Libro inusual

En la introducción del libro Con los ojos bien abiertos; Ensayos sobre arte, Julian Barnes recuerda a sus padres —ambos maestros—, quienes sembraron en él su temprana afición por la pintura académica. El autor no puede menos que detenerse en este punto pues la educación en arte durante la primera infancia era de una relevancia fundamental en la sociedad británica de mediados del siglo pasado.

Todo el conjunto de historias críticas y anécdotas, cruzadas por el ensayo, dan cuenta de su aprecio por un conjunto diverso de pintores, europeos en su mayoría, de los últimos dos siglos. El tema de la caducidad y la trascendencia son caros asuntos para todo artista que desee perdurar en el tiempo, razón por la cual Barnes examina los cruces ente la ineludible subjetividad del espectador y el ocaso, nunca resuelto, de la producción simbólica. Quizá el autor adelanta la respuesta y arriesga una opinión cuando recuerda que él “no comprendía que en todas las expresiones artísticas suelen darse dos cosas al mismo tiempo: el deseo de hacer algo nuevo y una conversación ininterrumpida con el pasado”.

Julian Barnes nació en Leicester (Midlands del Este, Inglaterra) en 1946. Su primer trabajo editorial fue la novela Metrolandia, en 1980 (galardonada con el premio Somerset Maugham, de la Sociedad de Autores Británicos). En 1982 publicó Antes de conocernos, una historia de amor en clave de amour fou. Su tercera novela, El loro de Flaubert, le otorgó la nominación al célebre Premio de Letras en lengua inglesa Man Booker Prize, en 1984. Pero antes de Con los ojos bien abiertos, el gran antecedente de su interés por el arte y la pintura ya se había dado a conocer en su historia novelada La historia del mundo en diez capítulos y medio (1994). Para Vargas Llosa, Barnes pertenece a la generación de escritores británicos que surgieron con fuerza a finales de los sesenta y principio de los setenta. Se trata, para el escritor peruano, del “grupo literario más importante de las últimas décadas desde la aparición del denominado boom sudamericano”.

"El arte no solo capta y refleja la excitación, la emoción que encierra la vida. A veces incluso va más allá: el arte es esa emoción", dice Barnes en el final de la introducción a este mosaico. Diecisiete pintores en diecisiete capítulos participan de este desfile de celebridades; desde los románticos Géricault y Delacroix, pasando por los realistas líricos Courbet y Fantin-Latour hasta el surrealista Magritte y el “figurativo contemporáneo” Lucian Freud. La historia, el cromatismo, la propuesta social y la metáfora son las grandes líneas de observación del autor. Esas líneas se hallan tamizadas por el flujo didáctico, los vasos capilares compartidos entre el arte visual y la literatura, y el testimonio de sus pasiones ante cada uno de los autores evocados.

CON LOS OJOS BIEN ABIERTOS; Ensayos sobre arte, de Julian Barnes. Anagrama 2018. Barcelona, 328 págs. Traducción de Cecilia Ceriani.