de tener en cuenta la disciplina y el espíritu de equipo a la hora de integrar un equipo de fútbol.
Esos contenidos, bautizados 12 semanas, se subieron a la plataforma del Plan Ceibal para que estuvieran disponibles para todos los escolares que forman parte del plan.
Ese proyecto inicial —impulsado por Diego Canessa— fue creciendo paulatinamente hasta sumar a un equipo multidisciplinario que este año abarcará mucho más que tutoriales audiovisuales enfocados sobre todo en habilidades deportivas, y en cualidades personales útiles para cultivar en un contexto competitivo.
Titulado Proyecto de convivencia, construcción de la ciudadanía y deporte, el emprendimiento es ambicioso y engloba a los ya mencionados tres jugadores de fútbol (a los que se sumarán otros dos), a la psicóloga Patricia Mariuca, la maestra Mariana Scapin, dos productoras audiovisuales, el escritor Roy Berocay y la editorial Santillana, entre otras partes que constituyen el proyecto. El esfuerzo de todas los integrantes involucrados ya está plasmado en seis libros destinados a la educación primaria, uno por cada año lectivo.
A esos libros se le sumarán contenidos audiovisuales a los que se accederá mediante un código QR, y cada uno de ellos tendrá un cuento de Berocay, especialmente creado para la ocasión. Como explicaron varios de los responsables del proyecto, los textos fueron elaborados basándose en el programa curricular de Educación Primaria, bajo la dirección editorial de Alejandra Campos, de Editorial Santillana.
Campos explicó a Domingo que Proyecto de convivencia... basa su enfoque pedagógico en el programa de Educación Primaria. “Todo lo que trabajan los docentes en la escuela está pautado por un programa, que se divide en varias áreas. Una de ellas es ‘Construcción de la ciudadanía’, que a su vez se divide en ‘Ética’ y ‘Derecho’, y va desde los tres a los 11 años”.
Andrés Fleurquin, referente durante años de Defensor Sporting, dijo que uno de los argumentos más fuertes para encolumnar un proyecto educativo tras la pelota de fútbol es la popularidad que gozan los ídolos de ese deporte entre niños y jóvenes. No es lo mismo escuchar un consejo de un referente positivo como un jugador de fútbol querido, que oírlo de un maestro.
Con todo, Fleurquin dice a Domingo que el énfasis no está en la popularidad de tal o cual jugador, sino en los contenidos que se transmiten a través de Proyecto convivencia, y que tienen que ver con, como dice él, con valores como “solidaridad, respeto, esfuerzo y humildad”. Todo eso para crear un contexto educativo que redunde en un clima de convivencia y que abarque tanto a varones como a niñas, y que también vaya más allá de la cancha de fútbol o el patio escolar para jugar un “picadito”.
Tanto para él como para otros participantes de la iniciativa, plantearse un aporte a la convivencia sin tener en cuenta el potencial integrador que puede tener el fútbol en la sociedad uruguaya es desperdiciar una gran oportunidad.
Pero ¿qué pasa con los aspectos menos altruistas y más individualistas que también están presentes en el deporte, como por ejemplo la a veces desmedida expectativa que puede tener alguien que empieza a jugar en convertirse en el próximo “Chino” Recoba?
Género
La maestra Mariana Scapin sabe de ese tipo de frustraciones. Ella quería ser jugadora de fútbol, pero cuando iba a la escuela, el deporte era un asunto mucho más excluyente para las niñas. Por eso, hace hincapié en uno de los varios aspectos en los que se enfoca Proyecto de convivencia...: conocer las emociones y aprender a manejarlas. “Acá hay, en el proceso de aprendizaje, medios para procesar la frustración de no llegar a ser un jugador de fútbol de elite: ‘Está bien, no llegué a ser el ‘Chino’ Recoba, pero en el camino que hice intentando llegar a serlo, gané amigos, gané valores, gané confianza en mí mismo, aprendí a respetar las reglas y gané habilidades’”, reflexiona la educadora. Scapin también resalta que en los libros hay una parte destinada a trabajar específicamente sobre equidad de género: “El tema se encara desde talleres y hay actividades específicamente dedicadas a tratar la equidad de género que no tienen tanto que ver con el fútbol, sino desde lo cotidiano”, comenta.
¿Este tipo de iniciativas ayudará a los alumnos a tener mejores rendimientos escolares? “No se trata de tener mejores notas en matemáticas. De lo que sí se trata es de comprender el valor del esfuerzo y del estudio”, concluye la maestra.
Posibles caminos hacia las escuelas
Según explicó Diego Canessa, el Proyecto Convivencia está pensado para a la educación pública y privada de distintas maneras. “Editorial Santillana se va a encargar de celebrar acuerdos con los colegios privados, para que los libros y los contenidos audiovisuales le lleguen a alumnos y maestros”.
En lo que refiere a la educación pública, será mediante donaciones. De acuerdo al gestor del proyecto, la idea es conseguir el apoyo de empresas que -mediante mecenazgos y patrocinios- se hagan cargo de los costos y la operativa de hacerle llegar los materiales a las escuelas públicas. Habrá una tercera manera de acceder a los contenidos del proyecto, (mediante la compra de El País próximamente), pero en ese caso se tratará de una versión diferente, menos enfocada en lo estrictamente escolar, por lo que cuenta Canessa.
Él confía en poder llegar a un nuevo acuerdo con las autoridades de la educación, dado que ya tuvo un fructífero diálogo con estas cuando estuvo al frente del proyecto 12 semanas. “Tanto con Primaria como con el Ministerio de Educación y Cultura tenemos marcos contractuales en donde les decimos: ‘Estamos produciendo esto, y una vez que lo terminemos, se lo vamos a mostrar para que lo evalúen y aprueben’. Esos marcos los establecimos en 2017, los convalidamos el año pasado y este año haremos lo mismo. Ya hay una experiencia compartida y un camino recorrido”.