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Anna Fedorova, la nueva estrella del piano en la música clásica

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Anna Fedorova

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En Youtube su interpretación del Concierto para piano N°2 de Rachmáninov supera las 30 millones de reproducciones. Con 31 años y un talento excepcional, es una de las estrellas de la música clásica.

Con ese nombre y un concierto en el que interpreta a Serguéi Rachmáninov que en YouTube supera los 30 millones de reproducciones, podría pensarse que la pianista Anna Fedorova es más rusa que el vodka. Pero es ucraniana. Ucrania es una nación culturalmente cercana a Rusia, aunque también una que ha tenido importantes conflictos con el país actualmente gobernado por Vladimir Putin. La conexión de Fedorova con Rusia, empero, va más allá de la cercanía geográfica y cultural.

Ella es una de varias pianistas jóvenes (tiene 31 años) que le están dando un sacudón de expresividad e intensidad al riguroso y formal ambiente de la música clásica occidental. Otras son Alice Sara Ott (32), Olga Scheps (35) y Khatia Buniatishvili (33).

Fedorova nació 1990 en la capital de Ucrania, Kiev, y desde el inicio tenía el camino de las teclas delante suyo. Tanto su madre como su padre son pianistas, y ella empezó a educarse en el instrumento a los cuatro años (su primer recital lo dio a los siete). “Desde que tengo memoria, la música estuvo presente en mi casa”, ha dicho sobre sus comienzos.

Además, recuerda a varios pianistas que sonaban en su hogar: Vladimir Horowitz, Arthur Rubinstein y Martha Argerich, todos de renombre mundial. Pero también destaca a un pianista ruso que no nos suena tan conocido: Lev Naumov, también llamado “el padrino de la escuela rusa del piano”. “Fue un músico maravilloso y daba clases en el Conservatorio Tchaikovski en Moscú. No pude conocerlo en vida pero mis padres sí y me contaban muchas historias sobre él”.

Tal vez porque empezó de tan pequeña, y porque las exigencias eran muy altas (“había días en los que practicaba nueve horas”), Fedorova se acostumbró rápido al escenario y lo disfrutaba. Su infancia, le contó al sitio 15 Questions, fue inusual en cuanto a que no asistió a la escuela de la misma manera que sus compañeros de generación. Asistía unas horas a la educación escolar general y luego a estudiar piano.

Ir a tocar ante un público, aunque fuera una niña, parecía ser una refrescante pausa a las horas y horas de ensayo y estudios teóricos.

Cuando ya empezó a encarar una trayectoria profesional, las horas de las que disponía cuando era una niña empezaron a ser añoradas. “Cuando iba a la escuela podía dedicarle hasta meses a una pieza. Podía pulirla y trabajar sobre ella para prepararme para una competencia, por ejemplo. Pero a los 16 años, cuando tuve mi primer manager, eso cambió radicalmente. Él me abrió las puertas a las salas de conciertos grandes y en otros países. El ritmo empezó a ser mucho más rápido. Actualmente, el mayor desafío que tengo es hallar tiempo para poder dedicarme a una pieza o un programa”.

Anna Fedorova
Anna Fedorova

En esos años adolescentes —cuando Fedorova además de actuar en salas grandes también realizó sus primeras grabaciones— fue que empezó a formarse como artista. Como ella dice en la entrevista con 15 Questions, hay una línea muy fina entre ser un estudiante y un artista con personalidad propia. Y para separar la paja del trigo es fundamental actuar en vivo. “Iba a master classes con otros músicos y me confundía que todos escucháramos algo diferente, que todos tuviéramos nuestra propia interpretación de lo que habíamos escuchado. Con el tiempo, aprendí a incorporar aquellas cosas que resultaban naturales para mí”.

Una de las cosas que incorporó fue la música del compositor y pianista Serguei Rachamaninov (1873-1943). “Soy ucraniana, pero mi abuela era rusa y me inculcó muchas cosas. Me hacía ver películas rusas, leer a los grandes novelistas rusos y, por supuesto, escuchar a los grandes compositores como Rachmaninov. Mi abuela estaba muy conectada al espíritu de la ‘Antigua Rusia’ tal como Rachamaninov, que ha sido un compositor muy importante para mi formación musical”, dice en una entrevista que puede verse en YouTube.

Esa conexión emocional posiblemente explique por qué interpretar obras del pianista ruso es uno de los rasgos distintivos de Fedorova como artista. En YouTube hay decenas de videos suyos tocando obras de muchos autores. Pero su performance del Concierto para piano N° 2 de Rachmaninov se destaca del resto en cuanto a repercusión, con más de 30 millones de reproducciones.

Otro concierto suyo que tiene muchas reproducciones (tres millones) es del mismo autor y también para piano. Ella lo describe así: “Es como un Everest para pianistas. Es complejo y muy exigente para el físico. Pero al mismo tiempo es increíblemente hermoso, emocional y poético. Y son en esas cosas que trato de enfocarme cuando toco en vivo, en sacar eso y mostrarlo. No en ser una solista virtuosa”.

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