TRES LIBROS

El punto de partida de la última novela Hugo Burel (n. 1951) está en Los Beatles, como indica el título, aludiendo a una de sus más bellas y enigmáticas canciones. La misteriosa muerte de Eleanor Rigby es un exquisito ejercicio de intertextualidad y metaliteratura y un viaje al pasado de un tipo particular de novela. Eleanor Rigby toma cuerpo y contexto como heroína trágica de un triángulo sentimental, al punto que nos olvidamos de que el relato “rellena” los puntos ciegos de una canción famosa. Burel escribe un policial inglés, ni más ni menos, poblado de guiños que los beatlemaníacos sabrán disfrutar, y el resto también, gracias a una prosa impecable y una estructura firme. 

No conviene suponer que este libro responde la pregunta que su título plantea, quizá porque es muy pretenciosa. Tampoco hay que suponer que es imparcial: el corazoncito kirchnerista de su autor, el antropólogo Alejandro Grimson, se deja ver. Pese a eso, hay un repaso histórico desde los orígenes de ese movimiento (o fe, o sentimiento) así como de la contracara antiperonista, hasta nuestros días, y lo que queda claro es que ese eje político-ideológico vertebra al país, e intermitentemente lo salva y lo condena. Perón, Evita, Isabel, López Rega, Julia Alsogaray, los Montoneros, Menem, el matrimonio Kirchner, Elisa Carrió y Macri desfilan por estas páginas en una endiablada montaña rusa de la que el lector sale tan informado como mareado.

Admirado por el gran Kenzaburo Oé (Premio Nobel japonés en 1994), Natsume Soseki es el seudónimo de un escritor algo anterior, Natsume Kinnosuke (1867-1916), de lectura obligada para los estudiantes japoneses de hoy. Más allá del equinoccio de primavera es una obra de madurez publicada en 1912. Adopta la forma de un aprendizaje iniciático a través de su protagonista, el joven Keitaro, un licenciado bastante apático y desencantado en busca de su primer empleo. En las conexiones de Keitaro con los demás personajes Soseki dibuja el mapa de una sociedad tokiota de comienzos del siglo veinte, anclada en tradiciones y en un ritmo de vida contemplativo, pero ya dispuesta espiritualmente para los cambios vertiginosos que el resto del siglo le iba a deparar.