Samsung Electronics suspendió ayer las ventas y anunció una revisión en todo el mundo del Galaxy Note 7, su recién lanzado "phablet" de alta gama, por la presencia de baterías defectuosas que llegaron a causar igniciones en algunos terminales.
"Hemos decidido suspender las ventas del Note 7 y ofrecer terminales nuevos de recambio a todos los clientes que los soliciten", explicó Koh Dong-jin, director de la división de telefonía móvil de la empresa, en una rueda de prensa en Seúl.
El directivo reconoció que muchos usuarios del nuevo "phablet" podrían estar "preocupados" por la posibilidad de que su terminal se queme durante el proceso de carga, tal y como ha ocurrido en varias ocasiones desde su salida al mercado hace dos semanas.
"Si se acercan al servicio técnico, tenemos un software para comprobar", afirmó Koh.
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