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María Eugenia Trías sobre cierta miseria uruguaya

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María Eugenia Trías

Primera novela

La dramaturga debuta en narrativa con una novela de climas opresivos.

Son ciento ocho páginas de pequeño formato que se leen casi de un tirón las de Nuestra Manhattan, libro con el que la dramaturga María Eugenia Trías (Las Piedras, 1990) debuta en la narrativa. Escrita en fragmentos de buena prosa, muestra la vida en una casona destartalada, devenida pensión y administrada por el simpático y sórdido Yeison, y narrada en primera persona por la inquilina del altillo.

Es una novela de climas —opresivos y depresivos— más que de trama, que refleja la frustración de muchos uruguayos con cierto bagaje cultural pero escasos de ingresos —y a veces nostálgicos de un patrimonio familiar perdido— ante la vida precaria y con pocas expectativas que la realidad nacional les impone. Este asunto se evidencia en la urgencia por irse de varios personajes, la envidia hacia los que se van, la sospecha de que los que se han ido en realidad han muerto, el hecho de que un personaje difunto quede en la casa para aparecérsele como fantasma a la narradora/protagonista y, por último, en que algunos personajes concluyan que esa casona en la que malviven y todo lo que la rodea es su “Manhattan”.

Entroncada con la tradición de quienes Ángel Rama diera en llamar narradores “raros”, ya desde el arranque esta narración transita por un realismo gris, onettiano, para ir, hacia el final de la novela, derivando hacia lo alucinatorio y fantástico, con aparición fantasmal incluida. Trías logra con eficacia tal cambio de registro narrativo.

Un aspecto importante de este texto es el de la afectividad, o con más precisión, la carencia afectiva, que lleva a la protagonista a confundir amor con enamoramiento o mero interés erótico, e incluso a caer en el sexo desganado y poco placentero. El que se aferre a su relación de amistad con el fantasma de Concepción, la vecina difunta que vivía rodeada de gatos y que vuelve para revelarle los mapas posibles de una fuga que no se concreta, muestra su orfandad y desamparo.
Hay en Trías una muy buena escritora. Su futura producción, si incursionase en la novela de largo aliento, basada en la construcción de una trama y no sólo en la eficaz creación de climas, dirá si la narrativa es su camino principal o un atendible interés secundario.

NUESTRA MANHATTAN, de María Eugenia Trías. Pez en el Hielo, 2021. Montevideo, 108 págs.

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