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A Fidel Sclavo le duele Eduardo Darnauchans

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Eduardo Darnauchans
Eduardo Darnauchans musico, foto Alonso, Archivo El Pais, bibliorato Dominical, 19951129
Archivo El Pais

Memoria

El libro trata de eso, de cómo abrir y cerrar las heridas del recuerdo de un amigo.

Fidel Sclavo se ha dedicado mayormente a las artes visuales, siendo uno de los artistas y diseñadores uruguayos más importantes de las últimas décadas, que también escribió libros donde se ha hecho las mismas preguntas. Pero este, sobre un disco de Eduardo Darnauchans, es distinto. Porque aquí está la ausencia del amigo, el duelo, las heridas que cree cerradas pero que al recordar se vuelven a abrir.

Zurcidor es un libro sin certezas ni verdades absolutas, sobre la imposibilidad por retener el recuerdo, como si se quisiera capturar en una mano abierta el agua que cae. ¿Qué es verdad y qué no en un recuerdo? Sclavo ignora saludablemente la exigencia actual de que todo deba ser comprobable y verificable y postula el derecho y la obligación que tiene el arte con lo ambiguo e indecible, con lo difuso, con lo fantasmal. No recuerda si tiene una carpeta con archivos sobre el disco o no, no sabe si tal historia sucedió en tal lugar, con tales participantes o ni siquiera si sucedió. Pero si lo recuerda, y eso genera un relato en la realidad y en su propia sensibilidad, no hay dudas que es verdadero.

Sclavo construye un retrato sobre Darnauchans que no invalida otros, sino que agrega capas a la imagen de un artista tan complejo y sensible. Porque el arte es más colectivo de lo que se cree, y la memoria no es un monumento sino un tejido que siempre se está ampliando. Pero también es un relato fragmentario sobre un tiempo y un lugar que ya no existe. El Tacuarembó de los 70, el Montevideo de los 80, los bares, los amigos, los sueños, las utopías, la sensibilidad, un universo pasado que con el tiempo se transforma en un recuerdo, en una ficción más.

Es un libro melancólico. O mejor dicho, parafraseando al propio Sclavo cuando habla de Darnauchans, se trata de un libro que ve luz en la oscuridad, que encuentra belleza en lo triste, en el tiempo inexorable, en la muerte implacable. También es una constatación de la fugacidad y el olvido en relación con los artistas en Uruguay, y sobre lo mucho que cuesta aceptar, disfrutar y convivir con quienes manejan una sensibilidad, hábitos, formas de vincularse, distintas a la del común de la gente. Darnauchans quizás lo sabía, por eso, como dice Sclavo, posaba su imagen sobre los nadies, sobre los desplazados, sobre el mundo de la oscuridad y los márgenes. Zurcidor es un libro sobre esos márgenes, sobre quienes, sin soberbia ni aires de superioridad sobre el resto, eligen otro camino, y viven una vida de libertad que vale la pena pero que cuesta demasiado. Por eso es tan bello y potente como terrible. Porque evidencia que la búsqueda de la belleza y la sensibilidad, quizás cueste la vida. Pero aun así, hay que intentarlo.

ZURCIDOR, de Fidel Sclavo. Estuario, 2021. Montevideo, 144 págs.

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