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Fake news, trolls y el origen del mal en las redes sociales

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Libro de Ernesto Calvo y Natalia Aruguete

Un nuevo libro nos pone a pensar las redes sociales, las fake news, los trolls y sobre todo la violencia. Las conclusiones nos interpelan, porque somos parte del problema.

"En una red violenta, nuestros propios actos de violencia circulan con mayor celeridad. Las chicanas que depositamos son retuiteadas diez veces mientras que los cumplidos reciben un like. Si hiciéramos el ejercicio de observar nuestro muro y ver qué mensajes políticos reciben mayor exposición, quizá descubriríamos que todos nosotros somos trolls”, afirman Ernesto Calvo y Natalia Aruguete en el libro Fake news, trolls y otros encantos; Cómo funcionan (para bien y para mal) las redes sociales, que busca comprender desde las Ciencias Sociales los comportamientos de los usuarios de las redes sociales. La idea es llegar a las razones últimas de por qué las odiamos, las amamos, y aun así pedimos más, parafraseando el tema “Peperina” de Charly García.

La academia ha sido la última en acceder a los millones de datos que producen las redes. Solo accedían determinados actores económicos y políticos, empresas tratando de manipular los hábitos de consumo para vender más, o partidos políticos (o Estados) para imponer determinadas agendas o candidatos manipulando elecciones. La película Brexit, protagonizada por Benedict Cumberbatch (Netflix, 2019) ilustra lo que fue quizá la primera manipulación masiva de un electorado (en un plebiscito). Los manipuladores buscaban que Gran Bretaña abandone la Comunidad Europea, y_lo lograron, dejando al mundo político británico en un ruido que todavía persiste.

Calvo y Aruguete entienden que las mismas redes están hoy en un gran ruido, y “el trabajo académico en comunicación, ciencia política, antropología, sociología, economía” permitirá elaborar hipótesis, medir y sacar conclusiones útiles. Para eso el libro aborda numerosos casos recientes ocurridos en redes de Estados Unidos, Argentina y Brasil.

Razonamiento motivado

El libro comienza con un caso emblemático, el del “crédulo Mr. Tucker”. Este señor vio un montón de ómnibus estacionados en Austin, Texas, el día después de que Trump ganara las elecciones de Estados Unidos. Les sacó una foto y la subió a Twitter, afirmando que esos ómnibus trasladaron a militantes anti Trump para una protesta. El tuit tuvo una viralidad pavorosa, fue replicado por millones, alentado incluso por medios de prensa conservadores. Pronto se supo que esos ómnibus trasladaban a participantes de una convención de software. Mr. Tucker reconoció el error, se disculpó, y borró el tuit. Como era de esperar, este último tuit no tuvo ni cerca la repercusión del primero. De forma curiosa le ganó una buena cantidad de mensajes de odio e insultos.

Este caso le permite a Calvo y Aruguete fijar la hoja de ruta. Por ejemplo, aplicando el concepto de “activación en cascada”, la propagación de contenidos de terceros compartidos por los usuarios, es decir, la viralidad. O el “razonamiento motivado”, el camino más corto que sigue un usuario para encontrar los datos que reafirmen sus prejuicios o creencias. Mr. Tucker estaba totalmente motivado para ver, en cualquier hecho fuera de lo común, una asonada contra Trump. Los que participaron alegres de la “activación en cascada” también. Y cuando Tucker reconoció su error, se convirtió en un paria. Pasó de ser un reconocido troll conservador a un tuitero abandonado por su comunidad. Fue expulsado de la tribu, del rebaño. Porque en las redes hoy el factor determinante es “el placer de pertenecer a una manada”.

Los autores abordan, casi siempre apelando a herramientas de la estadística, casos cercanos como el del militante Santiago Maldonado en Argentina, sobre todo en el período de su desaparición. Aquí buscan que los lectores participen de un experimento con uno de los tuits más polémicos y politizados de esos días, uno que decía “Hoy Santiago Maldonado no vota porque está desaparecido. El Estado es responsable”. También desarrollan el caso de Sally Yates, la fiscal general despedida por Donald Trump. O el del #Tarifazo donde el presidente Mauricio Macri elevó las tarifas públicas que en algunos casos treparon hasta el 1.000 %. Destaca el caso de Brasil y Bolsonaro analizado en el capítulo 10 el papel que jugó la manipulación de datos en la campaña presidencial de 2018. Un mundo, según los autores, “dominado por medios falsos, usuarios inexistentes y personalidades apócrifas”, con millones de usuarios replicando alegremente mensajes producidos en los fake news mills, sitios que fabricaban noticias falsas. La campaña resultó tan burda que llevó a Whatsapp, por ejemplo, a dar de baja a más de cien mil chips de cuentas de teléfonos que se habían activado para esa elección.

La violencia como subproducto

Los autores se preguntan por qué estamos abandonando la promesa que fue Internet de una comunidad libre, irrestricta y democrática para fomentar esta selva de distopías cognitivas, operaciones políticas y mentiras a mansalva. El libro lo responde en parte porque permite “pensar” ese mundo, aunque se desdibuja sobre el final. Por ejemplo, no profundiza en el rol de millones de usuarios que interactúan desde el anonimato. Se sienten seguros, impunes, para emitir mensajes sin sufrir consecuencias. Es la misma seguridad que tiene un psicópata armado en una manifestación callejera capaz, por ejemplo, de ampararse en el anonimato de la muchedumbre para sacar su arma, disparar, herir y que nadie se entere de dónde vino la bala. En las redes hoy, la bala es casi siempre la mentira. Nos indignamos, contestamos, argumentamos (a veces con otras falsedades, con datos sin verificar, o con simplificaciones burdas) para seguir perteneciendo a “nuestro” bando. Necesitamos la bala. “Las redes sociales no buscan producir enunciados verdaderos sino actos performativos que nos identifican como comunidad”. La necesidad de pertenecer es más importante que poseer certezas.

A modo de conclusión Calvo y Aruguete cargan las tintas contra la violencia. Es un error. Es muy difícil explicar la violencia, ese acto que paraliza, no deja pensar claro y reclama lo peor del otro. La clave está detrás de la violencia, en eso que la provoca. Cabe citar una frase de Fogwill el inmortal del prefacio a su novela sobre la Guerra de las Malvinas, Los pichiciegos, publicada por El Ateneo: “...no he escrito un libro sobre la guerra, sino sobre mí y sobre la lengua de uno que jamás escribirá contra la guerra, contra la lluvia, los sismos, ni las tormentas, y siempre contra las maneras equivocadas de nombrar y de convivir con nuestro destino”.

El problema son las fake news. El mal es la mentira.

FAKE NEWS, TROLLS Y OTROS ENCANTOS, de Ernesto Calvo y Natalia Aruguete. Siglo XXI, 2020. Buenos Aires, 238 págs.

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