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AFP Y EL PAÍS

El cineasta checo Milos Forman fue homenajeado en el XI Festival de Cine Europeo de Essonne (Sur de París), donde se presentó una retrospectiva de su obra. También habló sobre su próximo proyecto, un film sobre la conferencia de Munich de 1938.

El homenaje a Forman (77 años) incluyó diez películas, abarcando desde su inicial período checo (Pedro el negro, Los amores de una rubia) hasta algunas de las cosas que hizo en Estados Unidos al exiliarse tras la invasión soviética a su país en 1968 (Hair, Atrapado sin salida, Amadeus, Larry Flynt) y su más reciente trabajo de regreso a la República Checa, Dobre placená procházka, una `ópera jazz` que cuenta la historia de una joven que busca un hombre con quien tener un hijo para poder heredar una pequeña fortuna.

Escrito por el dúo Jiri Suchy y Jiri Slitr (célebre en su país) y representado por primera vez en 1965, el espectáculo volvió a cobrar vida en 2007 en el Teatro Nacional de Praga gracias a Milos Forman y a sus dos hijos. El film concede un papel fundamental a la música, un rasgo reiterado en la obra del director (recordar Hair o Amadeus).

"La música es tan importante, o incluso más importante que las palabras en una película, porque llega directamente a nuestras emociones", sostuvo durante la presentación de la película.

Sin embargo, ese musical dramático y romántico no es el único proyecto que el realizador tiene entre manos. Actualmente está trabajando en The ghosts of Munich (Los fantasmas de Munich), una evocación ficcionalizada de la patética conferencia internacional de 1938 donde líderes británicos y franceses creyeron ingenuamente haber logrado "la paz en nuestro tiempo", y de hecho entregaron en principio los Sudetes y en definitiva toda Checoslovaquia al zarpazo del régimen nazi.

La película, que adapta una novela del escritor francés Georges-Marc Benamou, se centra en el personaje del ministro francés Edouard Daladier, desde cuyo punto de vista aparece narrada la historia. El guión cinematográfico fue escrito por el propio Benamou, Forman y el dramaturgo y ex-presidente checo Vaclav Havel. Forman dice que se interesó por Daladier por que lo considera, fundamentalmente, nadie. Sus contrapartidas en la conferencia (el británico Chamberlain, el propio Hitler) eran "alguien", personajes positivos o negativos, mientras que el ministro francés le resulta algo así como el "absolutamente inexistente" de cuyas decisiones puede derivar una tragedia mayor. La anécdota del film se desarrolla en dos tiempos.

En 1968, treinta años después de los hechos, una periodista norteamericana busca a Daladier, quien se había retirado de la política diez años antes (murió en 1970), porque quiere oír de sus propios labios su versión de lo que ocurrió en Munich. Esa evocación de un pasado equivocado y trágico constituye la sustancia del asunto. Forman debería de haber comenzado el rodaje del nuevo film, pero problemas financieros lo postergaron y aún se encuentra en preproducción. El director no tiene aún totalmente decidido el elenco: necesita dos actores para el papel de Daladier (uno de 40 años, otro de 70), y para el primero le han sugerido Mathieu Amalric. Para el papel de la periodista se ha manejado el nombre de Courtney Love.

Lo musical: "Es tan importante, o incluso más que las palabras en una película".