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Nuevos traidores bajo la lupa

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Guillermo Vázquez Franco

En el libro Traición a la patria el historiador plantea, en su característico tono incisivo y polémico, rever ciertos mitos patrios uruguayos, como por ejemplo el que rodea a la Convención Preliminar de Paz (1828).

Guillermo Vázquez Franco (Montevideo, 1924) es una excepción entre los historiadores uruguayos. Ve a José Artigas, el Prócer del Uruguay, como un militar improvisado, mareado tras el éxito en la batalla de Las Piedras (1811). A su vez, los nueve años del “Ciclo artiguista” (1811-1820) le parecen tercos y erróneos. Caracteriza el federalismo del Prócer como un ejemplo más del autonomismo cimarrón de los caudillos de su tiempo. Sólo elogia su indeclinable fidelidad a su patria y la nuestra… la Argentina.

Pero el tema de este nuevo libro, Traición a la patria, no es Artigas, sino la Convención Preliminar de Paz que en agosto de 1828 sacó de la galera un nuevo Estado, Uruguay, y lo puso donde estaba la Provincia Oriental. Y ahí radica, para Vázquez Franco, la traición a la patria. La Asamblea de la Florida, aquel 25 de agosto de 1825, vota la independencia para de inmediato reincorporar a los orientales a las Provincias Unidas, que la aceptan dos meses después. Siguen la gran victoria de Ituzaingó contra el Imperio de Brasil (1827), la ocupación de las Misiones por don Frutos Rivera y los suyos (1828), los triunfos del Almirante Brown contra la flota que bloqueaba Buenos Aires y una eficaz guerra de corso contra los mercantes brasileños. Entonces, un gobierno y una diplomacia ineptos, presionados por los comerciantes perjudicados por el bloqueo, se avienen con mediación inglesa a una solución sólo conveniente a las cortes de Londres y Río de Janeiro: separar esta Provincia, crear un país, y convertir al Plata en un río fronterizo, abierto al comercio extranjero.

Este libro continúa el camino de Vázquez Franco hacia una desmitologización de nuestra historia revelado en trabajos como La historia y sus mitos, 1994, y Francisco Berra, la historia prohibida, 2001. El autor se atiene a los documentos, los expone cuando sus colegas los desestiman, los desmenuza, los comenta con lenguaje incisivo y polémico –él mismo define el libro como un ensayo, no como un libro de historia– y, donde no hay documentos, especula, sin dejar de reconocerlo (elemental coherencia en quien denuncia una historiografía basada más en especulaciones que en pruebas). El resultado es una visión opuesta al mito aceptado por el uruguayo medio. Vázquez Franco dice que la independencia del pequeño país es una traición –a la Provincia y a la patria argentina– y un fracaso. Jamás la gloriosa concreción tras dos décadas de lucha.

Puede reprocharse al historiador su convencimiento de que la Argentina podía ganar la guerra, cuando él mismo señala que la tesorería estaba exhausta y muy pocas provincias, fuera de Buenos Aires y la Oriental, concurrían al esfuerzo bélico. Pero lo que Vázquez Franco juzga es la actitud política del gobierno y la diplomacia argentinos –esta no es una obra de historia militar– al tiempo que señala que la guerra también tenía costos para el Brasil. En otro orden de cosas, los docentes que en sus aulas cuestionan la “leyenda de bronce” sobre la independencia del Uruguay no son tan pocos como el autor cree, y en parte es por su prédica.

Vázquez Franco se siente un argentino oriental, como esos a los que arengó Lavalleja en la Proclama de Dolores. Es un hombre al que la condición de uruguayo le resulta inaceptable, por ser una construcción histórica que pretende enmascarar la derrota y la traición. No plantea un camino de reconstrucción de la Argentina –porque es historiador y no líder político– pero se acuerde o se discrepe con sus conclusiones, es de agradecer su insistencia en que los orientales nos sinceremos sobre nuestros orígenes y nuestra identidad.

TRAICIÓN A LA PATRIA, de Guillermo Vázquez Franco. Ediciones mendrugo, 2014. Montevideo, 472 págs. Distribuye Gussi.

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