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El grupo Karibe con K en clave redentora

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Un disco diferente

Diego Recoba recuerda su juventud e infancia escuchando al grupo Karibe con K y explica por qué era diferente, con una voz narradora potente.

Hay libros que emocionan, y si eso ocurre es porque el lector halló una voz, un narrador con el cual identificarse y que a su vez lo abruma, provocándole evocaciones, relaciones inesperadas. Es el caso de Sobredosis/ Karibe con K de Diego Recoba, de la colección sobre discos de Estuario que viene dirigiendo Gustavo Verdesio.

Recoba escribió un libro sobre sí mismo y sobre su relación con el disco Sobredosis (1989) del grupo de cumbia uruguayo Karibe con K, un hito en la historia de la tropical local, esa que no se escuchaba al sur de la Avenida Italia de Montevideo (años 80, 90), por ser considerada “terraja”, pero mucho en otros barrios y en el interior del Uruguay.

“Karibe con K jugó desde el principio con las dos caras del discurso romántico, por un lado los seductores seguros de sí mismos, avasallantes, ganadores, pero que en cualquier momento se pueden transformar en perdedores , abandonados, frágiles, sufriendo por amor” explica Recoba. Dualidad “que los transformaba en sujetos y objetos del deseo”, algo que atrapó a la gente común, pero también a otros grupos que quisieron ser como ellos, sin lograrlo. Recoba entiende que el grupo fue distinto, y al serlo recibió críticas de la ortodoxia cumbiera. Una banda que no pensó sólo en bailes (lo conjuran con el primer tema del disco, “Pensando en bailes”), que integró sintetizadores o poderosos instrumentos de viento que eran como un vocalista más, todo empastado en “una mezcla vertiginosa y desmesurada de tradición y novedad, técnicamente impecable, llenos de swing”. Dedica capítulos a analizar cada canción, sus influencias extranjeras, y a explorar en las razones últimas de su éxito.

Esa exploración ocurre mientras Recoba relata su infancia y juventud, los padres, los amigos, el fútbol, el barrio, sus viajes, su tarea profesional como periodista y también como editor en La Propia Cartonera. Hay diálogos intensos como el de su viaje con la familia al Chuy, o el que ocurre con la banda varada en un motel. También se enoja con Uruguay, con esa cultura que desestimula, la del “no se puede”, “mejor no”, la del miedo.

En ese sentido la historia de Karibe con K es reveladora, ya que es un grupo tropical exitoso, innovador, al que todavía muchos tratan de “terraja” y, por lo tanto, no merecedor de análisis serio. Por eso Sobredosis es también un libro triste y duro sobre prejuicios y miserias provincianas. Ya lo advirtió el escritor mexicano Fabio Morábito en su libro También Berlín se olvida. Allí, en un cuento, menciona una playa mexicana a la que bautizaron “trópico uruguayo”; el mote se debe a que el lugar es como el país triste e intelectual que quiso ser trópico, pero nunca llegó.

SOBREDOSIS/ KARIBE CON K, de Diego Recoba. Estuario, 2020. Montevideo, 144 págs.

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