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El arte de no perder la calma según Séneca

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Séneca

Libro de bolsillo muy útil

Ideal para estos tiempos, donde el desencanto y el estrés pueden llevar a la ira, este libro de sabiduría clásica de Séneca es un entretenido manual para gestionar los desplantes de mal humor.

Séneca, uno de los más notables filósofos y políticos de Roma imperial, escribió el libro Sobre la ira pensando en los excesos de Calígula, en su sadismo, sus perversiones. Son consejos para atajar las provocaciones y no calentarse, no enojarse, escritos apenas diez años después de la muerte de Cristo. Calígula luego lo mandó matar pero la orden no se cumplió porque antes lo mataron a él. Con Claudio, el nuevo emperador, Séneca tuvo un lío de faldas (el pillo cometió adulterio con una de las hermanas de Calígula) y lo desterraron a Córcega, donde concluyó la redacción de Sobre la ira. A su retorno se convirtió en preceptor del joven Nerón quien, una vez consagrado emperador, también se volvió loco de ira y paranoia (¿sería el envenenamiento por plomo?). De esa no zafó. Acusado en falso de participar en una conspiración, Séneca debió suicidarse (65 d.C.).

Llega ahora un extracto de ese libro, cerca de una tercera parte del original, en traducción de Jacinto Pariente titulado El arte de mantener la calma, Un manual de sabiduría clásica sobre la gestión de la ira. En formato libro de bolsillo, permite ir con él a todas partes como un recordatorio para evitar las provocaciones y, como dice el subtítulo, gestionar la ira. “Hay quien cree que, en lugar de reprimirla (a la ira)_hay que dominarla, es decir, contenerla dentro de unos límites que nos ayuden a evitar sus excesos, y al mismo tiempo aprovechar esa fuerza, esa energía” escribe. La narración es un diálogo ficticio del filósofo con un hermano mayor, Novato. Discuten situaciones donde la ira aparece y hace sus desastres. Por ejemplo, con la idea de venganza. “No hay pasión más sedienta de venganza que la ira y quizá por eso es la menos adecuada para ejercerla. Precipitada e irreflexiva como cualquier otro ávido deseo, se impide a sí misma conseguir sus propósitos”. Pero aun así la ira a veces domina. Séneca aporta consejos para cuando eso ocurre, cómo defenderse de ella y evitar los desastres. También aconseja sobre la educación de los niños en la prevención de la ira. Por ejemplo, que no sean presuntuosos, porque eso genera complacencia, que a su vez infla el orgullo y “éste alimenta el ego y el engreimiento”. Por eso sugiere alejar a los hijos de la adulación “y acostumbrarlos a oír la verdad”.

Entretenido, bien traducido, y con notas muy útiles, este manual funciona hoy más que nunca. Sobre todo para los que se quejan de la pandemia. Piensen que Séneca debió convivir con Calígula y Nerón, vaya peste.

EL ARTE DE MANTENER LA CALMA, de Séneca. Koan, 2020. Barcelona, 92 págs. Distribuye Gussi.

Séneca

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