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Goya por John Berger: el tormento de la visión

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John Berger ©EL PAÍS. Gorka Lejarcegi

Otra mirada

El temperamento del pintor español en una obra de teatro.

La pintura, la crítica de arte y la ficción convivieron en la vida de John Berger como parte de una sola vocación que además de comprometerlo con óleos y pasteles, lo llevó a escribir su recordada primera novela, Un pintor de hoy, muchos ensayos sobre temas estéticos, artistas clásicos y contemporáneos, como El sentido de la vista, Mirar, Fama y soledad de Picasso, Tiziano, Ninfa y Pastor, y la obra de teatro El último retrato de Goya (1989), en colaboración con la escritora ucraniana Nella Bielski.

La obra aborda el temperamento y la mirada descarnada de Francisco de Goya a través de una sucesión de escenas que recorren la vida y la iconografía más reconocible del pintor aragonés, con detenimiento en la relación amorosa con la duquesa de Alba, probable origen de La maja desnuda, en la serie de los Caprichos y de los Gigantes, y en sus pinturas de la guerra de independencia que libró España contra los ejércitos de Napoleón entre 1808 y 1814.

La progresiva sordera, las ambiciones profesionales, la esencial honestidad de su retrato del sufrimiento de civiles y soldados comparecen como un relato póstumo del artista que inauguró la modernidad en la pintura. La obra comienza y termina con el fantasma de Goya en un cementerio contemporáneo, alfa y omega de un juego de espejos en el que los autores alternan lugares y tiempos sin miedo a los anacronismos, con transgresiones deliberadas que privilegian los perfiles más relevantes de la visión goyesca. “Dale una capa a un ladrón y esconderá su botín. Dale una capa a un delator y pasará inadvertido. Dale el poder de la capa a un caudillo o a un Führer o a un loco del Pentágono y se lanzará a exterminar, a quemar, a hacer bombas en forma de juguete. ¡Rasga las capas! ¡Rasga las camisas! ¡La carne! ¡Las entrañas! ¡El corazón! ¿Y qué ves? Oscuridad total. Nada. Tinieblas. Tinieblas, Tonio, solo tinieblas.”

Hay en la pieza una dosis de humor que refleja el conocimiento de Berger del espíritu español: “Nuestra marina tiene quince navíos. ¡Y para estos quince navíos contamos con un almirante, dos vicealmirantes, veintinueve contralmirantes, sesenta y tres capitanes de fragata y doscientos capitanes de navío!” Y también reflexiones cargadas de intensidad: “Dios, Amore, nos ha dejado solos con lo visible, como si nos hubiera abandonado en el infierno. Él, que lo ve todo, es invisible. Y nosotros, con nuestra carne y nuestros cabellos, nuestras mucosidades y nuestros huesos, estamos condenados a ser vistos. Y lo que es peor, estamos condenados a enfrentarnos a lo que vemos”.

La lectura de las obras de teatro suele padecer la resta de las ilusiones que ofrece un buen montaje en escena, pero la expresión concentrada y el tono intenso del lenguaje en varios pasajes, sortean la dificultad y entregan un libro literariamente atractivo.

EL ÚLTIMO RETRATO DE GOYA, de John Berger y Nella Bielski. Alfaguara, 2018. Barcelona, 189 págs. Traducción de Pilar Vázquez. Distribuye Penguin Random House.

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