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Folk y literatura

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La inglesa marca una diferencia sustancial con respecto al resto de las cantantes y compositoras actuales.

EN EL panorama de la música de hoy, Laura Marling es un bicho raro. Quizá sea una de las cantantes más originales de los últimos diez años y quien la escucha, dada su maestría y originalidad como compositora, se siente tentado de compararla por ejemplo con Joni Mitchell. No es que cante como ella, ni que componga el mismo tipo de tema en el que el elemento autobiográfico está bien presente. Pero lo que sí tiene es ese mismo impacto emocional, esa intensidad que abre una diferencia sustancial respecto del resto de las cantantes y compositoras actuales. En breve llega a Montevideo en el marco de una gira latinoamericana.

MIEDOS E INSEGURIDADES

Nacida el 1° de febrero de 1990 en Eversley, un pueblo del distrito de Hart, al noreste de Hampshire, Inglaterra, es la menor de tres hermanas. Criada en el seno de una familia acomodada, fue iniciada en el folk por su padre, Sir Charles William Somerset Marling, quinto barón de los Marling, propietario de un estudio de grabación. Él moldeó su gusto y también la impulsó a que, siendo muy joven, aprendiera a tocar la guitarra.

A los 15 años, mientras todavía estudiaba en la Leighton Park School, una escuela cuáquera de la que salieron muchos políticos, intelectuales y artistas, empezó a componer sus propias canciones. No obstante, el ambiente de esa escuela privada no le era propicio. En su momento declaró: "No había descubierto cuál era mi tribu. En mi último año de escuela sufría continuos ataques de pánico. Tuve buenas notas y terminé a los 16". A esa edad se fue a vivir a Londres con su hermana mayor, y empezó a frecuentar a otros jóvenes interesados en la música de tradición folklórica, como también en la composición.

Por ese entonces en toda Gran Bretaña y en Irlanda surgía una nueva oleada de artistas que empleaba instrumentos acústicos, a la vez que flirteaba de forma vaga con las melodías tradicionales. Los nombres que circulaban eran los de Seth Lakeman, Mumford and Sons, Stornoway, Tom McRae, The Unthanks y Thea Gilmore, entre otros. La banda acústica Noah and the Whale también integraba esa nueva generación de representantes de lo que la crítica llamó nu folk y, en los Estados Unidos, neo-folk. Con estos últimos, cuyo cantante y guitarrista Charlie Fink era por entonces pareja de Marling, ella hizo su debut profesional en 2006.

A los 16 años, como tantos otros chicos, Laura Marling puso dos canciones compuestas por ella en My Space. Alguien que buscaba talentos para una compañía discográfica las oyó y vio en ellas una oportunidad. Grabó de inmediato un EP y poco después admitió: "Gracias a ese primer disco pude librarme de esas canciones que no me gustaban". Pero hubo gente a la que sí le gustaron porque, casi de inmediato, con apenas 17 años, grabó su primer álbum, Alas, I Cannot Swim, editado en 2008. Producido por Charles Fink y con la contribución de Marcus Mumford, futuro novio de la joven. El disco vendió unas cien mil copias en Gran Bretaña y, de la noche a la mañana, la instaló como gran promesa entre las cantantes y compositoras de su país, proyectándola fuera de fronteras a la velocidad de la luz.

Desde entonces Laura Marling ha grabado I Speak Because I can (2010), disco que incluye la maravillosa canción "Goodbye England (Covered in Snow)" y que le ha valido su primer Brit Award en la categoría solista femenina; A Creature I don't Know (2011), Once I Was an Eagle (2013) y Short Movie (2015), álbumes muy distintos unos de otros, pero en donde destaca la calidad de la composición y la originalidad en la interpretación. Se observa una muy clara línea que va de la utilización de los propios miedos e inseguridades como fuente de inspiración —y según ella misma ha dicho, como manera de expiarlos— a la paulatina incorporación de elementos literarios (cartas escritas por mujeres durante la Segunda Guerra Mundial, fragmentos de libros, utilización de personajes literarios). Así ha sido el proceso compositivo de una mujer que empezó a los 15 y que ahora apenas va por los 26 años, pero que ha sabido atesorar un extraordinario poder de observación.

En 2013, pese a su estilo muy británico, se instaló en Silver Lake (Los Ángeles, Estados Unidos), para volver al cabo de un año a Londres. Poco después dijo: "No creo que los ingleses sean más introspectivos, pero hay una gran diferencia entre la manera aceptable de hablar en Inglaterra y el modo en que se habla en Los Ángeles o en los Estados Unidos en general. Cuando vivía en Los Ángeles extrañaba el cinismo inglés y ahora que vivo en Londres, extraño la apertura de los estadounidenses". También a su vuelta comentó que, de algún modo, su tiempo en América le había permitido recuperar algo así como su adolescencia. Se lo dijo a Laura Snapes, quien la entrevistó en el blog Rookie: "Cuando me mudé a Los Ángeles, o tal vez incluso antes de eso, había decidido liberar a la banda por un tiempo ya que ésa era una responsabilidad muy pesada. Libre de eso, me dispuse a estar en Los Ángeles, pero no me instalé en ningún lado. Por un tiempo surfié de un sofá a otro en casa de amigos, y eso me resultó liberador, aunque incómodo porque no me gusta pedirle favores a la gente. Y además intenté experimentar lo que la gente experimenta en los últimos años de la adolescencia. Nunca había ido a un club. Nunca iba a los bares por ir a un bar, sino porque eran los únicos lugares abiertos cuando terminábamos los shows".

EN LOS BRAZOS DE EXTRAÑOS

Verla en vivo es toda una experiencia: alta, rubia, apenas armada de una guitarra y eventualmente acompañada por músicos jovencísimos, quienes, a su vez, dominan varios instrumentos cada uno, canta sin el menor esfuerzo y a veces parece que hablara. Y a pesar de que no es una folklorista en el sentido tradicional del término, se suele presentar sola, como lo hizo las repetidas veces que estuvo en el célebre programa de Jools Holland de la BBC, y también como lo hizo durante su residencia estadounidense.

En más de una oportunidad dijo que ese momento de exposición es el que más le cuesta porque es como lanzarse a los brazos de unos extraños que pagan para verla, algo muy distinto a lo que se vive cuando uno compone. Admitió asimismo ser "una persona solitaria, pero a la que le gusta la gente. No soy una misántropa. Pero me gusta la idea de hablar sólo cuando es estrictamente necesario. Lo más cerca que estoy de la gente es cuando comparto una experiencia".

Elegida por Neil Young como telonera (ella misma hace una espléndida versión de "The Needle and the Damage Done" del canadiense), tocará en Buenos Aires —donde ya tocó en 2011—, San Pablo, Río de Janeiro, Lima, y se presentará por primera vez en Uruguay (La Trastienda, 12 de abril).

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Laura Marling

LLEGA LAURA MARLINGJorge Fondebrider

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