Feminismo y performance

La manifestación de mujeres del 8 de marzo es cada vez más multitudinaria, creativa y buscadamente imprevisible. Yanina Vidal en Tiemblen: las brujas hemos vuelto, ensayo merecedor el Premio Nacional de Literatura 2019, estudia algunas de las prácticas artísticas que tienen lugar ese día. Como dice Lorena Verzero en el prólogo, Vidal “parte de algunas preguntas que irá tejiendo y destejiendo a lo largo de las páginas: ¿Por qué los grupos activistas feministas apelan a la performance para dar a conocer su punto de vista? ¿Qué ofrece la performance que otras metodologías activistas no brindan? ¿Cuál es la relación que se establece entre la teatralidad y la performance activista?”

Vidal realiza su investigación a partir del estudio de tres obras/intervenciones que se han desplegado los 8 de marzo: La caída de las campanas, de Hekatherina Delgado, estrenada en 2015 y reiterada en ocasión de cada femicidio ocurrido ese año; Diez de cada diez (diez de cada diez mujeres han sufrido violencia de género), dirigida por Valeria Píriz que se realiza, desde 2015, en varias conmemoraciones centradas en las mujeres; y las intervenciones del colectivo Decidoras desobedientes. Las acciones/actuaciones realizadas por estos grupos han sido conceptualizadas con el término “artivismo” (combinación de activista y artista): es un lenguaje que se vincula al arte urbano. “Es una práctica artística comprometida con alguna lucha política, pero que necesariamente se ubica en otra plataforma o espacio”, explica Vidal.

En el transcurso de su trabajo, Vidal irá delineando precisiones sobre las nociones de performance, teatralidad e intervención, sobre el balance entre preparación e improvisación exigido por el contacto con un público masivo, las maneras de sacudir al espectador flanêur y la relación entre ficción, interpelación y denuncia que los colectivos estudiados ponen en juego. Esta es una investigación realizada sobre un presente en proceso de transformación. No era esperable esta situación de pandemia global que ha retraído a la gente en sus casas y ha inhibido toda manifestación, artística o política, de presencia en los espacios públicos. El artivismo necesita de los cuerpos en la calle: tal vez se estén pensando otras vías virtuales de manifestación, tal vez este sea solo un tiempo intermedio hacia otra “normalidad” que retomará el camino trazado por las manifestaciones del 8 de marzo. De todas maneras, esta investigación es un comienzo.

TIEMBLEN, LAS BRUJAS HEMOS VUELTO, Activismo, teatralidad y performance en el 8M, de Yanina Vidal. Estuario, 2020. Montevideo, 176 págs.