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Cuando Einstein vino a Uruguay

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Memorable encuentro: Vaz Ferreira y Einstein en Montevideo.

En 1925 Uruguay vivía un momento de esplendor y progreso, mientras el mundo occidental no la pasaba del todo bien. Europa se recuperaba de la Gran Guerra antes de que ocurriera lo peor, y Estados Unidos navegaba en la ilusión de los años locos, los que precedieron a la Depresión. La mención histórica es necesaria porque sirve para entender al menos un par de circunstancias distintas pero a la vez muy ligadas entre sí: primero, la avidez notable que se tenía -en todo el orden social- frente a la llegada a Uruguay de un personaje de fama mundial como Albert Einstein; y segundo, la necesidad que sentía el propio científico no solo de viajar y conocer el mundo sino, más importante aún, escaparle al clima insoportable que por entonces se vivía en Europa, en especial en su Alemania natal.

Sobre una mezcla de estas dos ideas es que comienza el libro Einstein en Uruguay. Crónica de un viaje histórico. El autor, Diego Moraes, además de licenciado en Letras, es un joven escritor de cuarenta años nacido en Salto, y quien ya ganara algún premio literario por trabajos de interés general. Para el armado del libro se vale de una minuciosa recopilación de notas de prensa, libros y publicaciones varias. Y también de una fuente que resulta ser una joya de lo más disfrutable: el diario de viajes del propio Einstein, de puño y letra, a corazón abierto.

Einstein en Uruguay es uno de esos libros que se pueden devorar en una tarde de verano, recostado en una playa o a la sombra de un árbol; es ágil, cautivante, y tiene su buena dosis de humor. Es, antes que nada, una semblanza desde los inicios en Alemania hasta el desembarco en Estados Unidos, considerando sus ideas a favor de la paz y el desarme. Luego los diversos viajes que realizó Einstein para escapar a la Europa violenta, y que encontraría en el lejano Uruguay una tierra cordial y muy atenta. Y para finalizar aquella última semana de abril en la que el genio, el científico, el profesor -de todas esas maneras lo llamaron- pasó en Uruguay entre charlas, conferencias de multitudes en la Universidad, paseos por la rambla y homenajes de comunidades diversas (entre ellas y por separado, curiosamente, la judía y la alemana). Sin olvidarnos del inmortalizado encuentro con el filósofo Carlos Vaz Ferreira (se tenían admiración mutua), del cual se cuentan variados detalles, incluyendo la supuesta charla que un diario replicó, pero de la cual el autor desconfía.

Es un libro clave que ayuda a entender aquel Uruguay, tan lejano como culto y republicano.

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