El español se enoja

Hace un año la sociedad uruguaya se vio atravesada por la muerte de Plef (Felipe Cabral), poeta y grafitero de la movida cultural joven, recordado como alguien sencillo, luminoso y solidario. Fue ejecutado por un disparo certero en la cabeza, cuando estaba sentado en un muro pintado días antes por él, frente a una casa abandonada. El hecho desató repudio, indignación y reclamos, pero también dio lugar a manifestaciones anónimas de odio de quienes no solo no lograron conmoverse, sino que parecían justificarlo, arengando en las redes sociales y los foros de las páginas de noticias a favor del porte de armas por particulares.

Estos hechos, con los gestos y expresiones que provocan, van deteriorando el tejido social, los códigos de convivencia y unos presupuestos éticos hasta hace poco implícitamente consensuados. El estupor ante este estado de cosas domina la colección de notas reunidas por Manuel Rivas como un manifiesto Contra todo esto. De hecho, una de las notas refiere a las consecuencias de la venta libre de armas en los Estados Unidos, centrada en una alharaca de Jeb Bush, ahora auspiciante de la iniciativa de ley Stand You Ground, que promueve la Asociación Nacional de Rifle. Participando en un mitin como gobernador de Florida, Bush gritó ante su público, levantando un rifle: “Esto es la libertad”, lo que evocará a algún memorioso el triste aforismo atribuido a Millán Astray: “Cada vez que oigo la palabra cultura, me entran ganas de sacar la pistola”.

La degradación del concepto de cultura, así como otros asuntos alarmantes del mundo contemporáneo, son analizados incisivamente por Rivas: la corrupción política (el cinismo y el impudor con que se tolera), los femicidios a la orden del día, el racismo y la xenofobia, la disparatada brecha entre ricos y pobres a nivel planetario, las evidencias de colapso ambiental, los vínculos entre mercado y tecnología con sus consecuencias en las relaciones sociales y familiares.

Hay un señalamiento de que las respuestas individuales al miedo, la ansiedad y la inseguridad que produce la sociedad contemporánea parecen haber quedado libradas a su propia deriva, en desmedro de formas de organización que otrora daban curso a las necesidades de los más débiles y desprotegidos, procurando respuestas asociativas y solidarias. “El primer paso —dice Rivas— para detectar una injusticia es que comparezca el sentido de la vergüenza”. Pero también avizora y auspicia cambios, cuando explica el sentido del libro: “Todo esto no es un desenlace, es el principio. (…) La vergüenza es una revolución. La vergüenza abre paso a la esperanza”.

CONTRA TODO ESTO. Un manifiesto rebelde, de Manuel Rivas. Alfaguara, 2018. Madrid, 281 págs.