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Una historia para lectores sensibles

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Paolo Giordano

El autor de La soledad de los números primos vuelve con una novela que parece tonta, pero no lo es.

ES UNA novela breve, bien escrita, de lectura rápida, cuyo autor tenía 32 años al momento de publicarla. Paolo Giordano (Turín, 1982) hizo bastante ruido en 2008 con su primera y exitosa La soledad de los números primos.

Ahora, y en poco más de 100 páginas, describe en primera persona la vida cotidiana de una familia italiana joven, común y corriente, mientras la señora que hasta ese momento cuidaba a su pequeño hijo Emanuele sufre un cáncer terminal.

Quien pase distraído por esta novela, o fuera del tono necesario para apreciarla, podrá pensar que se trata de una obra menor, sin pretensiones. Pero no es así. La habilidad de Giordano consiste en aludir a lo profundo a través de pequeñas cosas de todos los días, de una forma leve, casi lateral, pero que permanecerá resonando en la cabeza del lector sensible días después de terminada la lectura.

Alguien dirá que tal vez no sea esta una obra recomendable para quien tenga un problema de salud similar en su entorno. Todo lo contrario: la enfermedad es abordada con honestidad y aceptación, sin golpes bajos, de forma tal que avanzar en este libro termina siendo una experiencia amable, terapéutica.

La historia fluye, ágil, llena de imágenes y anécdotas capaces de provocar sonrisas y empatía. "Ya disfrazado, Emanuele brinca a su alrededor con las manos en los costados, como si fuera un duendecillo, y durante unos pocos minutos vuelven a perderse el uno en la otra. Será la última exhibición privada de nuestro hijo para su afectuosa niñera, subyugada por su belleza infantil. Tengo la tentación de agarrar el primer aparato que encuentre para hacerles fotos, pero sé que el equilibrio del momento es frágil y no quiero perturbarlo".

Giordano, que es licenciado en Física, se muestra en esta tercera novela como un escritor observador e inteligente, de prosa certera y atendible. Resta preguntarse por qué el título original de la novela, Il nero e largento, perfecta y literalmente traducible al español como "El negro y el plata" —que alude a uno de los aspectos centrales de la historia y está lleno de significado— se transforma en el redundante Como de la familia.

Parece poco probable que haya sido una decisión del traductor, Carlos Mayor, que en la novela hizo un buen trabajo. Indigna pensar los motivos por los que alguien, en el proceso industrial de publicación, altera de ese modo la obra de un escritor.

COMO DE LA FAMILIA, de Paolo Giordano. Salamandra, 2015. Barcelona, 139 págs. Distribuye Gussi.

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