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“Abuela Freud” festeja los 90 años

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Ruth Westheimer, la terapeuta que habló de sexo cuando todo era tabú.

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La terapeuta sexual Ruth Westheimer fue pionera en los medios y destapó varios tabúes cuando no se hablaba de sexo en público

Ruth Westheimer lo tiene claro: a Meghan Markle y el príncipe Enrique no les hacen falta sus consejos. “Seguro que tienen una buena vida sexual. Ella ha tenido sexo antes, ha encontrado a su príncipe azul y se lo ha quedado. No necesitan a la doctora Ruth”. Esa doctora Ruth es ella misma, el personaje que Westheimer ha construido a través de primero programas de radio y luego de televisión, videos, libros, redes sociales y un musical de Broadway, que la han convertido, a sus 90 años, en una de las mujeres más famosas de Estados Unidos. Y todo gracias al sexo.

Porque la Doctora Ruth (o la Abuelita Freud, como la llaman sus adeptos) es una de las grandes divulgadoras de la educación sexual en EE.UU. Su andadura comenzó con un programa de radio local en 1980, que apenas duraba 15 minutos y donde hablaba de temas de actualidad, entonces copada por la epidemia del Sida. En tres años se había convertido en el más popular de su zona, y en 1984 pasó a ser nacional y ella comenzó a tener espacio en la televisión. Al año, su emisión Sexually Speaking (“Sexualmente hablando”) duraba dos horas.

Pionera

“No solo fui la primera en hablar sobre asuntos de sexo, sino que hay que tener en cuenta cuándo lo hice”, explicaba con su galopante humor a The New York Times el pasado junio, en vísperas de cumplir 90 años. Además de sus 40 libros y un par de autobiografías que publicó hace 30 años, la obra puede verse en un documental disponible en la plataforma Hulu llamado Ask Dr. Ruth (“Pregúntale a la doctora Ruth”) y en el que más de 400 amigos y conocidos la alaban.

Además de su programa de televisión, Westheimer (apellido que toma de su tercer marido) acude a eventos, universidades o cruceros, donde los invitados pueden preguntarle sus dudas, siguiendo el sistema que lleva utilizando en su programa desde hace tres décadas.

“Normalmente cuando voy en un barco le pido al capitán que me lea las preguntas. La última vez era británico, muy alto, y tuvo que decir ‘orgasmo’ y ‘erección’. Jamás pensaron que verían a un capitán hablando de cosas como esas”, contaba socarrona, parapetada tras sus gruesas gafas y su menos de 140 centímetros.

Su poder, influencia y pedagogía fueron claves en una sociedad estadounidense desinformada, como lo era en las décadas de 1980 y 1990. Pero sus consejos siguen gustando en una época en la que la píldora es algo común y el Viagra es popular.

“Cuando empecé el programa de radio en 1981m pocos hablaban de sexo. No muchos hablaban de Sida y VIH. Yo dije que hay que usar condón y saber con quién te vas a la cama”, afirma, insistiendo en que ha salvado vidas diciendo que no hay que tener sexo esporádico.

“Sigo hablando de relaciones. Sigo diciendo que se tenga cuidado. La gente de hoy día no ve morir a nadie, pero les digo lo mismo. Creen que pueden tener amores de una noche”.

En julio de 2009, la revista Vanity Fair la nombró una de las 12 mujeres que cambiaron el modo en el que los estadounidenses ven el sexo, junto a Madonna, Marilyn Monroe, Monica Lewinsky, la escritora Alice Walker (autora de El color púrpura) o Margaret Sanger, fundadora en 1921 de la Liga Americana por el Control de Nacimientos.

vida complicada. Antes de ser la Doctora Ruth y de expandir la pedagogía con humor, su vida no fue sencilla. Westheimer es una refugiada alemana de origen judío. “Huérfana del Holocausto, pero no víctima”, como ella misma dice.

Nacida en Wiesenfeld, se asentó en Fránkfurt con sus padres, que en plena Segunda Guerra Mundial la mandaron a Suiza antes de caer víctimas de la Gestapo. “Mi madre me despidió y me dijo que nos volveríamos a ver pronto. Mi abuela me dijo que iba a ser muy feliz en Suiza porque tenían chocolates muy buenos”, recuerda. “Nadie se imaginó que seis meses se convertirían en seis años y que la casa para niños en Suiza se convertiría en un orfanato”, contó.

Tiempo después supo que habían sido asesinados, seguramente en Auschwitz. Luego emigró a Palestina y a París, donde se casó con su primer marido y estudió Psicología en La Sorbona de París.

Más tarde, ya en Estados Unidos, obtiene un máster en Sociología y un doctorado en Educación. Después aprendió de sexualidad con la doctora Helen Singe-Kaplan, una de las pioneras en ese ámbito, en Nueva York. Y de ahí a la fama.

Al poco tiempo, comenzó a trabajar en la Asociación de Planificación Familiar, lo cual resultó proverbial para su futura carrera. A la terapeuta le llamó la atención “lo muy poco que se sabía de las relaciones sexuales”.

“Muchas mujeres no sabían cómo alcanzar la satisfacción sexual. En el caso de los hombres, muchos de ellos no sabían lo que era la eyaculación precoz”.

“A mis 90 años, siempre hablo de sexo, de la mañana a la noche. La gente como yo debe estar alejada de la política”, ha contado, evitando así vinculaciones con partidos y personajes de cualquier ámbito. Y sigue comentando la actualidad desde sus entrevistas -“Qué maravilloso, qué fantástico que la reina Isabel II todavía esté viva para poder ver los cambios del imperio británico, cuando una mujer, divorciada y birracial puede casarse con un príncipe”- y desde su activa tribuna en Twitter, con 90.000 seguidores.

“Me dan mucha pena Jeff y MacKenzie Bezos”, escribía el 9 de enero sobre el divorcio del fundador de Amazon y su esposa. “Me trataron fenomenal cuando estuve con ellos. Quizá si se hubieran puesto en contacto conmigo les podría haber ayudado”. Rapidez e ingenio no le faltan.

Cumple 90 años y continúa siendo una divulgadora de primera línea.
Cumple 90 años y continúa siendo una divulgadora de primera línea.

El señor westheimer mete la pata

Ruth Westheimer supo que su tercer esposo era el hombre de su vida porque reunía varias características que para ella eran importantes: “Legalicé dos asuntos amorosos y estuve casada con Manfred Westheimer por casi 40 años”, cuenta. “Era educado, ingeniero, (refugiado) judío alemán, tenía sentido del humor, tocaba la guitarra y la armónica y era un excelente esquiador. ¿Qué más quieres?”. Además algo que la terapeuta destaca: no era muy alto. Y es que ella mide solo 1,40. “Llegué a pensar que ningún hombre estaría interesado, pero me equivoqué”. Su esposo murió en 1997.

La doctora Ruth no dejaba que Manfred escuchara sus presentaciones. Pero hubo una ocasión que no pudo evitarlo. Diane Sawyer, la presentadora del icónico programa de entrevistas estadounidense 60 minutos, fue a su apartamento a entrevistarla. “A Manfred le encantaba Diane Sawyer, por eso no le pude decir: ‘No puedes estar en casa’”, cuenta ahora. Para la entrevista, la terapeuta se sentó en el sofá y en un momento se le unió su esposo. Mientras rodaba la cámara, la periodista preguntó: “Señor Westheimer ¿cómo es su vida sexual?”. En ese mento, el marido de la famosa experta en cuestiones sexuales dijo: “Diane: los hijos del zapatero andan descalzos”.

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