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Los océanos ocultos de Plutón

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Alan Stern en Montevideo

con alan stern en las estrellas

Es el principal científico de la misión New Horizons cuya nave sobrevoló Plutón y siguió de largo. Estuvo en Uruguay.

NUEVE LARGOS AÑOS debió viajar la sonda espacial New Horizons para alcanzar Plutón. Sin embargo durante ese tiempo el científico planetario Alan Stern estuvo muy atareado como para preocuparse de la espera: “las misiones previas a la New Horizons, como las Voyager, tenían un equipo de cuatrocientas cincuenta personas, en cambio la nuestra sólo tenía cincuenta; por eso estuvimos muy ocupados durante el trayecto y por lo tanto el tiempo pasó rápido”. Igual comentó entre risas: “en lo personal fue una larga espera”.

Cuando se anunció en 2006, año de su lanzamiento, que la sonda iba a llegar en 2015, muchos pensaron que al ser tan largo el viaje podrían surgir varios problemas para la misión. Por ejemplo en la comunicación con la Tierra, como le ha ocurrido a varias naves no tripuladas que se han perdido porque no han podido orientar correctamente sus antenas. Stern explicó que el temor a perder el contacto con la nave siempre existió, “pero había otras cosas que temíamos más que eso, como por ejemplo que explotara el cohete durante el despegue, que nos equivocáramos en la trayectoria, que sufriera desperfectos, que no alcanzara el combustible o que alguien importante para el proyecto muriera; porque teníamos diez años por delante”, dijo enfático.

El Plutón que reveló la New Horizons fue una sorpresa tanto para el público como para el equipo de la nave. El nuevo mundo que fotografió la sonda espacial fue tan inesperado como el que encontraron los navegantes exploradores del siglo XVI. Alan Stern contó que tenían varios indicios “de que Plutón iba a ser científicamente fantástico, pero fue mucho más de lo que esperábamos ya que encontramos uno de los cuerpos más complejos y activos del sistema solar”. En las fotografías de excelente resolución que tomó la sonda se puede ver que la superficie de Plutón en algunas regiones está teñida de rojo, mientras que en otras es de un blanco brillante. Stern explicó la diferencia de colores: “el material rojo está compuesto por moléculas orgánicas cuyo nombre técnico es ‘tholin’ y es debido a la radiación solar actuando sobre los hielos de la superficie. Es como si tomara tinta roja y la mezclarla en un balde de nieve, entonces, toda la nieve se vuelve roja con sólo un poco de tinta”, agregó. En cambio las superficies brillantes son de hielo, porque mientras por un lado en el interior de Plutón el principal componente es roca, “en la superficie es hielo de agua, que cubre todo planeta como un témpano gigante”.

Para saber cuál de esos terrenos es más antiguo, el ingeniero de la NASA explicó que se puede estimar la edad de estos contando el número de cráteres. “La técnica es la siguiente: si uno sale fuera cuando llueve con un papel y lo sostiene bajo la lluvia, cuanto más tiempo lo exponga más gotas dejarán marcas. Entonces, los cráteres son como los puntos que deja la lluvia, por lo tanto, comparando diferentes regiones de Plutón se puede saber la edad de cada una”. Hay un rango muy variado de edades en la superficie: “algunos lugares son tan antiguos como el planeta, con cuatro mil millones de años, completamente cubiertos de cráteres, mientras que hay otros que no los tienen, por lo tanto son muy nuevos, con el uno por ciento de la edad del sistema solar”. Aunque suene extraño eso significa que la superficie brillante del planeta enano se formó hace cuarenta y cinco millones de años, apenas un poco más de un día en el calendario cósmico.

UNA REGIÓN INEXPLORADA.

Luego del encuentro con Plutón la NASA ha extendido la misión permitiendo al equipo de la New Horizons explorar la región del cinturón de Kuiper. Alan Stern explicó que a partir de ahora la nueva misión de la sonda tiene varios objetivos además del más importante, que es el sobrevuelo (flyby) del 1º de enero de 2019 sobre el objeto transneptuniano 2014 MU69. “Pero en el camino a ese objetivo estamos muy ocupados explorando otros objetos del cinturón de Kuiper y estudiando el ambiente de esa región, como ser la radiación, los gases y el polvo”. Contó que además la misión está usando un telescopio que lleva la nave “para observar otros objetos mientras pasamos cerca de ellos y en total examinaremos veinticinco objetos para compararlos con el que vamos a sobrevolar”.

El objeto, que aún no tiene un nombre “es muy pequeño comparado con Plutón, con sólo cincuenta km de diámetro, pero se cree que se formó allí y siempre ha permanecido en ese lugar, en un ambiente extremadamente frío”. Stern describe al cinturón de Kuiper “como una suerte de morgue, que ha mantenido el cuerpo en su estado original”. Ese aspecto le interesa porque “será como ver en el interior de Plutón”. La información que proporcionará la New Horizons permitirá al equipo de la misión conocer la composición, la geología “y ver si tiene anillos o alguna luna alrededor”. Como nunca se ha visto un objeto del cinturón de Kuiper, “puede ser muy sorprendente lo que encontremos”. Por ejemplo, no se sabe la forma que tendrá el objeto, que probablemente tenga la forma irregular de un asteroide. “Tal vez sea como una papa, o como dos papas, porque objetos con forma de hueso de perro son muy frecuentes en el sistema solar”, aclaró. De lo que está seguro es que no será un cuerpo esférico como la Tierra o Plutón; “es demasiado pequeño”.

NAVES BARATAS E INTELIGENTES.

Después de un viaje de más de nueve años para llegar a Plutón, la pregunta que surge es cuánto combustible le queda a la sonda para realizar sus maniobras. Alan Stern se siente confiado de que alcanzará para cumplir con todos los objetivos: “en 2006 empezamos la misión con 78 kg de combustible y dejamos Plutón atrás con el tanque por la mitad. Ahora nos queda un tercio y después del próximo sobrevuelo esperamos contar con un quince por ciento del combustible. Pero eso será suficiente para continuar operando científicamente durante veinte años”, dijo con optimismo. Será importante la cantidad de combustible que reste luego del encuentro con 2014 MU69, porque de él dependerá que la New Horizons continúe estudiando el Cinturón de Kuiper. La región ya fue cruzada por las misiones Voyager sin ser exploradas. Stern lo explicó así: “las Voyager no exploraron el cinturón de Kuiper porque cuando pasaron por él este todavía no había sido descubierto”. Reconoció que estas sondas “hicieron descubrimientos muy importantes en los planetas gigantes pero no en el cinturón de Kuiper, pero al igual que las Voyager la sonda New Horizons va a seguir explorando muy lejos”.

Recordó que el proyecto de las Voyager contaba con un equipo de científicos e ingenieros muy grande, y además “muy caro, con cinco veces el presupuesto de la New Horizons”. También son de diferente tamaño: “la Voyager podía llenar casi completamente un salón de clases de una universidad, mientras que la New Horizons es apenas mayor que una mesa”.

A Stern le gusta comparar ambos proyectos para dejar en claro las ventajas de los nuevos exploradores del espacio profundo. Por ejemplo, utilizó la analogía de que en la década de los setentas, en que se construyó y envió al espacio a las Voyager, “una computadora llenaba una habitación y era muy cara, al igual que la Voyager. Hoy las computadoras son muy pequeñas y muy baratas, igual que la New Horizons”. Explicó que eso se debe al “avance de la tecnología”, que ha hecho que “cualquier celular es más poderoso que una computadora de los años setenta y con mucha mayor capacidad; del mismo modo la sonda New Horizons tiene mucha mayor capacidad que la Voyager, y con un costo mucho menor”

Aun habiendo cumplido uno de sus sueños, Alan Stern sigue involucrado en varias misiones de la NASA, así como también en proyectos del ámbito privado como Virgin Galactic y con una compañía de la que es cofundador, llamada World View, “que lleva en globo tanto a personas como a experimentos científicos hasta las capas altas de la atmósfera”. En lo que respecta a la exploración del sistema solar, es casi seguro que “algún día encontremos vida en varios lugares del sistema solar; por ejemplo ahora estamos encontrando muchos lugares que tienen océanos por debajo de la superficie, incluyendo Plutón”.

Confesó que le encantaría enviar una nueva sonda a Plutón, e incluso a otros planetas enanos: “se podrían mandar muchas misiones New Horizons a otros cuerpos del cinturón de Kuiper, ya que con el avance de la tecnología se podrían hacer misiones más baratas y sondas más pequeñas. Pero antes me gustaría mucho volver a Plutón y dejar una nave en órbita”.
Por último se le preguntó qué lecturas le inspiraron en su carrera como ingeniero aeroespacial: “cuando era niño leí muchas novelas de ciencia ficción, pero lo que más me inspiró fue ver astronautas caminando en la Luna. Yo quería crecer y ser parte de ello”.

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